Declaración de la Corriente Internacional Socialismo o Barbarie

El acuerdo de un alto al fuego en Gaza es un enorme triunfo, aunque parcial e inestable, del pueblo palestino

Después de que se anunciara la inminencia de un acuerdo de alto al fuego en Gaza entre Hamas e Israel, las tropas sionistas continuaron con las masacres. El acuerdo es insuficiente y contiene muchos peligros, pero sería un triunfo del martirizado pueblo palestino.

*Redacción de esta declaración: Federico Dertaube. Leer esta declaración en inglés, francés y portugués.

El anuncio de un acuerdo de alto al fuego en Gaza fue recibido con festejos en las calles, entre los escombros y las tiendas que se han convertido en los hogares de los gazatíes. Las cosas son simples, para los palestinos no hay mucho lugar para los cálculos tácticos: ¡la realidad es que resistieron un genocidio aplicado sistemáticamente durante 15 meses! No les interesa pensar en los detalles de las concesiones y las idas y vueltas de una negociación internacional. Los palestinos festejan que se aguantaron la masacre. Por eso perciben esto como un triunfo, por eso festejan, y tienen razón para festejar. Es, de hecho, algo muy simple de entender.

Del otro lado, la sociedad y la burguesía israelí están divididas. Los ministros de extrema derecha del gobierno de Netanyahu, como Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich, amenazan con renunciar y boicotear al gobierno si se llegara a cerrar el pacto de alto al fuego en Gaza. Sus deseos también son muy simples: no les interesan los rehenes, pese a la campaña internacional del sionismo de poner eje en ellos. Su único deseo es terminar con el trabajo de destrucción de Hamas y de limpieza étnica. Mientras las organizaciones internacionales de lobby israelí han llenado las ciudades del mundo con carteles hablando de los rehenes, ellos han hecho algo muy distinto en suelo palestino ocupado: han perpetrado el mayor genocidio «político» desde la Segunda Guerra Mundial en el gueto de Gaza.

Smotrich dijo hace unos meses que «es posible y necesario ocupar Gaza» y que «podemos hacer que su población sea menos de la mitad de la actual en dos años». Ben-Gvir participó frente a Gaza de un acto de la organización de colonos Nachala, encabezada por Daniela Weiss, en la que ésta dijo que su propósito era «colonizar Gaza, no una parte de Gaza sino toda Gaza» y que «Los árabes han perdido su derecho a estar aquí». No son voces marginales: son ministros de gobierno que pueden definir el futuro de un alto al fuego en Gaza.

Sin embargo, la sociedad sionista está dividida. Israel también está cansada del esfuerzo de la agresión y masacre sistemática. Y de la resistencia del pueblo palestino, que se las arregló para mantener 100 rehenes bajo su control ejerciendo su legítimo derecho a la autodefensa.

En Tel-Aviv, fuera de las oficinas de los grandes funcionarios, los familiares de los rehenes se movilizaron para exigir que se llegue a todas las fases del acuerdo de un alto al fuego en Gaza. Temen que cuando se arribe a la fase 2 Israel se desentienda, vuelva a la masacre y los rehenes restantes nunca sean liberados. Desde finales del 2023 vienen denunciando que el gobierno los usa como excusa, que no ha intentado nada realmente para la devolución de los rehenes. Es cierto: cuando fue la primera y corta tregua a la masacre en noviembre pasado, Netanyahu dijo que no habría paz hasta no exterminar al «enemigo». Le ponen el nombre «Hamas», pero su propósito de fondo es la limpieza étnica. Quieren una «solución final» a la cuestión palestina.

Cuando fue la invasión de Israel al Líbano, en octubre del 2023, dijimos: «La política sistemática de limpieza étnica de Israel contra los palestinos no es un rasgo más del Estado sionista, es parte necesaria de su existencia, inseparable del proyecto sionista. La instauración de un etno-Estado puramente judío en un lugar en el que la población judía era muy minoritaria implicaba desde el principio borrar del mapa a la población mayoritaria y originaria de la Palestina histórica. Nadie que no sea judío puede ser un ciudadano de pleno derecho en un etno-Estado como Israel. Un proyecto de Estado étnicamente «limpio» es parecido al de los nazis por muchos motivos, y no puede existir sin los métodos de los nazis. La limpieza étnica en un país que existe por medio de la colonización es condición necesaria de su existencia.» (La agresión sionista al Líbano es una profundización del genocidio palestino)

La magnitud de la agresión genocida desde los últimos meses de 2023 no tiene precedentes. Esto desató las movilizaciones mundiales en defensa del pueblo palestino, que tienen semejanzas con las de defensa del pueblo vietnamita 50 años atrás. Las marchas multitudinarias presionaron al gobierno de Biden y presionan ahora a Trump, que quiere asumir con “este problema resuelto”.

Sin embargo, estos deseos chocan con el de muchas figuras de importancia en el sionismo, incluso dentro del propio gobierno, que ven esta avanzada como la oportunidad de concretar finalmente la colonización completa de Palestina (una política que no es la del imperialismo tradicional, al menos no hasta ahora, veremos qué trae Trump).

Su proyecto explícito, repetimos, es hacer de esta «guerra» la avanzada final de su limpieza étnica. Sin embargo, su crisis es que ven en el acuerdo de un alto al fuego en Gaza un obstáculo en ese camino trazado por toneladas de bombas. De ahí la crisis política abierta en el Estado sionista, de ahí las dilaciones en firmar el acuerdo (que así y todo es parcial e inestable, e irá avanzando o no como “cortando clavos” cada día). Por eso ellos se quejan mientras los palestinos festejan.

El posible acuerdo de un alto al fuego en Gaza

El anunciado acuerdo de un alto al fuego en Gaza consta de varias fases. Pero hay que tener en cuenta que es todavía un borrador. Todavía no está confirmada su implementación, que en teoría entraría en vigencia el próximo domingo. Las negociaciones continúan, como las masacres. 81 palestinos fueron asesinados por Israel en las 24 horas que siguieron al anuncio del acuerdo. En lo que hay más acuerdo es en la fase 1, todas las demás se siguen negociando.

Fase 1 (42 días):

  • Hamas libera a 33 rehenes, incluyendo mujeres soldados y civiles, así como niños y hombres mayores de 50 años.
  • Israel libera 30 prisioneros palestinos por cada civil y 50 por cada mujer soldado. Son miles los palestinos en las cárceles de Israel, sometidos a condiciones inhumanas de existencia y torturas. Algunos tienen condenas de cadena perpetua. La enorme mayoría son civiles víctimas del Estado de Apartheid.
  • Alto al fuego en Gaza. Las tropas sionistas se retiran de la mayoría de las zonas más populosas hacia zonas cercanas a las fronteras de la Franja.
  • Los palestinos desplazados pueden volver a lo que queda de sus casas y sus barrios, que es muy poco. Israel permitiría que ingrese más ayuda humanitaria, a la que viene bloqueando desde hace ya casi un año y medio.

Fase 2 (42 días):

  • Declaración de una «calma sustentable».
  • Hamas libera a los rehenes masculinos restantes (civiles y soldados) a cambio de un número todavía a determinarse de prisioneros palestinos.

Esta fase es la más conflictiva en las negociaciones. Hamas exige la retirada total de las tropas sionistas de la Franja de Gaza. Pero el gobierno de Israel se niega a ceder un punto clave: exige que Hamas no forme parte de un próximo gobierno gazatí. Al parecer, Hamas está de acuerdo en ceder el actual gobierno, pero rechaza no integrar el que viene. Es una posición lógica: los que tienen que decidir su gobierno son el pueblo gazatí y palestino en general, no el sionismo y el imperialismo.

De palabra, las negociaciones continuarían luego de la fase 1 y si no hay acuerdo para ingresar en la fase 2. Pero esto puede ser una trampa a Israel para reiniciar la agresión militar como si nada. Sin embargo, tienen un grave problema: Hamas se reserva, con toda la razón del mundo, otra tanda de rehenes por si eso ocurriera. Y esto mete presión en Israel, porque los familiares quieren que esta historia se acabe y que todos los familiares vuelvan a su casa. El Estado sionista está metido en un dilema existencial y esa es su peor derrota en este genocidio. A largo plazo, su continuidad está amenazada.

Por otra parte, el estado sionista no quiere ceder el Corredor Netzarim. Se trata de un «corredor» controlado por las tropas israelíes que mantiene dividido al norte y el sur de la Franja desde el comienzo de la ocupación.

Corredor Netzarim
El Corredor Netzarim

No es un tema menor: Israel se niega a perder el control de la circulación de gente dentro de la Franja. No querer ceder el corredor es una burla evidente a todo intento de paz. Implica decir abiertamente que no piensan perder el control sobre la población y la Franja como tal, lo que les permitiría retomar el desplazamiento y las masacres cuando quieran. Es como decir «negociamos ahora, los colonizamos después». Además, dicen que pretenden mantener el Corredor Netzarim para evitar que Hamas pueda reorganizarse y armarse. Hamas tiene el derecho a hacerlo. La realidad es que la ocupación y la masacre no lograron derrotar a la organización palestina, ni al pueblo gazatí como tal. Hacerlo era un objetivo explícito de Netanyahu, que ahora se enfrenta al espejo de la realidad.

Frente a un Estado que dice en voz alta que quiere colonizar, exigen que los colonizados acepten desarmarse. ¿Quién aceptaría como condición tener que enfrentar a una fuerza de ocupación con las manos vacías?

Fase 3 (tiempo a determinarse):

  • Intercambio de los cuerpos de los rehenes israelíes fallecidos a cambio de los cuerpos de prisioneros palestinos.
  • Implementación de un plan de reconstrucción de Gaza.
  • Reapertura de las fronteras de Gaza.

La fase más discutida es la fase 2. Los ministros de Netanyahu lo están diciendo abiertamente: aceptarán el acuerdo si pueden recuperar a los rehenes y automáticamente reiniciar la destrucción de Gaza. The Jerusalem Post dice que «Smotrich exige recibir garantías de que las FDI continuarán operando en Gaza una vez completado el acuerdo»… «Esto incluye un retorno a la lucha con una mayor intensidad y que las FDI tomen el control sobre la distribución de ayuda humanitaria en Gaza.»

Esta es la crisis política a cielo abierto. El ala del gobierno más de extrema derecha quiere solo una pausa para reiniciar la agresión, parte de la población israelí está harta de la “guerra”, quiere volver a una vida más normal, y el mundo y los cientos de miles de simpatizantes con la causa palestina están alertas.

Holocausto y ocupación

Las cifras son una muestra clara de lo que han sido las intenciones del gobierno genocida de Netanyahu. Los muertos reconocidos hasta ahora son unos 46 mil, pero The Guardian aclara que hay por lo menos 10.000 más entre los escombros a los que todavía no se ha encontrado ni identificado. Por otra parte, los heridos son 110.000, variando la intensidad de su gravedad (un tercio tendría lesiones de por vida).

Pero la catástrofe va mucho más allá de las masacres. Gaza es tierra arrasada. La destrucción de hogares e infraestructura ha sido descomunal. ¡Harán falta 10 años solo para remover los escombros!

9 de cada diez casas han sido destruidas. 1,9 millones de gazatíes, el 90% de la población, han sido desplazados. Israel consagró un nuevo crimen de guerra en el curso de esta masacre: el domicidio.

Israel destruyó todas las escuelas de Gaza. Lo que queda de ellas es poco, y se usan para la atención de los heridos y hambrientos. En todo este largo año, ningún niño palestino ha podido ir a la escuela en Gaza. Se habla de una generación entera sufriendo a largo plazo el trauma de la falta de educación en el futuro, además de los traumas psicológicos de la barbarie continua.

1.050 trabajadores de la salud han sido asesinados por Israel. Solamente 17 de los 36 hospitales de Gaza siguen en funcionamiento, y solo parcialmente. Hubo 654 ataques registrados en instalaciones de salud. Las tropas de la FDI controlan el ingreso de ayuda y medicamentos, y han hecho imposible la atención médica para millones imponiendo la escasez.

En Gaza, se ha impuesto el hambre. En las cifras oficiales de muertes no entran los asesinados por el hambre y las enfermedades. El 96% de los niños no están siendo apropiadamente alimentados. 345.000 personas enfrentan una situación alimentaria «catastrófica»; 876.000 una de emergencia.

Los números hablan solos. La guerra de Israel no es una guerra contra Hamas, es una guerra contra el derecho a existir de los palestinos. Los seis millones de asesinados por el Holocausto nazi se deben remover de vergüenza en sus “tumbas” ante el Holocausto causado por el sionismo, que ha demostrado ser una de las corrientes más reaccionarias y retrógradas del último siglo. Su política es la de la colonización estilo siglo XIX en pleno siglo XXI.

El acuerdo de alto al fuego en Gaza: un enorme triunfo parcial palestino

Los equipos diplomáticos de los gobiernos saliente y entrante de Estados Unidos están presionados por un acuerdo. Tanto Trump como Biden vienen siendo el principal sostén internacional de Israel para la masacre, tanto política como militarmente. Que ambos le quieran poner un freno, al menos temporal, pone en evidencia que temen a un costo político muy grande: ¡las movilizaciones pro-palestinas solo han crecido en los últimos 15 meses y amenazan con redoblarse si este acuerdo se cae!

Lo mismo se puede decir del propio Netanyahu. Ya fueron muchas las veces en las que puso freno a la posibilidad de toda tregua, sosteniendo su voluntad de ir hasta el final, pero está fracasando a pesar del genocidio concretado. Los ministros que protestan y amenazan con retirarse del gobierno son fascistas que no miden ninguna consecuencia. Las renuncias de ministros como Ben-Gvir y Smotrich podrían abrir una crisis política en el gobierno. Incluso podrían forzar la convocatoria a elecciones anticipadas. Las principales manifestaciones en Tel-Aviv son en favor de un acuerdo. La sociedad israelí está profundamente dividida, pese a que la simpatía por el genocidio es mayoritaria.

Y mientras Israel podría estar al borde de una crisis política, las fuerzas palestinas se muestran más unificadas que hace dos años. Las negociaciones entre Hamas y Fatah podrían abrir las puertas a la reunificación política palestina, tras casi dos décadas. Es algo insólito. Los masacrados, entre los escombros de sus pueblos y sus ciudades, se muestran más unidos y solidarios entre sí. Los masacradores, los colonizadores, se dividen.

La propaganda del sionismo y el imperialismo cómplice ha engañado a muchos. Muchos incluso piensan que el palestino es un conflicto «religioso». Pero lo cierto es que las manifestaciones a lo largo del mundo han puesto en evidencia que la causa palestina tiene una simpatía de masas, mayoritaria, a lo largo de todo el mundo. Vivimos en un mundo en el que el rechazo a la colonización y la segregación racial es ampliamente mayoritario. La extrema derecha viene intentando hacer retroceder los valores heredados de la Revolución francesa, de las revoluciones socialistas y anticoloniales. Pero no han logrado hacer retroceder el reloj de la historia.

El acuerdo de alto al fuego en Gaza es insuficiente y tiene muchos peligros. Poco dice sobre la absolutamente necesaria y urgente reconstrucción. No hay ninguna garantía de que el sionismo no retome el genocidio.

Pero los palestinos festejan. Se han ganado ese derecho. Mientras tanto, los defensores del genocidio protestan en voz alta y en voz baja. Su resentimiento con los palestinos es porque no pueden perdonarles su mayor crimen. Ninguna violencia palestina guarda ninguna proporción con lo que ese pueblo ha sufrido, con los desplazamientos, las masacres, con estar rodeados de muros y cercas, apuntados todos los días por fusiles y ametralladoras. No, no es ninguna violencia palestina lo que los colonizadores no les perdonan. El principal crimen de los palestinos, el que despierta la ira de los colonizadores, es seguir aferrándose heroicamente a su derecho a vivir y existir. 

¡Viva el pueblo Palestino!

¡Por una única Palestina laica, libre y socialista desde el rio hasta el mar!

Seremos directos: Te necesitamos para seguir creciendo.

Manteniendo independencia económica de cualquier empresa o gobierno, Izquierda Web se sustenta con el aporte de las y los trabajadores.
Sumate con un pequeño aporte mensual para que crezca una voz anticapitalista.

Me Quiero Suscribir

Sumate a la discusión dejando un comentario:

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí