Israel ordenó el corte del suministro de electricidad a Gaza, en un intento de provocar la ruptura definitiva del acuerdo del cese al fuego y, de esa manera, profundizar el genocidio y completar la limpieza étnica por parte del sionismo.
Con el apoyo de Estados Unidos, el estado terrorista pretende «extender» la primera fase del pacto, la cual finalizó el sábado 1° de marzo, con la supuesta intención de lograr el regreso de los rehenes restantes. Es un pretexto para no iniciar las conversaciones para el inicio de la segunda fase, la cual, según lo acordado a fines de 2024, implicaba no solo el regreso del resto de los aprisionados de ambos lados, sino el retiro gradual de las tropas israelíes del enclave palestino.
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Cabe recordar que en el marco de la primera fase no hubo retroceso de los militares comandados por Benjamín Netanyahu: Israel no cumplió con las condiciones de la primera fase del acuerdo. La intención detrás del argumento de querer alargar la primera fase es la de profundizar el genocidio, desplazar por completo a todos los palestinos del territorio y apoderarse definitivamente de Gaza, plan que públicamente tiene el visto bueno de Donald Trump.
Asimismo, el corte de la electricidad afecta a una planta de desalinización, que produce 18.000 metros cúbicos de agua por día para el centro de Gaza, en la región de Deir al-Balah.
Por otro lado, Israel renovó la ofensiva el pasado domingo, al lanzar una bomba en el barrio de Shujaiya, al este de Gaza, que dejó un saldo de dos muertos y varios heridos. De esta forma, ascienden a 48.455 los palestinos asesinados por las fuerzas israelíes desde octubre de 2023. Según datos de diciembre de 2024, entre los fallecidos hay 17.581 niños y 12.048 mujeres.
A su vez, la semana pasada el gobierno reaccionario de Netanyahu comenzó con el bloqueo del ingreso de ayuda humanitaria en Gaza, como parte del mismo plan.
Además, aumentó la ofensiva sobre Cisjordania, territorio separado de Gaza por el avance de Israel desde 1945, y ya lleva siete semanas consecutivas de invasión, un hecho sin precedentes en la historia reciente de dicha ciudad. En lo que va del 2025, al menos dos niños fueron asesinados por semana.