Este despido no se da en cualquier momento, sino en uno en el que el mudo entero enfrenta una pandemia antes desconocida, la del COVID 19, que impacta a toda la población, pero particularmente a los enfermeros, y más aún a aquellos que se encuentran en trabajo permanente con pacientes COVID positivos. Este sólo y contundente hecho debería hacer que ante declaraciones en los medios la dirección del hospital se acerque a dialogar con el trabajador y con su sector para evaluar qué medidas son necesarias para ayudar a los trabajadores a transitar esta presión, cuidando su salud de una manera integral.

Nos parece que cualquier trabajador que hoy está exponiendo su vida y la de su familia debe ser escuchado y cualquier reclamo debe ser tenido en cuenta para solucionarlo. Sabemos lo difícil que es trabajar bajo la presión de una enfermedad que no tiene cura y que el único remedio al momento es mantenerse aislado, medida que no corre para los trabajadores de la salud.

Por esto mismo es que creemos necesario buscar formas de protección y contención efectivas para quienes hoy ponemos el cuerpo. Pero además, rechazamos el despido porque sienta un precedente, se alecciona con el despido liso y llano a quien opina de modo distinto a la dirección del hospital, por lo que lo consideramos un precedente inaceptable.

Finalmente queremos subrayar que las condiciones de
precariedad laboral que continúan en el hospital (el enfermero trabaja bajo la falsa cobertura de monotributistas), no pueden ser aprovechados para facilitar el despido. Exigimos a la dirección la revisión de la medida, la reincorporación del compañero y que se abra una discusión con los sectores bajo mayor presión en este momento para mejorar sus condiciones de trabajo y prevenir desbordes en el sector.

Porque la salud de los trabajadores importa.