La segunda ola de coronavirus en Argentina se desplaza en forma violenta hacia el interior del país, afectando los centros urbanos principalmente. No es casualidad que en Córdoba el día de ayer se produjera un nuevo récord de casos: el dato 4000 contagios en un día supera en un 70% la cifra anterior de hace solo cuatro días atrás.
Una política negacionista que explica el aumento de contagios
Ya se sabía por diversas razones científicas y estadísticas que estábamos en las puertas de una segunda ola virulenta, por la carencia de inmunidad por la falta de vacunación y por las condiciones sociales y sanitarias de las grandes ciudades.
Este salto exponencial de 4000 contagios no solo se explica por el virus sino por medidas nacionales a medias. Solo apuntan a una vacunación que llega a cuenta gotas, sostienen el ajuste y restricciones solo a la vida social. Hacen responsable a la juventud de la propagación del virus, como si en las fábricas o el transporte no hubiera contagios. Frente a la educación escuchamos las voces hipócritas, que dicen que hay que mantener las escuelas abiertas a como dé sin presupuesto, o las cierran repentinamente porque las acusan de ser centro de contagio, sin tener en cuenta no solo la salud física sino mental de nuestra juventud.
Ante esta situación el gobierno de Córdoba se ubicó con una posición negacioncita, la misma que ya tuvo desde el principio de la pandemia.
No hay una sola medida de fondo para evitar la propagación del virus, las que hay son muy limitadas para evitar el colapso sanitario. Su única política es sostener la educación presencial a cualquier costo como manifestó hoy el Vice Gobernador Calvo, independientemente del pico de contagio, y garantizar las ganancias empresarias manteniendo todas las fábricas y comercios funcionando.
Schiaretti está más preocupado en defender los intereses de los patrones de la industria frigorífica, de soja, de bioetanol, del funcionamiento de toda la industria y los comercios a pesar de la pandemia, en diferenciarse del gobierno nacional alrededor de la justicia y de la reforma del Ministerio Público Fiscal. Todo por derecha para no regalar votos a Juntos x el Cambio: esta es su verdadera preocupación en medio de un crecimiento exponencial de los casos y a las puertas de un colapso sanitario.
Para los trabajadores y las mayorías populares: ajuste y ninguna política sanitaria
Schiaretti desde sus inicios tuvo una política negacionista. Tomó solo algunas medidas restrictivas de la circulación para la TV, pero con toda la actividad liberada para facilitar las ganancias empresarias.
El gobierno, con la ayuda de los dirigentes sindicales, garantizó a las empresas salarios miserables y condiciones de extrema precarización entre los trabajadores para asegurar fabulosas ganancias. Empujan así a amplios sectores de la población por debajo de la línea de pobreza.
La vacunación insuficiente en nuestra provincia se ha notado más aún. Schiaretti, en su posición bolsonarista, vacunó en forma privilegiada a toda la policía, antes que terminar con el personal de salud u otros trabajadores esenciales.
Sabemos que faltan vacunas por el negocio de los laboratorios y que es necesario estatizar el principio activo que se producen en la Argentina para avanzar en un plan de vacunación masivo. Pero el gobierno provincial de esto no opina porque es un defensor incondicional de la propiedad privada.
Para combatir la pandemia hace falta presupuesto pero el gobierno lo destina a obras faraónicas y pagar la deuda postergando a salud y educación. Solo se tomó personal en los hospitales en forma precarizada y con salarios miserables, se agregaron camas pero con personal insuficiente, no hubo inversión en educación para condiciones seguras para la presencialidad, ni la aplicación de un protocolo sanitario eficaz, ni para cubrir las necesidades de la comunidad educativa.
Mantuvo una frecuencia de transporte tan mínima que es criminal porque se viaja como ganado en las horas pico con las consecuencias ya sabidas en la transmisión del virus.
A pesar de esta situación pandémica no debemos perder de vista que estamos ante varias necesidades, la salud, pero también el salario y el empleo. Es por eso que es necesario seguir organizándose, porque el ajuste continua y, a pesar de la pandemia, los trabajadores necesitamos salir a pelear por los reclamos salariales, la equiparación de efectivos con contratados, reincorporación de despedidos como los de call center y contra la precarización laboral. Por las condiciones sanitarias seguras en cada lugar de trabajo, por la vacunación para todos.
Para evitar un colapso sanitario hace falta medidas de fondo:
#Triplicar las frecuencias del transporte para evitar los contagios, viajar como ganado no es una medida sanitaria.
#Aumento de salarios ya, por un básico de 60000$, ningún salario por debajo de la canasta familiar. No hay forma de sobrellevar la pandemia con salarios por debajo de la línea de pobreza.
#Suspensión de todo trabajo no esencial hasta que baje el pico de contagios con salarios pagos al 100% a todos los trabajadores.
#Aumento del presupuesto de salud para salarios y más personal efectivo y con salarios dignos.
#Sabemos de la necesidad de la educación presencial pero ahora es necesaria la suspensión de la educación presencial hasta que baje el pico de contagios.
#Aumento de presupuesto para garantizar las condiciones necesarias para para un regreso seguro y dispositivos y conectividad para todos.
#Vacunación masiva para toda la población, estatización del principio activo de los laboratorios que la producen en la argentina para poder elaborarla.
#Restitución del IFE para poder cubrir las necesidades mínimas de las familias mientras dure la pandemia.
#Suspensión de pago de toda deuda y destinarla a salud, educación y programa de asistencia para frenar los contagios.