La elección de los Constituyentes fue por única vez y la de los Concejales se trató de una PASO cuya elección general será en el mes de junio. La simultaneidad de las dos elecciones, a las que en algunas localidades se les agregó una tercera a la categoría de Intendente, sumó más confusión y desánimo al ya existente entre los votantes santafesinos. De todos modos, se trató de la primera elección donde las fuerzas nacionales han hecho sus primeros testeos de cara a las generales de este año.
Una constituyente “a piaccere” de la reelección de Pullaro (UCR)
El dato político de la jornada electoral fue la escasa participación –que rondó el 55% del padrón– y fue la más baja de la historia reciente, de 1983 hasta esta parte. Esto tuvo sus razones, además del contexto de crisis que atraviesa el rumbo de la política nacional de Milei de quien el gobernador Pullaro es un fiel aliado. En primer lugar, las elecciones desenganchadas de las nacionales se hicieron en forma “express” y de manera rutinaria, sin debates públicos que aportaran claridad sobre el contenido de la reforma constitucional que, en el fondo, no era si no la posibilidad de reelección del propio Pullaro que encabezó su lista “Unidos para cambiar Santa Fe”. Ante este vaciamiento deliberado, los distintos candidatos al frente de las listas se dedicaron a una agenda propia, en el caso del oficialismo defendiendo la doctrina Bullrich de seguridad y represión, y el sacrosanto “superávit fiscal” a como dé lugar (todo un credo mileísta para un gobernador que se dice “radical”). Por su parte, Juan Monteverde, que encabezó como extrapartidario la lista del PJ “Mas para Santa Fe”, solo se dedicó a denunciar su proscripción de los medios rosarinos por parte de la gestión del intendente Javkin, mientras que Nicolás Mayoraz de “La Libertad Avanza” vociferó a favor de cerrar el Senado provincial con su prédica “anticasta”, pese a que este punto no pudiese entrar en la agenda ya fijada para la Reforma constitucional. Por supuesto que todo este diálogo de sordos, nada tuvo que ver con el día a día y ni las preocupaciones de los trabajadores por el salario, el desempleo, la educación o la salud ni nada que se le parezca. Todo este desquicio terminó en que el día de las elecciones hubiese gente que no sabía ni qué era lo que se estaba votando, o que pensaba que también existía una Paso para la categoría Constituyente y confusiones por el estilo. Tal es el grado de disociación de la política institucional que logran las corrientes burguesas como la UCR que instrumentalizan los mecanismos de la democracia en pos de sus intereses de aparato, pero que le dan la espalda por completo a las necesidades del pueblo trabajador. Tan así son las cosas que los votantes, además de no saber sobre qué se votó ni en qué términos para la reforma constituyente, tampoco saben al día de hoy en qué fecha van a sesionar los Convencionales elegidos, ya que esa es una potestad que tiene el Gobernador… es decir, el mismísimo Pullaro, quien puede convocarla cuando le convenga a sus tiempos políticos, ahora o en febrero de 2026… Una reforma que además pese a su importancia, debe sustanciarse en apenas 60 días. Lo más evidente acerca de los motivos de la reforma es la reelección de Pullaro y las aspiraciones de la UCR de hacer de Santa Fe un bastión radical desde donde volver a proyectarse nacionalmente. La UCR es una corriente burguesa dinamitada que aún no se recupera de sus traiciones y alianzas con el PRO y el mileísmo pero que en Santa Fe posee aún base social real en los pueblos del interior de la provincia ligados al campo (sojero y no sojero), base social que pese a los vaivenes políticos aún le es fiel. Por su parte, luego de la defección del PS y la imposibilidad del PJ de hacer pie firme en provincia después de la mala gestión de Perotti, es claro que estas circunstancias dejan al radicalismo una ventana posible para aprovechar y rearmarse. Es decir una cosa es que exista un alineamiento táctico de Pullaro con Milei y Bullrich en la economía, la política represiva y de “seguridad”, etc, y otra cosa es que no tenga sus propias aspiraciones personales y de aparato respecto de su gestión.
Cómo se repartieron los votos
Respecto de la Constituyente, del total de los 69 electos (50 por distrito único y 19 departamentales, es decir 1 por cada distrito electoral de la provincia) el oficialismo de “Unidos” encabezados por Pullaro pero que aglutina sectores del PRO se quedó con 33; el PJ encabezado por Monteverde, pero que incluyó a figuras rancias del PJ como el procesado Traferri, con 12; la Libertad Avanza quedó en tercer lugar, con 10; Amalia Granata de “Somos Vida y Libertad” con 7, el espacio encabezado por Marcelo Lewandowski (Activemos) con 4, y la sorpresiva postulación de la exboxeadora Alejandra “Locomotora” Oliveras, con 3 convencionales constituyentes . Es decir que el oficialismo quedó muy cerca de la mayoría, lo cual le otorgará el poder de iniciativa y decisión sobre la reforma, más lejos el PJ en el segundo puesto y pese a las expectativas de Milei, los libertarios al ir divididos con Granata quedaron en tercer lugar. Por su parte la izquierda del FITU pese a algunos buenos porcentajes en distritos puntuales, no consiguieron los números para lograr meter un convencional constituyente.
Hasta acá los resultados, pero hilando más fino en el aspecto político, si comparamos la anterior elección de Pullaro (aunque son elecciones diferentes) vemos que perdió 500.000 votos respecto de la elección anterior que lo llevó a gobernación, pasó de un 55 % a un 35% si lo medimos en porcentajes. Es un balance político de la gestión hasta hoy si se quiere, donde Pullaro atacó sistemáticamente a los docentes descontando los días de paro, realizó la reforma jubilatoria, en un completa subordinación política, económica y aún ideológica a Milei y Bullrich. Por su parte, el PJ fue dividido con un sector más tradicional que no votó al extrapartidario Monteverde y sí a Lewandovsky. Respecto del mileísmo puro y duro de Mayoraz ungido por Karina Milei, también le fue mal a ir fragmentados con Granata. Es decir que si miramos todos los elementos de cara a las generales de 2025 y hacia el 2027, los indicadores y las tendencias se matizan, y es aún apresurado sacar conclusiones de quienes ganan y quienes pierden.
Por su parte, donde mejor le fue al FITU fue en algunos lugares que lograron pasar las PASO para Concejales Municipales, como es el caso de Rosario y en otras algunas localidades pequeñas donde lograron avances parciales en el contexto de una elección fragmentaria y girada a la derecha. El gran déficit de la elección de la izquierda es político, ya que existió un espacio enorme a la izquierda que no se aprovechó, donde además ocurrió que el perfil de la propia centro-izquierda estuvo completamente desdibujado. El FIT-Unidad planteó una campaña rutinaria con las mismas consignas generales de siempre, y sin un perfil global de los trabajadores que pudiera presentarse como alternativas a la derecha y a la tibia centro-izquierda. Se dejó pasar otra oportunidad más, sin plantear consignas que interpelen a amplios sectores desde una perspectiva anticapitalista y socialista, y sin propuestas que den en el clavo de las auténticas necesidades populares, los trabajadores, las mujeres y las personas LGBTIQ+. Resulta entonces desproporcionado y autoindulgente, los balances hechos desde el PTS que hablan de “gran elección de la izquierda” (cuando por otro lado las figuras visibles del FITU en Santa Fe, son las del PO). Creemos que no sólo faltó una denuncia sobre el carácter de esta elección, sino faltó instalar un debate abierto, máxime cuando sobraba espacio para plantear una clara alternativa de izquierda anticapitalista que use las elecciones del régimen de los patrones en un sentido revolucionario y disruptivo. Una alternativa que canalice las voces y reclamos que se expresan en las calles con los jubilados, les estudiantes lxs trabajadores, las mujeres y las personas lgbti, pero no para “representar” a estos sectores convirtiéndonos en “lxs zurdxs” prolijxs de las instituciones del régimen, sino para llevar estas luchas más allá en un sentido independiente y darlo vuelta todo.