
Se trata de un gesto absolutamente autoritario en momentos en que la curva de contagios comienza a crecer de manera exponencial y las necesidades de quienes están en la primera línea se agudizan.
A partir de las denuncias de las y los trabajadores de los hospitales Durand y Ramos Mejía por la falta de insumos, desde el ¡Ya Basta!-Nuevo MAS, Secretaría General del CEFyL, impulsamos a fines de abril la campaña “Filo Solidaria”. Pusimos a disposición nuestro local y un CBU para recibir aportes y ya hemos realizado dos importantes entregas de insumos a las y los trabajadores del Durand. Y además,elaboramos una solicitada proponiendo abrir la sede de Puán 480 una vez por semana para recaudar donaciones, tomando todos los recaudos de seguridad e higiene. La solicitada lleva la firma de más de 200 estudiantes, graduados, investigadores, no-docentes y docentes, como Mariano Eloy Rodriguez Otero, Irene Rodriguez, Carlos Garberi, Daniel Link y Pablo Wright, entre otros.
A partir del apoyo recibido por una parte importante de la comunidad educativa de Filosofía y Letras, la mayoría de los firmantes estuvo de acuerdo con realizar un pedido a las autoridades de tener una reunión para debatir esta propuesta. Si en un primer momento la gestión accedió a reunirse con la condición de que participaran 3 personas en representación de los firmantes, con el correr de los días Cristófalo dio vuelta su posición y rechazó de plano la reunión.
Es importante aclarar que abrir un nuevo canal de diálogo es una necesidad ya que los espacios institucionales actualmente existentes no han contenido este reclamo. En esos espacios, tanto las gremiales dirigidas por el kirchnerismo como la minoría estudiantil en el Consejo Departamental se han posicionado contra la propuesta de solidaridad con el personal de la salud.
La postura autoritaria de Cristófalo de decidir desde su casa qué pasa con los asuntos de la facultad, rechazando el diálogo con la comunidad educativa, es una actitud peligrosa que choca de frente con la democracia universitaria. Con los órganos de co-gobierno clausurados mientras dura la cuarentena, la toma de decisiones hoy pasa únicamente por la decisión del decano que se posa cual soberano absoluto decidiendo a su capricho qué hacer y qué no hacer. Así sucedió también con la decisión de sostener el primer cuatrimestre volcando la implementación de las clases virtuales sobre los docentes para que ellos se hagan cargo sin garantizar el presupuesto, la infraestructura y la capacitación necesaria. Tampoco ha hecho nada para evitar la deserción estudiantil frente a una modalidad costosa y difícil de sobrellevar. ¿El resultado? Un cuatrimestre que se mantiene atado con alambre sostenido con la súper explotación del claustro docente.
A Cristófalo parece no importarle que cada dos horas un trabajador o trabajadora de la salud se infecte de coronavirus en la Ciudad o la Provincia de Buenos Aires, que falten elementos básicos como alcohol en gel o lavandina o que los camisolines de los enfermeros sean tan malos que se rompan al ponérselos. Es una gestión insensible frente a los problemas de un sector esencial de la sociedad que son los que nos van a cuidar a nosotros y a nuestros familiares y a quienes el gobierno de Larreta ha dejado en la absoluta precariedad. Pero también, Cristófalo es insensible ante los problemas que los estudiantes, los docentes y los no-docentes tenemos.
Desde la agrupación ¡Ya Basta!-Nuevo MAS, Secretaría General del CEFyL, rechazamos el autoritarismo del decano y exigimos que nos reciba para debatir acerca de la propuesta firmada por un sector amplio de la comunidad educativa. Las decisiones en la universidad no pueden estar sujetas a la decisión de una persona, sin diálogo no hay democracia universitaria.