El presupuesto de ajuste bonaerense | Vidal: la mejor alumna de Macri

Un presupuesto de endeudamiento y ajuste a la educación, la salud, la obra pública y la industria. El Astillero Río Santiago entre los más golpeados.

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Finalmente Vidal presentó en el Senado provincial su proyecto de Presupuesto 2019. Desmintiendo en la práctica el federalismo (1) que se proclama para sostener a la reaccionaria Cámara de Senadores de la Nación, Vidal tuvo que esperar la media sanción del Presupuesto Nacional para poder elaborar el suyo. Si esto le pasa a la provincia más importante del país, qué le quedará a provincias favorecidas con menos recursos: una dependencia absoluta del Poder Ejecutivo Nacional.

Y es que a pesar de ser la provincia que más impuestos propios recauda, casi el 40% de sus recursos totales son girados por la Nación (2), por lo que Vidal debió presenciar cómo, en aras de la negociación con los gobernadores peronistas para aprobar el Presupuesto Nacional en Diputados, la Provincia resultara el pato de la boda. “El diputado oficialista Luciano Laspina reconoció ayer: Buenos Aires es la provincia que más esfuerzo hace con esta ley, ya que se tiene que hacer cargo de algunas cosas. Como el tema de los subsidios al transporte” (3).

Joaquín de la Torre, ex PJ, ex Frente para  la Victoria y ex Frente Renovador, ahora ministro de Gobierno de la Provincia, fue el encargado de declaraciones menos sutiles: “Es una injusticia política dejar a la provincia con menos dinero”.

Es que para ajustar el presupuesto nacional, Macri podó (entre otras cosas)  transferencias a las provincias por $100.000 millones, por lo que cada gobernador empezó “su” negociación para que el ajuste le tocase a otro, que resultó ser Vidal: la Nación elimina $40.000 millones de subsidios al Transporte en todo el país, de los cuales la mitad le quitaron a la provincia de Buenos Aires.  De cualquier modo, el importe global de las “compensaciones” a las provincias es minúsculo en comparación a la poda: vendieron sus votos por un plato de lentejas, logrando en el mejor de los casos que les saquen un poco menos, dejando pasar el ajuste brutal del FMI.

Así se repartieron $3.373 millones para obra pública (donde por ejemplo San Luis, que posaba de opositor, recibió $386 millones), $6.500 millones para Compensación de Transporte  y una asignación especial para La Rioja de $4.200 millones.

Vidal se encuentra con que la restitución del Fondo de Conurbano, que había logrado a fines de 2017 elevar de $650 a $21.000 millones para  2018 y  $44.000 millones para 2019, fueron devorados por la inflación y encima  ahora deberá destinar la mitad para subsidiar los aumentos de boletos (que igual van a aumentar) para que no se vayan a las nubes.

Además que Macri podó la obra pública por $70.000 millones, buena parte a realizarse en  la Provincia. Todo lo que obtuvo Vidal  con los rezongos del  aguerrido de la Torre fue una promesa de Macri  de realizar obras en la Provincia por $19.000 millones en 2019; “nos llevamos un pagaré”, manifestó un integrante de la comitiva de Vidal, no muy convencido evidentemente de su cobro, según el cronista de La Nación. Tanto es así que el monto prometido no ha sido incluido en el Presupuesto bonaerense: la palabra de Macri parece de escaso valor para una de la “mesa chica”

También desmintiendo, además, que “la democracia es la discusión de las leyes  en el Congreso”, Vidal se reunió en un hotel de Capital Federal para negociar la aprobación presupuestaria con Massa. Si bien dispone de una cómoda  mayoría en el Senado (29 de 46)  y casi tiene quórum en Diputados (44 de 92) deberá conseguir los dos tercios para aprobar el endeudamiento proyectado, lo que viene resultando su política oficial: en todo su mandato  la provincia terminará pagando por lo menos  unos $250.000 millones entre amortización e intereses de la deuda. Es así que  el déficit fiscal de la provincia se explica por el pago de intereses que son cada vez mayores como consecuencia de la devaluación, ya que la mayor parte es en dólares.

Por otro lado, la improvisación es tal que mientras La Nación informaba el 2/11 gastos por $850.000 millones y un endeudamiento de $100.000 millones, BAE el 5/11 apostaba por  $800.000 millones y endeudamiento entre $80.000 y $100.000 millones. Finalmente desmintiendo a todos, Télam unas horas más tarde informaba gastos por $930.000 millones y un endeudamiento de $68.500 millones: todos tuvieron razón en un renglón y se equivocaron en otro; cada “alta fuente” consultada tenía un número distinto.

Finalmente, develada la incógnita, el Presupuesto asciende a $930.000 millones contra $630.000 de 2018. Pero superando a Macri, Vidal presenta por primera vez en su gestión superávit primario (sin pago de intereses) de $12.500 millones, contra el déficit de $2.400 millones de 2018 y el déficit de $12.100 millones de 2017. Claro que si sumamos el pago de $50.000 millones de intereses encontramos un resultado final negativo de unos $40.000 millones.

De ahí la necesidad de acudir a un endeudamiento de $102.000 millones (porque además de pagar intereses se debe pagar deuda interna y externa)  para lo que negocia la ayuda de Massa. De este total, $68.500 millones están clasificados como “Deuda Externa a Largo Plazo”.

Pero si Macri debió recurrir al FMI, porque en palabras de Dujovne, su gobierno tiene cerrado el acceso al mercado financiero internacional, ¿por obra de qué milagro el mismo se abriría para la Provincia?

Fe ciega en el mejor equipo de los últimos 50 años o hay que pasar el verano, no importa mucho la explicación. El Presupuesto supone una planificación mínima de la actividad del Estado, y aquí lo que hay es un “plan de contingencia” según Melconian,  cuyo horizonte es llegar a las elecciones sin caer en el default.

Más precisamente, apoyado por el FMI, de  aplicar un plan de terrorismo económico contra los trabajadores, con la complicidad de la CGT y toda la oposición patronal, para lo cual Lagarde consideró “esencial” la aprobación del Presupuesto Nacional 2019, como prueba de la voluntad y la capacidad política de llevarlo adelante. En esos términos, qué importancia tiene que los supuestos económicos del Presupuesto de la Nación y de la Provincia sean ridículos, el cálculo de recursos grosero, las fuentes financieras ilusorias.

La importancia de su sanción es consagrar un brutal ataque al salario y condiciones laborales  de los estatales bonaerenses, las condiciones de seguridad social, salud y educación de la población, teniendo como prioridad el pago de la deuda, igual que en Nación.

Será la lucha en las calles la que podrá frenar este ataque de Vidal; la carpa montada por ATE en la Legislatura del 5 al 8 de noviembre  “contra el presupuesto de Macri y Vidal” junto a otros sindicatos y organizaciones sociales, con una casi nula discusión y preparación por la base muestra más que una voluntad de lucha unificada, la continuidad de la actividad de la burocracia en estos años de “hacer como que”,  tratando desactivar el protagonismo de los trabajadores como en los casos del Hospital Posadas o el Astillero Río Santiago. Será entonces necesario también avanzar en la organización por abajo rompiendo los diques burocráticos que separan y contienen al conjunto de los estatales para derrotar el plan de Macri, Vidal y el FMI.

 

Astillero Río Santiago

Desmintiendo cualquier proyecto de reactivación, del presupuesto total del ARS de $3.167 millones, el 95% está establecido para el pago de sueldos, lo que torna inviable la producción. La inversión presupuestada es de $2.5 millones, mientras que para el pago de impuestos se destinan $30 millones. Con una inflación proyectada del 50% para 2018, el presupuesto  en términos reales es un 40% inferior al 2018, que fue de $3.600 millones.

 

(1) El federalismo es un sistema político en el cual las funciones de  gobierno están repartidas entre un grupo de Estados asociados (las provincias)  en primer lugar, que se supone luego delegan competencias a un Estado Federal central.  Como podemos observar cotidianamente, lo que en realidad hay no es ninguna delegación, sino una subordinación economía casi total al poder central. Que una situación política particular les posibilite a  los gobernadores, como ahora, obtener miserables concesiones, no es garantía que lo sea siempre. Más que “mejorar el federalismo” como declara Laspina, hemos visto la urgencia de postrarse ante el altar del FMI.

(2) Por la coparticipación de impuestos (el reparto de algunos impuestos entre la Nación y las Provincias) pero también por envíos discrecionales. En 2018 la Nación le envió 42.000 millones en ATN (Aportes del Tesoro Nacional) casi el 8% del presupuesto total de la provincia.

(3) Perfil. Presupuesto 2019: Vidal la principal perjudicada

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