Marcos Herrero, reconocido adiestrador de perros que participó en numerosas causas como perito, entre ellas la de Facundo Castro, fue detenido en la mañana del día de ayer en la provincia de Río Negro. La orden fue emitida por el Ministerio Público Fiscal de Mendoza, según un comunicado emitido por este «se lo investiga por diversos hechos relacionados a la búsqueda de la sra. Luna, donde habría manipulado evidencia falsa».
En concreto, se trata de la acusación liderada por el fiscal mendocino, Gustavo Pirello, de manipular y plantar restos óseos en el marco de un rastrillaje privado realizado en septiembre la localidad mendocina de Potrerillos. Para este caso Marcos Herrero fue contratado por la familia de Viviana Luna, quien permanece desaparecida desde diciembre de 2016. Además se intenta acusarlo por «falso testimonio», «usurpación de títulos» y «falso testimonio».
El procedimiento de su detención estuvo a cargo de la policía de Río Negro, fuerza a la que pertenece Herrero. Su domicilio fue allanado por orden del juez de Garantías de Río Negro, Adrián Dvorzak, y se lo trasladó a la Comisaría Primera de Viedma donde permaneció incomunicado.
Al respecto, Andrea Tolosa, esposa de Herrero, en una entrevista denunció que «el juez de Viedma Adrián Miguel Dvorzak no quiso ni escuchar la defensa de los abogados de Marcos, así que lo trasladan a Mendoza. Hago responsable a este juez por lo que le pase a Marcos en Mendoza. Lo único que me decía ayer era que tratara de que no se lo lleven porque de allá no volvía más».
Las circunstancias que enmarcan esta avanzada judicial tienen algunos elementos que merecen ser resaltados. Marcos Herrero ha recibido amenazas, persecución y hostigamiento por parte diversas fuerzas policiales, del poder judicial y periodistas de la calaña de Germán Sasso (operador mediático en el caso de Facundo Castro) o Pablo Duggan (también defendió a la policía y su versión en este caso).
El trabajo de Herrero en ocasión de la causa de Facundo Castro, por nombrar un solo ejemplo, fue central para hallar pruebas que comprometían a miembros de la Bonaerense en la desaparición forzada y asesinato del joven, tanto en un vehículo de esa fuerza como en la dependencia policial de Teniente Origone. De este modo, el mecanismo de encubrimiento y la podredumbre de las instituciones estatales quedan en evidencia.
Según informaba el periodista Nazareno Roviello, la «usurpación de título» por la que se acusa a Herrero parte del reclamo de el llamado certificado que emite en Ente de Cinotecnia. Este certificado «suele ser utilizado como traba judicial para no aceptar a Marcos Herrero como parte de las búsquedas estatales», indicó.
Sobre la acusación de rastrillaje sin presencia ni autorización policial en el caso de Viviana Luna, Herrero y los familiares procedieron a llamar a los investigadores luego de hallar restos y objetos en un lugar que previamente había sido rastrillado por la policía y donde no habían encontrado nada.
Respecto a esta causa, Andrea Tolosa, además señaló:
«Marcos en septiembre fue a trabajar a la casa de Viviana Luna, una señora que está desaparecida hace cinco años. Fue a buscar a la señora a pedido de la familia y no de la Justicia de Mendoza, porque cuando los hijos de Viviana plantearon llevar a Marcos la fiscal a cargo no quiso, y ellos decidieron contratarlo de manera privada. Cuando llegó al lugar los perros fueron hasta un hotel abandonado, en presencia de los abogados de la familia, los testigos, los hijos, se filmó y se sacó fotos de todo lo que se encontraba y ahí marcaron restos óseos en una habitación».
Siguiendo esta línea, amplió: «Llamaron al Gabinete de Criminalística, pero mientras estaban trabajando en eso un perro siguió recorriendo y encontró una cartera donde adentro tenía diferentes evidencias. Algo que mencionaba era que Viviana Luna fue víctima de una red de trata y mencionaba que estaba involucrada la fiscal Claudia Ríos y ese debe haber sido el motivo por el cual no quería que Marcos estuviera en la causa».