
Esta noticia fue viral, se trata del derrame más grande en la provincia de los últimos diez años.
Según la estimación realizada por la secretaría de Ambiente y Cambio Climático de Río Negro el día lunes, el petróleo se propagó por unos 20.000 metros cuadrados, unas dos hectáreas aproximadamente. El ducto que se rompió es parte de la red que transporta el crudo de la Cuenca Neuquina -principal región productora de petróleo del país- hacia las refinerías ubicadas en la provincia de Buenos Aires.
Pese a que transcurrieron varios días, las causas del hecho «aún están siendo investigadas», según la compañía. Para poder precisar el por qué, en términos técnicos, debe excavarse la zona hasta llegar al ducto. Sin embargo, se presume que la rotura haya sido provocada por la antigüedad de la infraestructura y la cantidad de crudo que circula. Y este elemento tiene una dimensión que va más allá de un mero «incidente».
Una industria que crece generando grandes daños socioambientales
La empresa Oldeval es la más grande transportadora del país cuenta con la concesión de oleoductos desde principios de la década del ’90 y su principal accionista es YPF. Como parte de la industria ligada a los combustibles fósiles en la zona operan multinacionales de la talla de Pan American Energy, Tecpretrol, Chevron, Exxon, Pampa Energía, entre otros.
Estas son algunas de las empresas que utilizan la infraestructura de Oldelval, que es clave para el transporte del petróleo de Vaca Muerta -yacimiento no convencional- y de los yacimientos convencionales tanto de Neuquén como de Río Negro.
La industria hidrocarburífera está siendo impulsada activamente por el gobierno de Alberto Fernández y el Frente de Todos. El 15 de septiembre de este año, Alberto Fernández anunciaba en el Museo del Bicentenario junto a empresas petroleras, gobernadores, sindicalistas del sector que «tenemos que poner el máximo impulso a la actividad petrolera y gasífera». Allí presentó el proyecto de Ley de Promoción de Inversiones Hidrocarburíferas, con el que el Gobierno del FdT «busca dar previsibilidad a la industria con un esquema de incentivos para el sector del gas y el petróleo durante los próximos 20 años».
Los mayores volúmenes de producción y la sed ante las enormes ganancias tienen como consecuencia estos desastres socioambientales que se disfrazan con nombres cínicos como «pasivos ambientales». El aire, el agua, la tierra son envenenadas sistemáticamente con los desechos que producen estas empresas. Las comunidades originarias son violentadas y desplazadas, los territorios padecen de las sequías, la actividad sísmica que son consecuencia del fracking.
Vaca Muerta es el símbolo de una política ligada al saqueo y la explotación de los combustibles fósiles, que son los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Estos provocan la aceleración del calentamiento global y el cambio climático, un problema que paga la humanidad por la voracidad de los capitalistas.
Lefxaru Nawel, de 34 años, es abogado y participa de la ‘Multisectorial contra el Fracking’, un conjunto de organizaciones y activistas que viene denunciando y luchando hace años contra la contaminación en Vaca Muerta. En una entrevista para Revista Crítica decía:
«Desde 2013 se prometió prosperidad, mayor acceso a derechos básicos y sobre todo una mejor vida, pero estos años han sido de contaminación, saqueo, muerte, empobrecimiento estructural, aumento del endeudamiento público y empeoramiento de la situación de las escuelas: 130 no estaban en condiciones de volver a la presencialidad por la situación edilicia. Y han fallecido una maestra y dos operarios por falta de mantenimiento en Aguada San Roque, que está rodeada de pozos de gas y petróleo”.