Tras el anuncio de Adorni en referencia a despidos en el Estado, la burocracia sindical de ATE no le ha quedado más remedio que llamar a una jornada nacional de lucha para el 26 de marzo. El gobierno busca avanzar en medio de un clima de difamación y estigmatización de los trabajadores del Estado.
Anticiparon que la jornada de lucha comenzará con asambleas y ruidazos en todos los ministerios y organismos para luego concentrar al mediodÃa en el exministerio de Agricultura, GanaderÃa y Pesca, un punto muy poco estratégico y que desarma.
Un ataque prepotente y reaccionario
La fecha no es casual, para ese dÃa se esperan miles de despidos según el instructivo que trascendió en los medios. En dicho instructivo se especificaban todo tipo de perversidades en relación con los despidos dependiendo del tipo de contratación y se establecÃa una meta de 20% de reducción de personal.
Como si esto fuera poco, en la nueva Ley de Bases se establece la prohibición de la «militancia partidaria», el descuento de los dÃas de paro, sanciones por llegadas tarde, etc. Lo cual configura un ataque que no es sólo económico sino que además buscan generar un clima de terror y desmoralización.
Desde el gremio estiman que 70 mil trabajadores en modalidad de contrato anual podrÃan ser despedidos de hecho a fines de marzo con la no renovación de sus contratos. Lo cierto es que muy poco es lo que se ha dedicado a hacer esta burocracia y, en comparación, es muy grande la magnitud del ataque.