Del Consejo del Salario al “concilio” con la Pastoral Social

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Una conducta de continuidad contra los trabajadores

Los dirigentes de las CGTs, después de aceptar sin chistar el “aumento” del salario mínimo, vital y móvil ofrecido por el gobierno (redondea $ 8.060 en enero 2017) aparecieron (con la excepción de Luis Barrionuevo) sin hacer ruido en la reunión de la Pastoral Social convocada en Mar del Plata.

A excepción de las CTAs, que se pronunciaron a favor de la realización de un paro nacional, Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo se borraron del mapa sindical y político del país en el momento que Macri anunciaba provocadoramente, rodeado de trabajadores de Cresta Roja, el veto a la ley antidespidos. Ley antidespidos que, sin ser ninguna panacea, era un punto de apoyo para profundizar la movilización y la lucha para frenar el feroz ataque macrista.

Saltemos las bisagras de sus sillones

Entre obispos y dirigentes de las centrales sindicales pasaron el fin de semana en Mar del Plata discutiendo cómo “planchan” la coyuntura de malestar y luchas crecientes de los trabajadores.

La ecuación “alerta al gobierno” ­­­+ “hagámonos los zonzos” dio como resultado final que no se avanzara ni un milímetro en ninguna medida que favoreciera la lucha de los trabajadores. La preocupación de la jerarquía eclesiástica por la situación social solamente pone blanco sobre negro la profundización del deterioro económico y social de los de abajo y es una señal de alerta al gobierno. Con su agudo olfato, pusieron el semáforo en rojo, a tono con el nuevo “idilio” entre el presidente y el papa Francisco.

Pero que esta facilidad y maestría de los jerarcas de estas instituciones para llorar tupido y, al mismo tiempo, instalar “treguas” cuando la necesidad es de avanzar a la ofensiva, no sea nueva, no deja de provocar justa indignación. Esto nos decían en el 2014, finalizada la reunión de la Pastoral Social: «‘Nuestra intención ha sido promover un espacio de diálogo para crecer en la amistad social’», dice el documento de dos carillas difundido este mediodía, al término del encuentro que se desarrolló en el hotel sindical 13 de Julio, y del que participaron -entre otros- los líderes de las centrales sindicales, Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo; y de las dos CTA, Hugo Yasky y Pablo Micheli. (…) En ese marco, y en pos de ‘contribuir a generar mayor inclusión y encuentro’, ratifican su compromiso de ‘promover el desarrollo integral y erradicar la pobreza en este camino al Bicentenario del 2016’, ya que ‘como cristianos nos sentimos desafiados a sembrar auténtica esperanza frente a las múltiples situaciones de dolor que encontramos en nuestra sociedad’.(…) Página 12, 29/6/14. Y estamos llegando al Bicentenario 2016…

Para que este creciente descontento no caiga en “saco roto”, en un comentario en el comedor o en el vestuario, es necesario, más que nunca, que tomemos conciencia de nuestras propias fuerzas y comencemos a organizarnos y a actuar en forma independiente. Esto, que suena lindo pero es muy difícil, puede empezar por la organización de un partido de fútbol, un asado, una reunión con los activistas, los compañeros de confianza, para organizar un pedido de asamblea, un petitorio, para exigir a la conducción de la comisión interna o del sindicato el pedido de un paro general a las centrales.

Sin este movimiento subterráneo, por abajo, de los miles de trabajadores que estuvieron presentes el 29 de abril o que siguieron la jornada con simpatía, de la juventud que participa de la lucha educativa, va a ser muy difícil, sino imposible, arrancarle un paro general a estos cómodos dirigentes que en lo único que tienen puestas sus preocupaciones es en cómo sacar más plata del manejo de las obras sociales.

CTAs: basta de espera, que den un paso al frente

Los dirigentes de las CTAs han dado su visto bueno a la realización de un paro general. Posteriormente ya le pusieron algunas flores cambiándolo por la posibilidad de un cese de tareas con movilización, medida en la cual las CGTs coincidirían. Hasta ahora las centrales mayoritarias no han dicho media palabra.

¡Exijámosles a ellos que se pongan firmes, que no retrocedan a un acuerdo con la CGTs para parar la lucha! Que si es cierto que están por un paro general, contra el veto y el ajuste, que den la pelea no sólo en sus gremios, sino hacia el conjunto de los trabajadores, llamando a organizarse para exigirlo desde abajo. Si realmente están dispuestos, lo pueden hacer. Pero tampoco confiemos en ellos, sabemos hasta dónde llegan sus palabras. Hasta que tropiezan con los cuerpos orgánicos…

El activismo, las comisiones internas y cuerpos de delegados independientes, la izquierda, tiene que empujar con todas sus herramientas para saltar las bisagras podridas de la burocracia atornillada a sus sillones e imponer desde abajo el paro general.