La reforma del Estado es un ataque directo contra les estatales (en principio a les Nacionales, pero que claramente se van a intentar aplicar tanto en las provincias como municipios) atacando conquistas históricas como es la estabilidad laboral de la planta permanente.

El organismo que aplicará la “reforma” es el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, que preside el ultraneoliberal y cipayo Federico Sturzenegger, el principal cerebro de la Ley Bases, de quien no podemos esperar más que ataques.

El salto en calidad de la ofensiva del gobierno de Milei es enorme porque apunta a la histórica estabilidad laboral de la planta permanente: una conquista de les trabajadores. La precarización laboral – con todas las formas de contratos basuras – viene horadando este derecho, y la planta permanente es cada vez menor en relación a las otras modalidades precarias. Pero este decreto viene a enterrar de por vida la estabilidad laboral como tal dejando al conjunto de trabajadores a merced del gobierno.

Con la nueva normativa, (en su art. 51 habilita el pase a disponibilidad por “reducción de personal por encontrarse excedida la dotación óptima necesaria”) se habilita a los despidos e incluso al cierre de organismos enteros, sin más justificación que la de “sobra gente”. No importa que se trate de áreas como la aplicación de políticas sociales, de salud y educación, desarrollo científico, u otras: si el Ministro Sturzenegger, o las autoridades de los organismos que le responden deciden (como lo vienen haciendo) que no son necesarias, quedan eliminados dichos programas u organismos, y también los puestos de trabajo.

¡Y ya sabemos que si algo no tiene este gobierno ultra reaccionario es sensibilidad por los problemas y necesidades de les de abajo! Desmantelaron toda la política de atención para víctimas de violencia de género; cerraron el INADI; vacían los Espacios de la Memoria y cierran la CONADI; vacían los espacios de arte y cultura.

La implementación de este nuevo régimen se basa en un “registro de personal en situación de disponibilidad”, mediante el cual se establece una fecha de inicio del pase a disponibilidad, y luego de 6 o 12 meses, les trabajadores pueden ser reubicados o despedides. Así, sin más, se puede despedir a les trabajadores de planta permanente.

Para les trabajadores de planta transitoria y otras modalidades precarias, se consolida que la contratación responde a “actividades de carácter estacional” y a “tareas que se realizan periódicamente y sólo en determinada época del año”, aclarando que “carecen de estabilidad y su contrato puede ser rescindido o la designación en la planta transitoria cancelada en cualquier momento”.

El ataque es brutal, porque no se trata de modificar algún derecho conquistado, sino que cambia el régimen de conjunto. La posibilidad del despido “porque sí” es un elemento tremendo de disciplinamiento. Si hasta ahora la pelea es para que todes les compañeres precarizades pasen a la planta permanente para ganar esa estabilidad laboral, ahora la pelea está condicionada.

¿Qué hacemos?

El PJ y la burocracia sindical peronista colaboraron cada uno a su manera para que salga la ley. El 12 de junio, cuando miles de trabajadores nos movilizamos al Congreso para rechazar la aprobación de la Ley Bases, la CGT no convocó al paro y movilización. El combativo Moyano dice que no pudo entrar a la plaza y no se lo vio. Los sindicatos y organizaciones peronistas que fueron, no lo hicieron  masivamente. Y oh casualidad se retiraron de la plaza y empezó la brutal represión del gobierno contra las organizaciones independientes y la izquierda, como la Corriente Sindical 18 de Diciembre y el Nuevo MAS, que nos quedamos a dar la pelea.

La CGT abiertamente tranzó los artículos de la reforma laboral por la caja de los sindicatos y los aportes obligatorios. Andrés Rodríguez, Secretario General de UPCN se reunió con el Secretario de Trabajo antes de la reglamentación, y nunca más se supo de él.

Por su parte ATE Nacional y ATE Capital no hicieron más que algunas acciones testimoniales con el aparato, pero no están construyendo la organización por abajo, con la fuerza que hace falta para dar esta pelea. La apuesta es meramente electoral, y aguantar un año más…

Pero la pelea todavía no está cerrada. El gobierno de Milei y Sturzenegger lograron aprobar la Ley, pero aún no la aplicaron. ¡Tenemos que prepararnos para enfrentarlos cuando quieran intentarlo! ¡Hagamos reuniones en los lugares de trabajo, exijamos e impongamos asambleas en cada edificio que sean abiertas a afiliades a cualquier gremio y no afiliades, ¡no podemos dejar pasar este ataque que nos lleva un siglo atrás en nuestros derechos!

Abajo la Ley Bases.

No a la reforma laboral.

Por asambleas abiertas en todos los lugares de trabajo para organizar la lucha en defensa de nuestros derechos.