Son miles de trabajadores y trabajadoras (y sus familias) que de un plumazo son arrojadas a la calle y a un futuro de miseria, y desocupación en este contexto económico donde el costo de vida no para de subir.
Las amenazas del gobierno se convierten en realidad, ya hubo una tanda de despidos a fin del año pasado y se conocía que para fin de marzo venía otro mazazo. A pesar de esto la dirigencia sindical no preparó ni organizó ninguna respuesta a la altura de las circunstancias.
UPCN directamente se dedicó a «transar» las listas con las autoridades, entregando a les compañeres para ser despedides, son traidores con todas las letras.
Lo de ATE es realmente grave: tanto la conducción nacional que es Verde, como la conducción de Capital, la Verde y Blanca estuvieron durante enero, febrero y todo marzo, haciendo acciones políticas tipo actos y concentraciones en lugar de preparar un paro y una pelea consecuente para enfrentar la ola de despidos anunciada.
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Muchas declaraciones y pronunciamientos altisonantes para los medios, encendidos discursos en algunas asambleas donde la base los apretaba, pero por abajo transmitían el mensaje derrotista de que «hay que negociar porque a todos no podemos salvar». En lugar de advertir el peligro y organizar la lucha, su actitud fue dividir la respuesta aislándola en cada sector o directamente llamando a acciones paralelas en el mismo día y horario, pero en lugares distintos (como ocurrió con la jornada de lucha del martes 26, donde ATE Nacional concentró en Agroindustria y ATE Capital en Economía).
En las pocas oportunidades donde llamaban a una concentración ellos mismos la boicoteaban, llegando al colmo de exigirle a los compañeros que «no bajen a la calle porque está el protocolo«. ¡¿Y cómo vamos a luchar si nos atan las manos y las piernas?!
Desde la Lista Gris en ATE advertimos desde el primer día que el gobierno de Milei venía con su plan de guerra a reventar todas las conquistas de les estatales: despidos de contratos de empleo público (herencia fatal del menemismo que los k se negaron a cambiar), rebaja o congelamiento salarial (8%), y el cuestionamiento de la «estabilidad del empleado público» como declaró hace unos días el ministro Caputo, haciendo referencia a las y los compañeros que se encuentran en planta permanente.
Por eso insistimos que ¡acá no se salva nadie si no luchamos todes! El ataque es feroz y contra todes, y a pesar de la tibieza de los dirigentes ha comenzado una reacción por abajo, exigiendo medidas más contundentes, basta de «hacer que hacemos». Para no quedar en la calle hay que tomar medidas de lucha más duras, hay que preparar una respuesta contundente para el miércoles 3, en el horario de entrada y con los delegados y despedides a la cabeza en todos los ministerios, comenzando con una permanencia pacífica y exigiendo la vuelta atrás de todos los despidos. ¡Que cada lugar de trabajo se convierta en una trinchera en defensa del puesto de trabajo! En el camino de un paro general de todos los estatales e imponer un paro general de 48 hs con movilización a la CGT.
Fuerza compañeros y compañeras ¡Los despidos en el estado no pasarán!