El dólar informal alcanzó los $1.430 para la venta en la jornada del martes, marcando una una nueva cifra histórica. Así la brecha con la cotización oficial alcanza ya casi el 60% y acumula un aumento de $150 en el últimos mes, que se suma a los $185 (17%) de mayo.
La suba de casi el 30% en sólo dos meses da por tierra los relatos de estabilidad macroeconómica del gobieron mileísta y demuestra la presión devaluatoria que Caputo continúa negando.
Las causas de esta presión hacia una devaluación son múltiples. Al déficit crónico de divisas propio de la matriz productiva y fiscal argentina se suman una particular presión del agro argentino. Los patrones de la soja y otros granos vienen reteniendo la liquidación de una cosecha que de por sí es menor a la de otros años.
A los factores macro se viene a sumar ahora el anuncio por parte de Caputo de un canje de bonos de deuda del BCRA que serán redireccionados el Tesoro. Se trata de los tan mentados pasivos remunerados del Central, bonos de deuda a través de los cuales el Estado paga intereses a los Bancos por los encajes inmovilizados. En concreto, la medida implica que ya no se pagará deuda con emisión monetaria (la consigna es emisión cero).
¿Por qué sube el dólar? Porque todos los tenedores de deuda tienen claro que el Tesoro no está en condiciones de afrontar esos vencimientos, ya que para eso debería ajustar brutalmente los gastos (en una escala que el gobierno no parece capaz de realizar) o ampliar significativamente la recaudación. Ninguna de las dos cosas parece probable o realizable. Por eso los tenedores de deuda se pasaron al dólar, empujando el blue hacia arriba.
Como si fuera poco, Milei dedica su tiempo de gestión a celebrar contubernios ideológicos con la extrema derecha bolsonarista. En las últimas horas, el presidente ultraderechista anunció que no viajará a la Cumbre del Mercosur para no cruzarse a Lula da Silva, y que en cambio viajará a celebrar una reunión con Jair Bolsonaro. Un gesto ideológico reaccionario que raya con el amateurismo político y que hasta las cámaras empresariales argentinas criticaron.