
Por Marina Hidalgo Robles
Después de la nefasta votación del congreso de dinosaurios, en que nos negaron el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, las mujeres vivimos un nuevo ataque por parte de este gobierno reaccionario y misógino. A horas de haber llegado de dar una enorme batalla en el ENM de Trelew, nos enteramos que la Corte Suprema de Justicia de CABA, dictó una sentencia que, de quedar firme, pondría en vigencia el viejo Protocolo para los Abortos No Punibles, redactado por el ex Ministro de Salud Jorge Lemus en 2012. Un protocolo reaccionario, que ni siquiera cumple los estándares establecidos por el artículo 86 del código Penal ni del Fallo F.A.L.
Haciendo historia
En el 2012, movida por la presión que se generó en las calles ante las terribles situaciones de decenas de niñas abusadas y obligadas a ser madres, la Corte Suprema de Justicia publicó el Fallo F.A.L. Un fallo que venía a ordenar la aplicación del artículo 86 del CP, estableciendo una serie de criterios ampliatorios para el acceso a los abortos no punibles. En el mismo fallo, se instaba a la Nación, a las Provincias y a la CABA a sancionar Protocolos de atención.
Ese año, el Ministro de Salud de la Ciudad, Jorge Lemus, aprobó un protocolo fuertemente restrictivo, que quedaba por detrás no sólo del fallo sino también del Código Penal vigente. Entre otras cuestiones planteaba: que los ANP solo se practicaran hasta la semana 12, que las menores de 18 debían ser autorizadas por sus representantes legales (al igual que las personas con discapacidad mental), que el riesgo de salud debía ser “grave”, que las mujeres debían pasar por un ‘comité interdisciplinario’, con la decisión final de la Dirección del Hospital.
Todas trabas que buscaron frenar el acceso de las mujeres a realizarse abortos en el marco de la legalidad, en el Sistema Público de Salud.
Ese Protocolo fue frenado con una cautelar. A la vez se presentó un Protocolo Judicial más accesible, que Macri (entonces Jefe de Gobierno) vetó por decreto. La movilización encabezada por Manuela Castañeira y Las Rojas para garantizar que se realizara el aborto no punible a una mujer que lo había solicitado en el Hospital Ramos Mejía, logró que se rechazara el veto por lo que quedó en vigencia hasta ahora el protocolo más amplio.
Envalentonados, los anti derechos, con la venia del Senado que se burló de la marea verde y la mayoría social a favor de la legalización del aborto, la Corte de la Ciudad, ahora le da lugar al veto del ejecutivo porteño, abriendo la posibilidad de restablecer el Protocolo Lemus.
Los ANP y las redes de profesionales
Haber ganado la implementación de algunos protocolos en distintas partes del país, y del protocolo nacional en los lugares adonde no existen los provinciales, ha sido un bastión para la efectivización del acceso al derecho al aborto en miles de casos. No significa esto que los ANP resolvieran el problema de la ilegalidad del aborto, sobretodo porque solo se ha podido aplicar donde el movimiento de mujeres, en alianza con las redes de profesionales, han construido una fuerza suficiente para enfrentarse a la fuerza de los sectores reaccionarios adentro y afuera de los hospitales. Además, porque por más amplio que sean esos protocolos, sólo estipulan dos causales: riesgo para la salud y embarazos productos de violación. Y aunque sea con un concepto amplio, como el que propone la OMS sobre la salud integral, la mayoría de los protocolos solo aceptan como riesgo para la salud cuando se trata de riesgo de vida.
Sobre la aplicación de los ANP, los y las profesionales construyeron una campaña para poder aplicarlo, para ampliarlo, y también para ligarlo a la batalla por el aborto legal. Haber ganado el Fallo F.A.L. nos fortaleció para seguir dando la pelea por el aborto legal en el hospital.
El gobierno contraataca
Este no es el primer intento del gobierno de Macri de retrotraer el protocolo a uno más restrictivo. Fue a semanas de haber asumido que intentó poner en vigencia el Protocolo Lemus, junto con un conjunto de ataques a los derechos de las mujeres. Fue la fuerza del movimiento de mujeres lo que le puso un freno a ese zarpazo.
No es casual que el segundo ataque llegue después de la negativa del Senado a aprobar el Proyecto de Ley de la Campaña, arengando a los sectores más retrógrados que hasta irrumpieron en las escuelas contra la ESI.
El gobierno se envalentonó y además de negarnos el derecho al aborto legal, nos quiere negar el aborto no punible; ¡le quiere negar a las niñas de 11, 12 y 13 años violadas que puedan interrumpir un embarazo!
Pero la Marea Verde y las 50 mil compañeras que fuimos parte del ENM en Trelew no vamos a retroceder. Lejos de haber sido derrotadas el 8A, quedamos con toda la potencia para seguir defendiendo nuestras conquistas hasta ganar el aborto en el hospital.
Estrategias para ganar el aborto legal
Los balances después del 8A marcaron la tónica de las estrategias que se pusieron en juego frente a la pregunta ¿y cómo la seguimos?, que estuvo en boca de todas las pibas que fueron parte de las históricas vigilias.
Dese Las Rojas planteamos claramente que si bien habíamos perdido la votación – a instancia del gobierno misógino de Macri, Michetti y Vidal, la Iglesia y el Senado de dinosaurios – el hecho de haber ganado la mayoría social para el aborto, y esa marea verde de pibas y pibes que habían hecho sus primeras experiencias de lucha en las vigilias y pañuelazos, nos dejaba en mucho mejores condiciones para seguir dando la pelea.
Muestra de eso fue que a los dos días de la negativa del Congreso, frente al primer caso de una mujer muerta, los escraches en hospitales y casa de la provincia no se hicieron esperar.
Lo mismo ocurrió con los pibes y pibas secundarias que tardaron apenas horas en organizarse para exigirle al gobierno la aplicación de la ESI en todas las escuelas.
La conclusión que sacaron miles y miles de pibas es que si no se pudo ganar la ley, solo se explica por la dureza del gobierno y sus aliados, y que eso requiere más dureza de nuestro lado.
Sin embargo, también hubo sectores que sacaron otra conclusión: si el Estado no garantiza nuestros derechos, nos los garantizamos nosotras mismas. Una política totalmente opuesta a luchar para arrancarle todos los derechos al estado y al gobierno, y más cercana a aceptar las derrotas y sobrevivir.
Está claro que en los márgenes de la ilegalidad del aborto, todas las estrategias que sirvan para garantizar que una mujer pueda decidir sobre su maternidad o no, y que esa decisión no termine con la muerte o la cárcel, son válidas. Moverse en las pequeñas grietas que permiten el mejor acceso, conociendo profesionales o centros de salud amigables, compartiendo consejos y estrategias, acompañando. El problema llega cuando esas pequeñas estrategias de supervivencia, se convierten en el horizonte político.
Los límites del socorrismo como política se vieron claramente en estos días. Querer vivir en los márgenes del estado, del poder, es dar por perdida la pelea por ganar ese poder para las mujeres. Y frente a un gobierno que ya demostró que viene por todo, los márgenes son cada vez más pequeños y precarios.
“Para ganar algo hay que ir por todo”, esa fue la conclusión de las jornadas por el aborto legal. Porque en cuanto el gobierno tuvo un respiro, nos vino a intentar quitar algo tan elemental como el aborto no punible para casos de extremo riesgo. Quienes sostienen que es posible realizarse un ‘aborto seguro en casa’ niegan la realidad de miles y miles de mujeres (la mayoría de las que no llega a la clínica privada) que viven en condiciones paupérrimas, en lugares inhóspitos para realizarse una intervención como un aborto, y que no les alcanza ni para el Misoprotol en la farmacia, recurriendo a pastillas de dudosa procedencia y otros métodos de altísima peligrosidad.
Con un discurso “antiestatista” niegan que hoy es el Estado quien tiene los recursos para garantizar el acceso al aborto en condiciones de sanidad a todas las mujeres, y para eso hay que pelear para arrancárselo a este gobierno.
La pelea sigue en las calles
El intento de tirar atrás el protocolo vigente hasta ahora para los ANP no está cerrado. Aún falta que se expida el Ministerio de Salud de Ciudad, que tiene la potestad de dejarlo efectivo. El gobierno quiere arrancarnos todas las conquistas que nos ganamos luchando en las calles. Ataca a las mujeres, a la juventud, a las y los trabajadores. Busca aprobar un presupuesto de hambre y miseria. Pacta con el FMI el cierre ministerios y programas, y despidos de a miles. No hay margen para las estrategias de supervivencia, la marea verde ya inundó las calles una vez, y esa es la fuerza que ahora tiene que salir a enfrentar este ataque.
¡La pelea sigue siendo por el aborto legal en el hospital!