El abandono educativo marcó las elecciones en la UBA

Elecciones UBA, un primer balance

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Los datos de la elección fueron principalmente tres. En primer lugar, crecimiento del bloque de Franja Morada que en general aumentó sus porcentajes y ganó el centro de Agronomía; por otra parte deterioro aunque sin derrumbe del bloque K-Frente de Todos, que sostuvo 2 de los 3 centros que dirigía; y en tercer lugar, una nueva distribución en el espacio de la izquierda: mientras el FITU se derrumbó en varias facultades, emergió con muchísima fuerza el ¡Ya Basta!, la renovación en la izquierda en la UBA, obteniendo una importantísima votación de Filo (10%), donde de conformar una lista común como propusimos, se hubiera ganado el CEFYL y la mayoría en el Consejo, y una muy buena proporción en las demás facultades.

El pasado viernes 8 finalizaron las elecciones 2022 a Centros de Estudiantes y representantes estudiantiles en los Consejos Directivos y Juntas de Carrera en toda la UBA. Se trató de las primeras elecciones en más de 2 años, durante los cuales las facultades permanecieron casi en su totalidad cerradas, y apenas en las primeras semanas de clases. Esta fecha, impuesta de manera antidemocrática por el Rectorado de la UBA, tenía el objetivo de recortar el debate y beneficiar a los oficialismos, especialmente los vinculados a las gestiones universitarias. Tal es así, que solo en una (agronomía) de las trece facultades hubo un cambio de conducción en los Centros de Estudiantes, una elección en donde se mantuvieron (relativamente, aunque con algunos movimientos) los espacios políticos de la última elección. Con los resultados del viernes, el bloque de Franja Morada y aliados sostiene la mayoría de las conducciones de centros de estudiantes (9 de 13) y se prepara para revalidar la conducción de la FUBA alcanzada en 2019.

Los datos de la elección fueron principalmente tres. En primer lugar, crecimiento del bloque de Franja Morada que en general aumentó sus porcentajes y ganó el centro de Agronomía; por otra parte deterioro aunque sin derrumbe del bloque K-Frente de Todos, que sostuvo 2 de los 3 centros que dirigía; y en tercer lugar, una nueva distribución en el espacio de la izquierda: mientras el FITU se derrumbó en varias facultades, emergió con muchísima fuerza el ¡Ya Basta!, la renovación en la izquierda en la UBA, obteniendo una importantísima votación de Filo (10%), donde de conformar una lista común como propusimos, se hubiera ganado el CEFYL y la mayoría en el Consejo, y una muy buena proporción en las demás facultades.

Avance de la Franja, deterioro K y derrumbe del FITU

El hecho de haberse realizado las elecciones apenas comenzado del año, dificultó sin dudas el debate y que el movimiento estudiantil procese de manera colectiva la experiencia con los manejos de las distintas conducciones y la nueva realidad de las facultades. Sin embargo, esto no significa que haya una continuidad con la imagen de 2019, como si la realidad hubiera estado “suspendida” dos años, como planteaban algunas corrientes. Por el contrario, lo que se expresó en la elección fue un balance de la pandemia y de la actuación de cada sector político del movimiento estudiantil en la misma, elemento que determinó de alguna manera los resultados de cada fuerza. Los avances y retrocesos tienen muchísimo que ver con lo hecho en los últimos dos años.

El debate nacional y en particular la discusión sobre la educación desarrollados durante la pandemia condicionaron estas elecciones universitarias. Luego de 2 años de un abandono educativo brutal por parte del Gobierno nacional, manteniendo las universidades cerradas y aplicando un terrible ajuste de presupuesto, era claro que el bloque político K-FdT no iba a crecer sino perder espacio (aunque no se derrumbó). Por el contrario, en la discusión política nacional visible hacia las grandes mayorías, fue el bloque de oposición de Cambiemos el que tomó la bandera de la “defensa” de la educación (de manera ultra cínica, negacionista de la pandemia y anti docente por supuesto, pero tomando esa bandera de todas formas), impulsando la vuelta a clases y la necesidad de educación presencial.

Mientras tanto, el gobierno estiró hasta límites extremos el abandono, llegando incluso a habilitar boliches y recitales masivos, pero no la apertura de las facultades. Con un sector amplio del estudiantado, es claro que ese elemento de abandono pesó y le pasó factura a las agrupaciones, tanto K como del FITU que dejaron de lado la pelea por la educación presencial como espacio no solo de estudio sino también de socialización, debate y organización de la juventud.

Es de esa manera que se entiende el crecimiento del bloque Franja Morada. Por supuesto que son el sector político más reaccionario en la UBA, que trabajan codo a codo con las gestiones para impulsar el ajuste y la privatización, que son antidemocráticos y se esfuerzan en desorganizar al movimiento estudiantil y sus reclamos para impedir acciones de lucha. Sin embargo, eso no fue lo que expresaron en sus campañas, sino que adoptaron un perfil de “gestión” de los Centros de Estudiantes como proveedores de servicios (bar, fotocopiadora) y de determinados elementos de apoyo académico, sumado a la campaña del “voluntariado” durante la pandemia, donde ayudados por las autoridades de la UBA llegaron a jóvenes que querían ser solidaries en la pandemia. Así lograron ampliar diferencias en la mayoría de las facultades donde dirigían, llegando en algunos casos a distancias muy significativas con las segundas fuerzas en las elecciones (como en Medicina, Económicas con votaciones arriba del 70% o también FADU o Psico donde sacaron más de 30 puntos de diferencia).

Por su parte, tanto las agrupaciones del FdT como del FITU se negaron a dar la pelea por defender la educación presencial tomando los recaudos sanitarios, y se borraron lisa y llanamente de las facultades durante 2 largos años. El Kirchnerismo utilizó (y usa todavía hoy) la pandemia como un elemento pacificador, como una excusa para frenar la organización, la lucha, la expresión de los reclamos, planteando que no se podían hacer movilizaciones o demás. El FITU tuvo una actuación vergonzosa: se adaptó completamente a la virtualidad, nunca problematizó los efectos disgregadores que suponía y sencillamente se borró de las facultades durante dos años, dando la espalda a los reclamos y necesidades del movimiento estudiantil, a lo que se suma su claro retroceso en fuerza militante. ¿Cómo le van a poner así el cuerpo al movimiento estudiantil? Eso se expresó en estas elecciones, donde salieron como el gran perdedor, con un importante retroceso en casi todas las facultades.

El ¡Ya Basta!: la renovación de la izquierda y la gran elección en Filo

Durante estos dos años, el ¡Ya Basta! fue la agrupación de la izquierda que se mantuvo presente, activa y organizada en defensa de la educación pública. Seguimos trabajando incansablemente para organizar al movimiento estudiantil, para acompañar los inmensos reclamos y dificultades que tuvieron les estudiantes estos dos años, tanto  políticos, como el recorte de presupuesto o la virtualidad sin garantizar nada, que dejaba a miles afuera de la universidad, como académicas ante el abandono de las gestiones sobre todo de les ingresantes, que comenzaban su camino universitario sin acompañamiento. Peleamos por el presupuesto universitario y la apertura de las facultades en condiciones sanitarias, para dar respuesta al dramático abandono educativo del gobierno y las gestiones. Construimos un canal de organización para decenas y cientos de jóvenes que lo necesitaban, que querían y quieren pelear en defensa de la educación pública, contra el ajuste y el FMI, en solidaridad con les trabajadores, en defensa de la salud pública, por el aborto legal y los derechos de las mujeres y personas LGBTTI, en defensa del ambiente contra la destrucción capitalista, por el derecho a la vivienda y más. Producto de esa incansable militancia construímos un perfil presente, activo, de lucha e independiente. Muchísimos estudiantes se acercaron al ¡Ya Basta!, especialmente de los primeros años, y crecimos en nuestra instalación y presencia en las facultades.

En un lugar destacado del balance de la izquierda aparece la inmensa campaña de Filo, donde el ¡Ya Basta! se convirtió en estos dos años en la agrupación de izquierda más grande de Filo y una de las principales agrupaciones de toda la facultad, llegando a conquistar con nuestra Lista 7, La Izquierda en Filo, el 10% de los votos, una elección extraordinaria que nos consolida como un actor fundamental de la facultad con peso propio y un enorme reconocimiento entre les estudiantes. Realizamos una campaña histórica, presentando listas a Centro de Estudiantes, Consejo Directivo y Juntas de 7 Carreras con resultados destacados, en la que participaron decenas de estudiantes de la facultad. Una campaña en la que instalamos la pelea por un centro de estudiantes presente, independiente y de lucha, con los que acompañamos los reclamos estudiantiles contra la gestión y el gobierno mientras el Colectivo (K) y el FITU se borraron toda la pandemia. También aprovechamos las elecciones para instalar debates: tal es así que impulsamos una propuesta profundamente sentida entre les estudiantes, que es la implementación de la triple franja horaria, tan necesaria para que todes les estudiantes puedan cursar. En plena campaña juntamos mil firmas por este reclamo y lo presentamos ante las autoridades de la facultad, exigiendo también el presupuesto para implementarlo, habilitando más aulas y contratando docentes, un planteo que choca de frente con los planes de ajuste del gobierno y el FMI.

Ante el abandono de la gestión y la borrada del Colectivo estos dos años, desde el ¡Ya Basta! habíamos propuesto un camino de acción en estas elecciones: hicimos una propuesta pública para conformar un frente común y paritario de toda la izquierda, reconociendo el espacio de quienes le pusimos el cuerpo a la facultad estos dos años, que podría haber ganado el CEFYL y la mayoría en el Consejo Directivo. Por el contrario y de manera criminal, el PTS y el PO rechazaron esta propuesta de unidad, solo para defender sus intereses de aparato y acuerdos de fuera de la facultad, y le entregaron el centro en bandeja al Colectivo. Por nuestra parte, con el enorme apoyo de los cientos de estudiantes que nos acompañaron, seguiremos firmes en la pelea como la principal oposición al Colectivo y la gestión que impulsan el recorte de presupuesto en la facultad.

En las elecciones de toda la UBA se expresó una verdadera reconfiguración en el espacio de la izquierda, con la irrupción del ¡Ya Basta!, la fuerza de la renovación, mientras el FITU se hunde. En todas las facultades donde nos presentamos ambos, se expresó la fuerza de nuestra agrupación, que obtuvo una proporción de 3 a 1 o mejor, comparada con las listas del FITU que integran 4 o más partidos y vienen de una instalación anterior. Es que expresamos un espacio propio, el de una izquierda que no se adapta, que es activa y no se borra cuando les estudiantes más lo necesitan, que valora la militancia cotidiana y no los viejos aparatos y acuerdos externos que nada tienen que ver con el movimiento estudiantil.

Luego de estas elecciones, el ¡Ya Basta! sale consolidado como una de las principales fuerzas de la izquierda en toda la UBA, con un peso inmenso especialmente en Filo y expresando la renovación del espacio político de la izquierda. Queremos agradecer a les miles de estudiantes que nos acompañaron con su voto, fiscalizando, dandonos su aval para presentar nuestras listas y que se sumaron a las campañas en Filo, Sociales, Derecho, Psico, Medicina y FADU. Les invitamos a seguir acompañándonos en esta lucha que sigue y va a tener importantes capítulos en defensa de la educación pública, contra el recorte de presupuesto del gobierno y el FMI y por todos nuestros derechos. A todes quienes compartan esta perspectiva de lucha les invitamos a sumarse al ¡Ya Basta! y dar esta pelea con nosotres.

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