Gatillo fácil y odio racial: Prisión perpetua para los tres policías asesinos de Lucas González

También hubo otros seis policías (entre ellos tres comisarios y un subcomisario) condenados a penas menores de entre cuatro y ocho años, por intentar encubrir el asesinato.

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Lucas González

El Tribunal Oral en lo Criminal N° 25 condenó a prisión perpetua a tres oficiales de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires por el crimen de Lucas González, el joven de 17 años jugador de Barracas Central.

El hecho ocurrió en noviembre de 2021, cuando Lucas junto a otros tres amigos que venían en auto fueron interceptados por un grupo de policías de civil que comenzaron a perseguirlos y dispararles, haciendo que uno de los disparos hiriera de manera mortal a Lucas. Los jóvenes venían de entrenar en su club, Barracas Central, y habían parado en un kiosco a comprarse un jugo.

Los criminales condenados a perpetua son los oficiales Gabriel Isassi, Fabián López y Juan José Nieva. También hubo otros seis policías (entre ellos tres comisarios y un subcomisario) condenados a penas menores de entre cuatro y ocho años, por intentar encubrir el asesinato.

Uno de los datos más significativos del fallo es que califica el crimen como agravado por estar motivado por «odio racial».

La primera versión oficial que intentó instalar la policía fue que se trataba de jóvenes que estaban armados y que habían salido a robar. Pero un testigo desmontó la operación al afirmar que vio a uno de los policías implicados «plantando» un arma en el auto donde iban los chicos. Fácilmente se comprobó que los chicos venían de entrenar.

Además, luego del asesinato de Lucas los otros tres jóvenes fueron detenidos y torturados con quemadura de cigarrillo, mientras eran maltratados con insultos racistas. El objetivo era hacerles «confesar» que supuestamente habían salido a robar y que el arma «encontrada» era de ellos. Era todo mentira.

Los policías encontrados coautores del crimen fueron condenados por homicidio quíntuplemente agravado por haber sido cometido con arma de fuego, con alevosía, con odio racial, en concurso premeditado de dos o mas personas y por ser miembros de las fuerzas de seguridad.

El salón de los tribunales de Comodoro Py estaba repleto de familiares, amigos y allegados a Lucas, que celebraron la condena contra los policías asesinos. “Estigmatizaron, lo discriminaron, los vieron dos veces porque eran morochos. Salen de una villa, de la 21-24 de un barrio carenciado como es el de Barracas, salieron de entrenar. Lo vieron, lo eligieron, lo esperaron, me lo acribillaron, me lo torturaron y me lo quemaron con cigarrillo”, declaró el papá de Lucas a los medios luego de la lectura de la condena.

El brutal crimen se dio pocos días después de las elecciones de medio término de 2021, en la que algunos candidatos habían promovido abiertamente el gatillo fácil pidiendo que la policía «meta bala», como es el caso de José Luis Espert, hoy en Juntos por el Cambio.

En el juicio quedaron completamente por fuera los responsables políticos del crimen, que va desde la cúpula de la Policía porteña hasta los funcionarios de seguridad del gobierno de la Ciudad. ¿Qué hacían tres policías de civil armados en un auto sin identificar? ¿Por qué interceptan detienen a cuatro jóvenes asesinando a uno de ellos sabiendo que no habían hecho nada? La cúpula de la Policía y el gobierno porteño nunca dieron explicaciones al respecto, y la Justicia tampoco las pidió.

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