El 22 de agosto en su programa de streaming “Jinetes del Futuro” Juan Grabois, avanzó en un ataque directo a la docencia, su derecho a huelga y al estatuto docente. Al mismo tiempo, la hizo centralmente responsable de la crisis educativa y le cargó el peso de hacerse cargo de las consecuencias de la destrucción del tejido social que se viene profundizando desde los últimas 4 décadas.

Mediante alquimia argumentativa, se sumó íntegramente al discurso estigmatizante antidocente de Milei, el Pro, la UCR, el PJ y la derecha. En su canal, luego de un informe del columnista que señaló la trampa que supone la “esencialidad educativa” porque presenta un falso diagnóstico que responsabiliza a los paros docentes por los problemas en la educación y por lo tanto, pretende solucionar dicha crisis prohibiendo el derecho a huelga; el dirigente de la CTEP y Patria Grande y ex precandidato a presidente de Unión por la Patria (UP), respondió con un tajante “no estoy de acuerdo”.

Según Grabois el problema de la educación no está en el abandono al que ha sido llevada la escuela pública, sino en que muchos docentes son chantas, vagos, abusadores de niños, golpeadores. La crisis educativa no tiene nada que ver con que las familias de los barrios populares están reventadas por la crisis económica; sino con que los docentes son privilegiados que solo se preocupan por ellos mismos. Según el dirigente kirchnerista, al desastre en infraestructura que deja a las escuelas sin luz, sin agua, sin gas, sin vidrios, sin paredes y sin techos, los docentes deben responder con “vocación”. A la violencia institucional que baja de los ministerios se les debe oponer “responsabilidad”.

Grabois, como ya nos tiene acostumbrado el kirchnerismo, opone la miseria en que viven los chicos a los supuestos “privilegios” de la docencia. Esta es la principal usina de donde brota la campaña de desprestigio contra las maestras. Es un discurso que busca que la bronca en los barrios se descargue contra las escuelas y no contra los gobiernos de turno. Recordemos que ya Cristina Kirchner en 2012, en la apertura de sesiones del Congreso, acusó a los docentes de ser “privilegiados que laburan 4 horas y tienen 3 meses de vacaciones”. En este sentido, Juan Grabois afirmó que no es tan cierto que los docentes ganan una miseria; que en realidad hay muchos docentes que ganan muy bien. Estos discursos estigmatizantes se apoyan sobre el prejuicio que su misma corriente política viene difundiendo desde hace décadas. A Grabois se lo podrá tildar de reaccionario, pero para nada de original.

El ataque a la docencia es sintomático del pensamiento antitrabajadores que caracteriza al dirigente de la CTEP. En el diagnóstico de Grabois, la falta de presupuesto, de infraestructura escolar, la sobrecarga laboral de las y los docentes, los bajos salarios, la crisis económica y social son todos factores secundarios. En su derrape antidocente llegó a manifestar que las escuelas funcionan mal por culpa de los directivos: “donde hay una buena directora la escuela funciona bien” afirmó sin sonrojarse. ¡Parece que los gobiernos no tienen mayor responsabilidad! El problema principal sería que los docentes son brutos, hacen paro, se inventan licencias y cuántas otras barbaridades.

Es de un cinismo inigualable. En su estrechez mental reaccionaria no se le ocurrió pensar (o prefirió ocultar) que las enfermedades de las y los docentes están estrechamente relacionadas con las insoportables condiciones de trabajo y sobrecarga laboral a la cual están sometidos los trabajadores de la educación debido a los salarios de miseria que sus amigos de la burocracia sindical Celeste de Suteba y Ctera garantizan.

Señor Grabois, los docentes no necesitamos hacer una falsa defensa de las condiciones de la educación (como sí hace la burocracia Celeste para salvarle las papas a sus gobernadores amigos), no necesitamos pintar de rosa una realidad decadente. La docencia día a día se enfrenta de cara a esa realidad, le pone el cuerpo y la vida, se rompe la cabeza y el lomo buscando los modos de salir adelante, y siempre encuentra como freno a los dirigentes sindicales amigos de Grabois y a los gobiernos de turno.

Es evidente que estas declaraciones de Juan Grabois y el momento elegido para hacerlas no son casuales. Todo el arco político patronal, desde el PJ hasta Milei quiere aprovechar este momento reaccionario para barrer con los derechos que los trabajadores conquistamos con nuestras luchas durante décadas con marchas, huelgas y enormes sacrificios, como en Neuquén donde continúa en pie de lucha la docencia contra la Ley de Presentismo. Peleas que nos costaron la vida de inolvidables compañeros como Carlos Fuentealba asesinado en 2007 por defender la educación pública y todos los derechos de los trabajadores.

Desde la Corriente Nacional Carlos Fuentealba repudiamos las declaraciones profundamente reaccionarias de Juan Grabois. La docencia con sus paros y luchas ha sido históricamente un baluarte en la defensa de la educación pública… y siempre ha estado en la primera línea en el cuidado de las chicas y chicos frente a la barbarie que se vive fuera de la escuela. Por eso afirmamos que la imposición de la falsa “esencialidad de la educación” como freno a la lucha docente, es el primer paso en la profundización del camino de destrucción de la educación pública y va en directo perjuicio de los hijos de las y los trabajadores.

Repudiamos los discursos de odio estigmatizantes contra la docencia

No a la declaración de la educación como servicio esencial.

Defendamos el derecho a huelga docente.

Peleamos por una educación pública de calidad.