
Hace poco presenciamos los cortes masivos de luz en el área de concesión de Edesur, con alrededor de 180 mil usuarios sin luz. En algunos casos los cortes fueron de varios días. Esto no es mas que el resultado de las privatizaciones de los años 90, con las cuales aparecieron empresas como Edenor, Edesur, Telecom, Telefónica, etc. Todas firmas que se establecieron con legislaciones que las beneficiaban.
En el caso de Edenor y Edesur, la concesión fue por 99 años, y se dividió el negocio en tres partes: generación, las generadoras eléctricas; transmisión, las empresas dueñas de las líneas de alta tensión (por ejemplo TRANSENER); y distribución, las empresas dueñas de las redes de las cuales toman energía los usuarios. Edenor y Edesur pertenecen a este último rubro y son la cara visible de este modelo. Como ente regulador se creó el ENRE y otros organismos provinciales mucho más débiles (por ejemplo OCEBA). Además, se creó un ente estatal que se ocupa hasta el día de hoy de definir la macro operación de la red eléctrica argentina y de hacer de intermediario para la compra y la venta de energía entre los tres rubros (generación, transmisión y distribución), CAMESSA.
Ganancia para los empresarios, nada más
Este modelo presento fallas para la rentabilidad que buscaban sus dueños luego de la rebelión popular de 2001, dado que la movilización de masas logró que se congelen las tarifas. Esto llevó al Estado a establecer una serie de subsidios a la energía.
En el gobierno de Macri se implementaron una serie de tarifazos que descargaron sobre los usuarios parte de los costos que subsidiaba el Estado. Con el gobierno de Alberto Fernandez la situación se descontroló, le permitió a las distribuidoras no pagar por la energía que le compraban a CAMESSA. Es decir, les permitió endeudarse con el Estado.
Ya sabemos como los endeudamientos de empresarios con el Estado suelen terminar (ver el caso de Vicentin). Esta no fue la excepción, con Massa ya como ministro de economía se le perdonó a estas empresas 140 mil millones de pesos. Además, en el caso de Edesur, las ganancias que reportó esta empresa a lo largo de los últimos años han sido de miles de millones de pesos. Si bien el gobierno alardea haber multado a Edesur por estos cortes, las condonación de deuda es de un orden superior a estas multas (cerca de 80 veces mayor). No hay otra palabra para definir todo esto, es una estafa.
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