La realidad es otra cuando de la compu o el iphone se baja a la calle. Si bien la medida afectó a miles de pasajeros, en las largas colas para conseguir un bondi fueron mayoría los que apoyaban la medida, decían sencillamente: “Está bien que reclamen porque está todo mal con este gobierno”. Incluso algunos se atrevían con un: “Habría que hacer un paro nacional”.

El paro ha tenido un impacto político y refleja el creciente descontento que hay por abajo, producto de las medidas antiobreras que han pulverizado los salarios y hacen cada día más difícil llegar a fin de mes.

La medida impulsada por la Mesa Nacional del Transporte integrada por camioneros, pilotos y aeronavegantes, conductores de trenes, y la federación marítima, sumó la adhesión de los docentes de la provincia de Bs As, de los estatales de ATE y los movimientos sociales nucleados en la UTEP, que también realizaron ollas populares y cortes en todo el país. La protesta se fortaleció a pesar de la carnereada de Fernández de la UTA, que dividió el paro llamando a una medida separada para el jueves 31, jugando a ser elegido “el empleado del mes” de Milei. (Al cierre de esta edición la burocracia acaba de firmar un acuerdo con las cámaras empresarias y la Secretaría de Trabajo).

El éxito del paro puso en evidencia las dos caras de la moneda de la burocracia sindical de la CGT. La “conciliadora” -en particular de los “gordos” como Daer, Martínez, Rodríguez y Cavalieri- que se reúnen con el gobierno negociando  los detalles de la reforma laboral y los fondos de la obras sociales, a cambio de dejar en el freezer la convocatoria a un paro general. Y el sector de Moyano y Cía que posa de “combativo” para contener a los más afectados, como los estatales, que sufren miles de despidos y los trabajadores de Aerolíneas, amenazados con la privatización. Igual unos y otros, más allá de los discursos de ocasión, siguen el lineamiento más general del peronismo de darle “gobernabilidad” a Milei y preparar la “vuelta” para el 2025 y el 2027, orientación que quedó clara cuando se negaron a convocar al paro general y movilizaron formalmente para evitar la aprobación de la Ley Bases y rechazar el veto a jubilados y el financiamiento universitario.

En este marco la coyuntura está más dinámica en relación a las luchas por abajo, gracias a la irrupción en la escena de decenas de miles de estudiantes universitarios, que luchan para que no les corten el futuro. Están desbordando a las direcciones tradicionales de los centros dominados por la Franja Morada y el peronismo, tomando las  facultades y fortaleciendo un Estudiantazo que tiene una enorme legitimidad y apoyo en la sociedad. A pesar de que el gobierno sigue con su ataque global a todos los sectores de la población, por abajo se está cocinando una respuesta más general, se pone sobre la mesa la necesidad de un paro general contra el gobierno de Milei, para que ganen los estudiantes y se frene la política antiobrera de este gobierno reaccionario.

Paro contundente del transporte contra Milei

A pesar de que la UTA jugó a la división y que los gordos de la CGT siguen negandosé a convocar una medida unificada de paro nacional activo, el éxito del paro y la simpatía que recogió entre los trabajadores, produjo un impacto político a la soberbia del gobierno de Milei, reflejando que la bronca y el malestar crece por abajo en cada vez más sectores de la población agobiada por un ajuste que no tiene fin y hace imposible siquiera llegar a fin de mes.

En este marco la lucha del estudiantazo con una ola de tomas de facultades en todo el país, y otras luchas de trabajadores como los de la AFIP o la  salud ponen sobre la mesa la necesidad de un paro nacional activo y un plan de lucha para que ganen los estudiantes, se frenen los despidos y privatizaciones como Aerolíneas y haya un aumento general de salarios y jubilaciones que cubra la canasta familiar.