“Tenía diez años cuando vi que un tipejo le pegaba a una mujer por celos y yo me lancé sobre sus piernas y lo empecé a patear”
Cinealsur, 28/2/11
Una síntesis avalada unánimemente por compañeros/as, amigos/as, colegas, enemigos políticos y personales. Pero esa síntesis, en Marta, abarcaba muchas diversidades. Porque ella siempre luchó a lo largo de su vida por esos objetivos, pero encaró estas difíciles batallas desde distintos y múltiples frentes de combate.
Porque era ultrasensible frente a los sufrimientos de los más pobres, sumergidos y apaleados, así como lo era frente a los hechos artísticos y literarios. Martha era una feminista “a las trompadas” y, al mismo tiempo, podía escribir o hacer una exposición brillante sobre los grandes debates que atravesaron el movimiento de la mujer y las diversidades en los 70.
De su pluma surgieron notas para la revista Todas 1, del PST, que plasmó una corriente en la vanguardia de izquierda que peleaba por los derechos de las mujeres y la comunidad LGBT.
Fue redactora en la revista Crítica y en Crónica, en la sección Policiales, así como en la revista Esto, y otras publicaciones. Allí estaba Marta no sólo para escribir lo que le pedía la dirección periodística, sino que se involucraba directamente cuando había una mujer, un pibe, un pobre, que estaba sufriendo. Ahí aparecía Martha en su totalidad humana y política: luchando al lado del desposeído.
Fruto de ese trabajo periodístico y humano es que realizó el video Tinta Roja, cuya narrativa parte de la cotidianeidad de la redacción de Crónica.
Pero donde andaba como un pez en el agua era como titiritera, sobre todo en su querido barrio de La Boca, donde vivió durante largos años. Allí se comunicaba con chicos y grandes, transmitía su arte, su pasión de guerrera a las nuevas generaciones que se encandilaban con el arte y las presentaciones de Martha. Y continuó esos pasos (alternando con sus escapadas y actuaciones en La Boca) cuando volvió a su Olavarría natal en los últimos años de su vida. Medias Rojas es una compañía de titiriteros y titiriteras que surgió a principios de 2008 en Olavarría con el impulso, dirección y actuación de Martha Ferro.
Tan seguras como sus convicciones fueron sus pasos, en todos los terrenos, a favor de la lucha de los de abajo. No llegó a disfrutar de la marea verde que inundó el país en los últimos años. Pero las Marthas previas, que dieron pasos a zancadas para pelear por los derechos de las mujeres y la comunidad LGBT, fueron mojones indispensables de los cuales partir para inundar el país de verde.
Fue una de esas pioneras que se bancaron todo cuando venía el viento en contra. Y que fueron consecuentes en sus convicciones y en su conducta.
La memoria de Martha está presente en cada lucha contra los femicidios, en cada movilización contra la yuta encubridora, en cada denuncia contra los antiderechos, en cada repudio a la discriminación hacia la comunidad LGBT.
En este 26 de febrero, a 10 años de su fallecimiento, reafirmamos su memoria transcribiendo un párrafo de un reportaje publicado en la revista La mujer es el negro del mundo2, iniciativa del Nuevo MAS, publicada en abril del 2000, de la que Martha fue parte activa. Ahí van sus palabras, tan duras y vigentes.
“Hay que luchar contra el silencio… (…) LMNM: Además hay otro problema. Hay muchas comisarías en las que el tratamiento que le dan a la denuncia no les permite iniciar acciones legales contra el golpeador. MARTA: Hace 15 años que trabajo en Crónica y hace 25 que hago policiales. Esto es común. Por ejemplo, vamos a exhumar el cadáver de Alicia Muñiz. ¿Cuántas veces Alicia Muñiz, la víctima de Carlos Monzón, presentó la denuncia? Total, era ‘una loca’, ‘algo le habrá hecho’. Entonces, en vez de tomar la denuncia hacen una exposición, que es lo mismo que nada. Acá la única solución es que las mujeres se organicen, que charlen estos temas, que hagan algo. Yo digo que hace 15 años que trabajo en Crónica y vi correr mucha sangre. Y voy a seguir viendo correr mucha más.”
- 1“Así como el Narigón, aquel personaje creado por el magistral titiritero Javier Villafañe, burlaba al comisario que lo perseguía por haberse llevado una bolsa de naranjas, evadiendo cada una de sus preguntas con un ‘chímpete o chámpata’, las militantes de la revista Todas, del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), también lo hicieron. Marta Ferro creó a Isolina, un títere que recorría la lucha de las mujeres y que, al igual que el Narigón, enfrentaba el peligro con un ‘chímpete, chámpata’. Toda una irreverencia frente a la dictadura y el patriarcado. (Marina Moretti, Notas Periodismo Popular, 24/3/16)
- 2Canción compuesta por John Lennon y Yoko Ono, publicada en 1972.