Salarios y Educación Pública

El Frente Sindical de la Universidades Nacionales frena la lucha contra el ajuste de Milei

El gobierno viene imponiendo salarios unilateralmente, sin paritarias, con miserias para los trabajadores universitarios. Los gremios duermen la siesta.

Luego de seis meses de gobierno de Javier Milei queda muy claro el eje de sus políticas. La Ley Bases y el DNU 70/2023 muestran a la clara que se trata de un gobierno profundamente antiobrero, que busca beneficiar a los sectores capitalistas mas concentrados en desmedro de los trabajadores y el pueblo. La reforma al impuesto de Bienes Personales, que exime de pagar a quienes tengan hasta 100 millones de pesos, al mismo tiempo que se reimplanta el regresivo Impuesto a las Ganancias (en realidad, impuesto al salario) muestra que quienes van a pagar el ajuste son los sectores con menos ingresos. En ese mismo sentido estuvieron otras políticas de Milei como el brutal ajuste a los jubilados, con una pérdida real hasta casi el 40% de sus haberes.

Estas políticas del gobierno de Milei de ajuste, tarifazos bestiales (luz, gas, transporte, agua, combustibles, peajes, etc), despidos y recortes en salarios y jubilaciones llevó a una pérdida brutal del poder adquisitivo de los trabajadores. Ello condujo a un menor consumo, como el que se pudo verificar en la caída del consumo en productos esenciales como la leche (-18,3% en el primer trimestre del año), carne (-15,3% en relación al 2023) y el pan (-45% en el primer cuatrimestre). Es decir una bestial merma en los productos más básicos. Según lo informado por la cámara de supermercados, las caída de las ventas en los mismos fueron de un 17,6% en términos interanuales.

Como lógica resultante de la contracción del consumo, la economía nacional entró en recesión, con una baja de la actividad económica del 5,1%. Y como parte de este círculo declinante de la economía, a partir de ese menor consumo llegaron los despidos y el consabido aumento de la desocupación, que llegó al 7,7% (más de 150.000 trabajos registrados perdidos desde inicio de este año). Esto representa un alza de dos puntos en relación al último trimestre del 2023 cuando marcó un 5,7% y de 0,8% teniendo en cuenta el registro del primer trimestre del año pasado. El paisaje de fábricas que empiezan a cerrar, suspenden o despiden personal de forma masiva (en muchísimas Pymes industriales pero también en grandes fábricas) y de negocios que cierran sus piertas ante la abrupta caída de las ventas ya se empieza a convertir en habitual.

Es decir que luego de seis meses de gobierno mileísta, todas las variables económicas que hacen a las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo muestran indicadores negativos. No hay rubro donde los asalariados no hayan perdido. Y lo que se avecina, luego de la aprobación de las facultades delegadas al gobierno y la Ley Bases, se pronostica más sombrío.

El ajuste sobre el Estado

Durante la campaña electoral Milei hizo bandera su prédica de «ajustar a la casta». Pero, luego de seis meses de gobierno, ya se pudo verificar que la única «casta» sobre la que descargó las consecuencias de sus políticas fue a los trabajadores.

Este fin de semana se produjo una segunda ola de despidos en el Estado, sobre todo en el Ministerio de Capital Humano, el ex Ministerio de la Mujer (cuyas funciones fueron eliminadas), la Secretaría de Derechos Humanos, el Instituto Nacional de Tecnología (INTI) y hospitales como el Posadas. Según denunció ATE, se registraron 2.305 despidos en la Administración Pública Nacional desde el viernes pasado, pero se especula que podrían ser más de 5.000. El gobierno, por boca de su vocero bufón, Manuel Adorni, había adelantado esta situación cuando, en una de sus habituales conferencias, con el cinismo inhumano que lo caracteriza, había dicho: «El 30 de junio será otra barrida y otra limpieza que se le dé a ese universo, de todas maneras los que continúen vigentes también será por un tiempo determinado».

El otro eje de este ajuste sobre los trabajadores estatales se manifiesta con los aumentos salariales que son sistemáticamente menores mes a mes frente a la inflación. Son paritarias que no tienen nada de paritarias, dado que de lo único que se trata es del informe unilateral del gobierno hacia los gremios de cuanto va a ser el aumento salarial otorgado, sin negociación alguna.

La situación en las universidades

Desde principios de su mandato Milei impulsó un feroz ajuste sobre las universidades. Anunciaron al comenzar el año que iban a prorrogar el presupuesto universitario del año 2023 sin aumento alguno. Era un recorte absoluto, teniendo en cuenta la inflación del año pasado y la de los primeros meses de este. Este ajuste significaba la virtual paralización de la educación superior, ya que los fondos remitidos por el gobierno no alcanzaban para pagar los servicios ni llegar al segundo semestre.

Esta situación límite llevó a la formación de un virtual frente único entre las autoridades universitarias, los gremios y las federaciones y centros estudiantiles que decantó en la inmensa marcha del 23 de abril, que congregó a cientos de miles en las calles de todo el país. Gracias a su masividad y a la potencialidad que expresaba esa lucha en las calles es que el gobierno de Milei reculó y terminó otorgando un aumento del presupuesto para las universidades… que sigue siendo un ajuste brutal.

Esa asignación extraordinaria de partidas (que en principio le fue otorgada a la UBA y que luego extendieron al resto) fue únicamente para gastos de funcionamiento, que cubren aproximadamente el 10% de los gastos de las universidades. Para el 90% restante, es decir el pago de salarios de docentes, investigadores y no docentes, no hubo respuesta.

La conformación del Frente Sindical Universitario

La política de Milei de cara a los trabajadores universitarios fue directamente de eliminar la paritaria, en el marco de una pérdida adquisitiva del salario cercana al 40%. Desde la asunción de su gobierno, los gremios fueron recibidos en cada ocasión por funcionarios de poco rango del Ministerio de Capital Humano a cargo de Sandra Pettovello. Dichas reuniones no oficiaban de paritarias, dado que funcionaban como meras informaciones a los representantes gremiales de cuanto iba a ser el aumento asignado unilateralmente por el gobierno. Ningún otro tema, habituales en las paritarias, se trataba en esas reuniones.

Esta situación provocó una inédita unidad entre los diferentes gremios universitarios, ya sean docentes o nodocentes, con la conformación del Frente Sindical de la Universidades Nacionales. El mismo es integrado por las federaciones docentes Conadu, Conadu Histórica, Fedun, Ctera, Fagdut, UDA y los no docentes de FATUN.

En ese marco, desde el Frente Sindical se convocó a paros los días 14 de marzo, 23 de abril, 23 de mayo y 11 y 12 de junio. Estos paros se realizaron sin movilización y sin buscar confluir con el movimiento estudiantil, quedando en huelgas aisladas que no movieron el amperímetro del gobierno. Pero como desde las bases la bronca contra el ajuste y la pérdida de poder adquisitivo crece, los gremios se pintaron la cara de combativos para anunciar que se venía un paro de 72hs antes de la finalización del semestre y el posible no inicio de actividades en la segunda parte del año.

Además de negar las paritarias, de mandar funcionarios de segundo orden a las reuniones, se sumó que en ocasión de reunirse con la ministra Pettovello a principios de junio, esta reconoció la justeza de los reclamos y se comprometió a gestionar una respuesta del ministro de Economía Luis Caputo para el día siguiente, pautando una reunión. Los gremios concurrieron a la misma sin que la ministra se haga presente ni les atienda el teléfono.

Pero, como la burocracia sindical no quiere agitar demasiado las aguas y todo su norte se reduce a pensar en las elecciones del 2025 (rememorando el famoso «hay 2019») como única forma de enfrentar a este gobierno, es que rápidamente archivaron el paro de 72hs para transformarlo en unas inocuas «jornadas de visibilización». Jornadas, claro está, que no lograron que se visibilizara nada ya que de lo único que se trató fue de algunas actividades menores en cada universidad y una marcha de representantes sindicales sin docentes, nodocentes ni estudiantes al Ministerio de Capital Humano (pidiendo por escrito por enésima vez una reunión paritaria que el gobierno largamente demostró que no va a dar).

Cuál es la salida

Ante esta situación, los trabajadores universitarios (docentes y nodocentes) no pueden seguir esperando que con paros aislados se le tuerza la mano a este gobierno. Milei ya demostró largamente que va por más, como se ve en los despidos de estatales. Para logran derrotar sus políticas y que se recomponga el salario es necesario construir la más amplia unidad por abajo que garantice medidas de luchas efectivas. Si no se logra eso, el gobierno nacional va a seguir imponiendo aumentos salariales a la baja, como sucedió todos estos meses.

Estas luchas deben ser contundentes, deben ser parte de un plan de lucha que involucre por abajo al conjunto del movimiento universitario. La movilización del 23 de abril demostró que la masividad en las calles y la contundencia de la lucha hacen retroceder al gobierno. Los paros aislados o el levantamiento de los que están anunciados debilitan la lucha. Y esa unidad de docentes y no docentes debe empalmar con la lucha del movimiento estudiantil.

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