
“Córdoba anuncia una situación más polarizada donde también puedan venir ataques más duros pero en la bronca y las necesidades de los trabajadores van a venir… respuestas más duras.”
Un gobierno con muchos frentes abiertos, SoB N° 555
A pesar que el gobierno quiere tomar la iniciativa mostrándose como una exitosa administración que logró controlar el COVID 19 anunciando prácticamente una flexibilización completa de la cuarentena, nuevamente a FASE 4, realmente lo que está detrás de todo esto es la desesperación para normalizar la actividad económica en beneficio de los empresarios grandes y chicos, más que por una verdadera evaluación sanitaria… No pasó una semana aún del brote de contagio en Barrio bajo Pueyrredón.
La pandemia y la crisis económica van de la mano y vamos a ver todavía nuevos capítulos de idas y venidas de la flexibilización y la cuarentena. Pero es un gobierno que nuevamente utiliza los criterios de “isla”, esta vez en relación al coronavirus. Como si el AMBA, Brasil, Chile quedaran tan lejos y el COVID 19 no llegara más.
La política que llevaron los gobiernos tanto nacional como provinciales y municipales fueron a costa de los criterios sanitarios de la cuarentena, sin ninguna medida de fondo, con hambre para innumerable sectores, flexibilización, rebaja de salarios, despidos y suspensiones, a la vez que se paga la deuda y beneficia a los empresarios. Cada vez se ve más claro para quienes gobiernan.
Acáel gobierno provincial aplico esta política en forma brutal, ajuste tras ajuste. Pero en un periodo de grandes polarizaciones ante cada uno de esos ataques hay respuesta de todos los sectores agredidos. Córdoba es la concentración de la política nacional, esta ciudad concentra la mayoría del personal provincial, de salud, docente, municipal y también el gran complejo industrial de la provincia, con gran cantidad de demandas insatisfechas de amplios bolsones de pobreza. Y la política de Schiaretti fue contra todos estos sectores, y no fue solo económica sino también represiva.
La semana pasada anunciábamos que no nos debíamos engañar con la dureza de las medidas de ajuste, reaccionarias del gobierno de Schiaretti y su intendente Llaryora en la aplicación de resoluciones exprés para liquidar conquistas históricas de los municipales, y acabar con la caja jubilatoria provincial. Y que el gobierno, por diversos motivos,tenía varios frentes abiertos y que también diversos motivos podían originar crisis política, huelgas, luchas, es decir ponerse de manifiesto en la calle esa situación.
Tanta polarización a derecha le termino explotando en la cara, porque esta semana se inició proceso de protestas y movilizaciones de diversos sectores como nunca antes se había visto en la cuarentena.En poco menos de una semana la ofensiva que parecía tener el gobierno de Schiaretti se chocó contra la pared de la lucha de clases. Dependerá de la continuidad de las medidas y de la unidad de estas luchas poder revertir esta situación. Y tampoco hay que descartar que se combine con otros elementos de crisis del propio gobierno, ya sea sanitarios, económicos, o democráticos, pues la gestión capitalista de la pandemia acumula ya demasiadas tensiones.
Las luchas ganaron las calles
La situación empieza a cambiar de la mano de la extensa huelga de los choferes por falta de pago y la negativa de la patronal a hacerse cargo de los salario, con el plan de lucha de los municipales y con el estallido de los médicos contra la judicialización de dos médicos con una impresionante caravana que terminó siendo muy progresiva ya que canalizó los reclamos del conjunto del personal de salud.Y junto a esto diversas acciones de la vanguardia y el activismo contra la ley.
Era como que si se anunciara el fin del dique de contención de las luchas por la cuarentena y fue así, ya que el procesoabierto que venía creciendo culmino en una movilización de más de 4000 personas en la calle rodeando el palacio municipal.Una medida que,decimossin lugar a equivocarnos,recuperó lo mejor de las tradiciones de lucha de los trabajadores. Y esto es muy profundo porque demuestra que la defensa de las conquista se hace con los métodos de la clase obrera, aún en la cuarentena. Y es lo más probable que sea la dinámica en que entren los conflictos en el próximo periodo.
Pero en la lucha de clases nada es estanco todo influye, toda gran movilización en la calle tonifica, y la bronca por abajo se canaliza de alguna forma.Es por eso que la dirigencia sindical de SEP, UEPC, Bancaria, Judiciales, Luz Y Fuerza que no movieron un dedo para evitar la reforma,ahora que la bronca crece, empiezan a llamar a medidascomo el paro de 48 hs de judiciales, de 24 hs de los bancos de la provincia, quite de colaboración (Luz Y Fuerza), y caravana de la docencia.
Aquí es clave el rol del activismo, de las listas opositoras, de la izquierda, para organizar desde abajo cada sector de trabajo para darle continuidad a estas medidas.
Las tareas para el próximo periodo
Estamos viviendo una situación de excepcionalidad histórica en el marco de la pandemia. Es por ese motivo que el activismo y a la izquierda se le plantean amplios desafíos de cómo militar, si se mantiene una política sindicalista en la acción o le contraponemos una cuarentena solidaria, de lucha contra los criterios capitalistas que quieren imponer, solidarios con aquellos que son la primera línea en el combate al covid-19 y de lucha real para que organicemos las medidas para movilizarnos con todos los cuidados, pero en la calle.
Es por eso que la tarea del activismo es no depositar un gramo de confianza en las direcciones que dejaron pasar el ajuste. Es necesario hacer reuniones de activistas, de listas de oposición, asambleas, exigir reuniones de delegados para hacer acciones, salir a las calles e imponer la exigencia de un verdadero plan de lucha que unifique los conflictos en curso.
Por eso si bien hay que cuidarse es necesario ganar la calle, movilizarse para derogar la nueva ley jubilatoria, hay que lograr que los municipales triunfen, apoyar a los trabajadores de la salud, a los choferes en su reclamo salarial, a los pibes de las app, acompañar al movimiento de mujeres, etc. Hoy no hay tarea más importante para la izquierda que apoyar a todos los que están luchando y salir a la calle para reclamar por todos nuestros derechos.