El pasado 28 de marzo la patronal de FATE arribó a un acuerdo con la dirección del SUTNA que al día siguiente fue ratificada en asamblea. Un acuerdo que suspende por 3 meses los despidos y el cambio de turnos a condición de “propiciar las condiciones necesarias para la preservación de los puestos de trabajo” que implican, como demuestra el texto del acuerdo, la búsqueda de reventar las condiciones laborales para obtener mayor productividad.
El acta acuerdo se elabora en “conformidad con lo establecido en los artículos 98 a 105 de la Ley de Trabajo”, es decir los artículos referidos al preventivo de crisis. Más allá de todo tecnicismo, cada punto acordado supone la crisis de la empresa y tiene como objetivo explícito el aumento de la explotación, entre otros.[1]
La presentación del acuerdo por la dirección del gremio como un triunfo logró recoger la aceptación ampliamente mayoritaria en la asamblea, ante el rechazo de la Lista Marrón acompañada por un grupo de activistas, la Granate y la Roja (aunque en estos dos últimos casos cuestionando parcialidades del acuerdo, sin dar cuenta del ataque global que implica el mismo).
Desde luego que el acuerdo aplaza los despidos y esto genera alivio en los trabajadores. Pero la presentación triunfal, realizada sobre la base de distorsionar completamente la interpretación del acuerdo, es un método totalmente ajeno al clasismo.Método clasistaque sí pusieron en práctica nuestros compañeros, que advirtieron a la asamblea del contenido de la “tregua”.
Nuestra organización ha advertido desde el día uno que había que prepararse para la guerra. Si el ataque no ha sido mayor se debe a dos causas: por un lado, es evidente que Madanes desconfía de Macri, un gobierno que demuestra cada día ser un fracaso mayory cuya crisis no es reaseguro de que pueda garantizar las fuerzas represivas necesarias en caso de desatarse un conflicto mayúsculo, lo cual podría ocurrir en caso de despidos masivos.
Por otro lado, el acuerdo contempla el aumento de productividad buscado por la empresa sin haber pasado por un conflicto. La negativa del SUTNA a hacer algo más que movilizaciones a contraturno a la Secretaría de Trabajo son parte de los motivos del resultado parcial: una tregua con condicionamientos hacia los trabajadores.
Finalmente, la “fuerza de los trabajadores” nunca entró en el terreno de los hechos. Las movilizaciones propuestas de carácter político, sin duda son importantes. Pero ante el ataque patronal es necesario no sólo “representar” a las fuerzas sino ponerlas en práctica. Salvo la asamblea, que implicó en los hechos el paro de 1 hora del turno tarde y posteriormente el corte del acceso Tigre, a lo largo de casi dos meses de todo tipo de provocaciones patronales, no hubo ninguna medida que impliquen los métodos clásicos de lucha de los trabajadores. Ni siquiera un quite de colaboración (no trabajo de horas extras).
Esta política desarrollada por el PO deja mucho que desear. Los hechos contrastan con el “triunfalismo permanente” vociferado por esta corriente.
Los ataques a partir del día 1 del acuerdo
Como no podía ser de otra manera, la patronal llevó adelante un ataque en regla en toda la planta a partir del primer día de comenzado el acuerdo. El lunes 1° de abril se informó a los trabajadores que debían trabajar hasta 5 minutos antes de terminado cada turno, se intentó reducir los tiempos de descanso y en alguno sectores que trabajaran sin topes (hasta el momento establecidos por un standard que pone límites diarios de producción).
Esta situación se tradujo en el paro de 3 sectores de la planta y en reuniones en varios sectores impulsadas por los delegados de la Lista Negra, que correctamente se plantaron contra la ofensiva. Esta actitud que consideramos totalmente acertada por parte de estos delegados debe ser mantenida a lo largo de los 3 meses que dure el acuerdo.
Madanes no se va a quedar cruzado de brazos ante esto. Va a volver al ataque para doblegar a los trabajadores mediante la persecución individual, el hostigamiento permanente, el rechazo de los certificados por enfermedad, las sanciones abusivas y persecutorias, y la continuidad de todo tipo de artimañas para imponer al conjunto las condiciones desarrolladas en el papel del acuerdo.
Sería completamente irresponsable desconocer la dinámica que plantea la situación: ahora se impone la necesidad de la presencia permanente de los delegados,así como de la seccional y de la máxima dirección del gremio,para estar a disposición de los compañeros ante cualquier ataque. Luego de actuar como se hizo correctamente, es necesario estar dispuestos a enfrentar un nuevo ataque. No se puede “desaparecer” de la planta. Ahora hay que estar atentos.
No es momento de bajar la guardia, compañeros. Toda acción de los trabajadores en defensa de sus derechos tendrá como resultado un ataque redoblado por parte de la patronal. La dinámica de enfrentamiento puede elevarse y debe elevarse si es que se quiere rechazar el aumento de la explotación hacia los trabajadores que busca la empresa. Una vez más repetimos: Madanes no se hizo mil millonario dando concesiones a los trabajadores sino explotando trabajadores más y más.
Máxima organización y unidad en la lucha contra los ataques de la patronal. Presencia permanente de los delegados y representantes sindicales ante cualquier ataque, y continuar rechazando el acuerdo por la vía de los hechos. Esta pelea recién comienza y los trabajadores de FATE han demostrado tener enormes reservas para pelear. El triunfo verdadero depende más que nunca de responder consecuentemente a cada provocación.
Juan Cañumil
[1]En el mismo se habla de: 1) la inhibición de los aportes patronales de la empresa durante los 3 meses que dura el acuerdo; 2) la polivalencia, es decir la posibilidad de cambiar de puesto de trabajo a los trabajadores en función de las necesidades de la patronal sin que pueda considerarse abuso; 3) la reorganización de los descansos “según lo disponga la empresa a fin de mejorar la operación”; 4) la producción sin topes (standard) cuando se elaboren productos en máquinas diferentes a las habituales; es decir, aumento de producción por encima de los acuerdos hasta ahora vigentes; 5) revisión de los ciclos operativos en función y el reemplazo del actual premio de producción (remuneración por trabajo realizado) por uno que incluya rendimiento, calidad, descartes (scrap) y seguridad (este punto particularmente perverso, en tanto supone que ante un accidente en la máquina el trabajador pierde el premio); 6) planes de jubilación anticipada voluntaria; 7) ausentismo, como llaman los Madanes a la imposibilidad de trabajar por enfermedades y accidentes provocados por las condiciones laborales; y 8) paz social.