Es realmente alarmante, más aún para los cargos de dedicación simple que constituyen más de la mitad de todos los cargos docentes de la UNC, de los cuales el salario va desde los $112.000 a los $550.000, siendo el valor de la Canasta Básica Total tipo 2 según el INDEC al día de la fecha de $851.350,87.
Los sueldos docentes reflejan una de las aristas del vaciamiento presupuestario que sufre la universidad pública, parte del ataque del Gobierno de Milei. El aumento logrado posterior a la última marcha educativa es tan sólo para un ítem del presupuesto (gastos de funcionamiento), y uno de los que menor peso tienen en el gasto total universitario, ya que representa un 5% en total aproximadamente. A la par de este ajuste se está llevando adelante también la enorme reducción y recorte a las obras de infraestructura, el atraso histórico de creación de cargos y regularización de la cantidad de docentes ad honorem, el recorte en CONICET, los recortes de becas estudiantiles para apuntes, materiales y comedor. Cada vez es más difícil para lxs estudiantes sostener las cursadas y llevar las carreras al día. A esto se suma el ataque político del Gobierno hacia las universidades, con la falsa acusación de adoctrinamiento y los ataques de odio hacia la militancia política en el ámbito de las Universidades (como se ve en Filo UBA).
Pero aún conociendo esta situación, y con un enorme descontento desde la base, la conducción de ADIUC se negó a ser protagonista en convocar a un plan de lucha con movilización junto al resto de la comunidad educativa, durante todo el primer cuatrimestre. Así, los paros que se convocaron, incluído el último del 11 y 12 de junio, sucedieron sin movilización ni convocatorias callejeras, sólo ambiguos llamados a «jornadas de visibilización» que no tenían actividades concretas y no superaron la pegatina de algunos afiches en pabellones. Tampoco jugó un rol para la movilización de la marcha federal educativa, negociando con el rectorado un horario que dificultaba la participación, o en el apoyo a la lucha de los trabajadores de los medios públicos universitarios (SRT) a quienes acompañaron apenas testimonialmente en sus acciones.
En este punto sí coinciden con las conducciones de los centros de estudiantes: quiénes también se negaron a jugar un rol en la convocatoria a la movilización, sin llamar a asambleas por facultades e interfacultades, a construir desde abajo un plan de lucha con continuidad. Por el contrario, se dedicaron a encauzar el enorme proceso abierto por medio del cronograma electoral, y evitar cualquier desborde.
El descontento ante el inmovilismo crece por parte de la docencia y nodocencia. La preocupación y angustia también circula entre lxs estudiantes. Y en esto queremos ser claros: no es momento de divisiones ni fragmentación, necesitamos un plan de lucha que incluya a toda la comunidad educativa y los centros de estudiantes también tienen que ser protagonistas en este sentido.
Corremos el riesgo de una encerrona, por eso la mejor forma es unificar las medidas planteando un no inicio de clases, con movilización de toda la comunidad y en unidad con la docencia provincial que también va por un no inicio, en defensa de la universidad pública y el derecho a la educación, que contemple:
- Inmediata recomposición salarial para docentes.
- Presupuesto para infraestructura y más cargos docentes para ampliar la franja horaria de las cursadas.
- Becas estudiantiles que acompañen durante toda la formación universitaria. Acceso al comedor universitario y becas de apuntes. Basta de deserción estudiantil.
- Pago inmediato de sueldos y aguinaldos de los SRT. No sobra nadie! No al vaciamiento! No los van a apagar!
- Presupuesto para CONICET, los proyectos de investigación científica de la UNC y todas las actividades de extensión universitaria.
- Aumento salarial nodocente y creación de más cargos; aumento de categorías y mejores condiciones laborales. No a la contratación y tercerización de sus trabajos.