El kirchnerismo vuelve a la carga contra Guzmán, pero sin alternativas al ajuste

La continuación de una estrategia política que busca diferenciarse del "albertismo", pero siguen siendo parte del gobierno y no ofrecen una alternativa al ajuste.

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Varios referentes del kirchnerismo volvieron a lanzar sus dardos esta semana contra el Ministro de Economía, Martín Guzmán.

Significa la continuación de una estrategia política que busca diferenciarse del «albertismo» al mismo tiempo que siguen siendo parte del gobierno.

El primero en tomar la posta fue Andrés Larroque, dirigente de La Cámpora y Ministro del gobierno de Kicillof. El «cuervo» apuntó contra Guzmán señalando que «nadie lo votó». Esta mañana también se sumó a las críticas la Senadora Juliana Di Tullio, de estrecha relación con Cristina Kirchner. Di Tullio acusó a Guzmán de «no tomar nota de la derrota electoral» y de «no distribuir nada» a pesar de que la economía creció.

Además, la senadora señaló que «cuando vos no le serviste a la mayoría del pueblo argentino, lo que uno espera son actitudes un poco menos individualistas”, insinuando con la idea de que Guzmán debería renunciar. 

Esta nueva oleada de críticas son parte de la misma estrategia política que el kirchnerismo viene aplicando desde que comenzó a hacerse realidad el acuerdo del gobierno con el FMI. El sector del FDT que responde a Cristina habla como si fuera oposición «por izquierda» al gobierno, intentando resguardar su perfil político «progre» y «redistributivo».

Sin embargo, las críticas enfocadas en Guzmán no tienen ninguna contraparte propositiva: el kirchnerismo es incapaz de ofrecer un plan alternativo al ajuste que pretende llevar adelante el gobierno y el FMI.

Además, las críticas quedan en eso: en meras palabras. El kirchnerismo no ha movido un dedo para intentar enfrentar el acuerdo que según ellos mismos significa un ajuste. No dejan de ser parte del gobierno y por lo tanto quienes en parte tendrán que aplicar el ajuste.

Por eso, este discurso de hacer «como si» fueran oposición el único objetivo que tiene es despegarse del costo político que pagará el oficialismo por el ajuste, especulando con que en 2023 el sector K tenga chances electorales, pero sin hacer nada real para enfrentar el ajuste que intentarán hacer pasar este año.

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