La delegación argentina la integran el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, el viceministro de Economía, Fernando Morra, el secretario de Hacienda, Raúl Rigo, el subsecretario de Financiamiento, Ramiro Tosi, el subgerente general de Investigaciones Económicas del Banco Central, Germán Feldman, y el director y vicepresidente segundo de la entidad monetaria, Jorge Carrera.
La delegación del FMI está encabezada por la directora adjunta del Departamento para el Hemisferio Occidental, Julie Kozack, y el jefe de la Misión Argentina, Luis Cubeddu.
Plazos
Funcionarios de Hacienda declararon a la agencia Télam que «la misión es estrictamente técnica» y que «el objetivo es continuar avanzando con los entendimientos» para acordar nuevos plazos del pago de la deuda, que sobrepasa los 44.000 millones de dólares. El gobierno argentino espera alcanzar un entendimiento técnico con el Fondo durante el transcurso de diciembre. De alcanzar ese objetivo, dicho entendimiento deberá pasar posteriormente por el Congreso (donde ya se prevé un acuerdo entre Todos y Juntos) y por el Directorio del FMI, respectivamente.
Los voceros del Fondo declararon recientemente que, durante la semana del 20 de diciembre, el Directorio Ejecutivo del FMI hará lo que se conoce como «Evaluación Ex – Post», un balance del acuerdo stand – by firmado originalmente con Macri. El gobierno de Fernández espera que dicha evaluación permita agilizar las negociaciones y estirar los plazos de pago.
«Queremos generar un acuerdo que nos permita refinanciar los abultadísimos vencimientos de deuda para los próximos tres años a los que se había comprometido el gobierno de Mauricio Macri», declaró Fernández hace pocos días en una conferencia organizada por la UIA. Según el acuerdo original, la Argentina debería pagar 19.000 millones de dólares en 2022, y otros 19.000 millones en 2023. Son cifras lisa y llanamente impagables para una economía como la Argentina, con una balanza comercial deficitaria y en la que las divisas se fugan sistemáticamente.
Tasas
Otro punto a discutir serán las tasas de interés que se apliquen en el refinanciamiento de la deuda. El Directorio del Fondo discutirá este punto el lunes 13 de diciembre. La revisión de las sobretasas fue solicitada por el gobierno argentino, para lo cual obtuvo el respaldo del G-20. No se trata de un punto menor, ya que la tasas de interés acordadas por Macri con el FMI significan alrededor de 1.000 millones de dólares anuales para la Argentina.
Esto se debe a que el acuerdo stand – by original (por 57.000 millones de dólares) superaba la cuota de la Argentina dentro del Fondo. Un ejemplo más del carácter impagable y usurario de la deuda.
Miedos
Tanto el gobierno argentino como el Fondo desean que las negociaciones se desarrollen lo más rápidamente posible. El primero, porque un impasse en las negociaciones podría generar una corrida devaluatoria difícil de cerrar y con consecuencias sociales imprevisibles. Hay que recordar que el fantasma del 2001 sigue atemorizando a más de un funcionario en la Casa Rosada.
El Fondo, por su lado, tampoco desea una cesación de pagos de la Argentina. Aún si nuestro país es periférico y dependiente dentro del mundo, el fracaso de las negociaciones podría ser un nuevo ejemplo internacional de las acciones usurarias del FMI.
Una sola cosa es segura en este minueto de reuniones y negociaciones: cualquier acuerdo al que lleguen Fernández y el Fondo significará ajuste y hambre para los trabajadores argentinos. Reforma laboral, reforma previsional y reforma tributaria son los puntos centrales del programa del Fondo para garantizar el pago de la deuda. Una receta que ya se aplicó en los noventa con resultados conocidos (el 2001) y que Macri quiso traer a escena nuevamente con un fracaso estrepitoso (18 de diciembre del 2017).
Todos y Juntos están plenamente dispuestos a cerrar el acuerdo y aplicar estas recetas. Lo mismo los «liberales» de Milei y las fuerzas menores del peronismo federal. La única nota discordante en la discusión de la deuda lo ha dado la izquierda argentina. Los partidos de este sector convocan a una movilización bajo la consigna «No al acuerdo con el FMI» este sábado 11 de diciembre.
Dicha convocatoria ya ha reunido a sectores más amplios, desencantados con el albertismo y el cristinismo. Habrá que ver. Mientras Fernández, Guzmán y Cristina se pasean por reuniones «técnicas» y toman café con los diplomáticos de la usura, otras cosas podrían empezar a cocinarse en los ánimos populares.