Colombia: La rebelión desde adentro

Documento presentado por simpatizantes de la Corriente Internacional Socialismo o Barbarie a la Asamblea de Aranda, en Colombia, como parte de los debates abiertos luego de la rebelión del 21N. El documento, ligeramente editado por nuestra redacción, refleja la necesidad de ganar a las amplias mayorías trabajadoras para la movilización y lucha contra el gobierno de Duque.

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“La política debe seguir a cómo logró estar después del estallido social. En los territorios, en la organización social y en la gente común. Yo no creo verdaderamente en lo que hagan las instituciones, o que las discusiones que se dan en el Congreso y Moneda sean verdaderamente políticas, ya que es un show mediático mientras que los empresarios están viendo qué hacer. Justamente por esto, nuestra crítica va a todos los sectores de izquierda que van a estas instituciones, porque ya estando ahí protegen y blindan los intereses de los poderosos. Esa es nuestra crítica histórica.

Nuestra idea es cambiarlo todo, pero no desde una visión vanguardista, sino que desde el construir con los territorios. Y desde ahí encontrar un real poder que será una alternativa a las instituciones que existen, que le arrebatará el control de nuestras vidas a los poderosos y volverán a ser realmente nuestras.”

-Víctor Chanfreau, vocero de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), entrevista a Pousta 06/01/2020.

 

Estas líneas tienen como objetivo avizorar mas allá de lo tangible, siendo lo tangible la necesidad de concretar un frente amplio y combativo en las calles para derrotar la política del gobierno de Duque, sus planes que en todos los frentes golpean a las mayorías de trabajadores, pobres, minorías e incluso sectores que otrora gozaban de mejor posicionamiento en los avatares de la vida.

Este proceso del 21N tiene características novedosas en la lucha de clases colombiana: su permanencia en el tiempo, la simpatía hacia el mismo de inmensos sectores sociales, el protagonismo por un sector ajeno a la cadena productiva o económica (como la juventud y el movimiento estudiantil). Se abrió un nuevo ambiente político luego de la negociación de paz entre el gobierno y la guerrilla más grande del continente.

Es necesario mirar el acontecer actual en una dinámica abierta y por tanto con signo de interrogación en su desenlace. El estado de organización por la base es un fenómeno de muchísimo valor estratégico para las mayorías y fundamental para su propia emancipación. Uno de los principales problemas del momento es la ausencia del movimiento obrero en la lucha nacional. Esta es la única forma de poder concretar un paro nacional como se viene discutiendo. La movilización popular tiene el desafío abierto de hacer a los trabajadores parte de ella de la rebelión abierta el 21N. No se trata de ganarse a la CNP, que no ha hecho nada serio para movilizar a los trabajadores contra el gobierno, sino a las amplias mayorías para que se reconozcan como una sola clase.

 

1- Como están nuestras fuerzas

En estos 2 meses del proceso de lucha del pueblo colombiano contra años de injusticias, varias son las lecciones que comenzamos a asimilar.

– La primera es que unas cuantas jornadas de movilización y cacerolazos no son suficientes para frenar al gobierno de turno y su Estado de opresión y explotación de las mayorías. Me refiero entre varias al 21N, donde grandes masas hacían su primera experiencia directa de rebelión mediante el cacerolazo, en términos pacíficos. La amplia mayoría de los movilizados inicalmente se ha apartado, al menos temporalmente, del movimiento.

– La segunda, ligada a la anterior pero de evolución distinta, son los aparatos populares (partidos, colectivos, Etc.) que en cierta medida rumiaban el acontecer nacional. Fueron desbordados por el 21N y automáticamente colocan viento en popa a actuar sobre la nueva realidad, a beneficio propio en la mayoría de los casos y lo han logrado. En este reglón hay de todo: pacifistas, tropeleros, pichones de burócratas, oportunistas, hollowayanos, tercera vía e incautos, con propuestas en la mayoría de las veces confusas y variopintas. Al contrario de las mayorías mencionadas en el punto anterior, vienen garantizando  en cierta medida los picos más altos de la lucha y su posicionamiento en la palestra nacional. Pero por un lado algunos reculan fácilmente a hacer de la lucha un carnaval o por el otro ven como única acción de lucha el choque por el choque,2 sin supeditar éste a una necesidad de conveniencia estratégica, que no es otra que sumar cada día más indignados del lado nuestro.

– Tercero, los estudiantes y la juventud son los hacedores y responsables principales de este proceso, desde el primer día hasta hoy (incluso desde el 2011 con la dinámica de la MANE). Este sector tiene su talón de Aquiles, que no está directamente relacionado con el sector productivo del país.  Pero esto no es argumento para dejar de reivindicarle su protagonismo y dinámica en el proceso y mucho menos para dejarlo en minoría con respecto a la representatividad en la mesa de negociación frente al gobierno y organismos de dirección de todo tipo.

– Cuarto, el magisterio nacional, representado en el sindicato más importante del país en cuanto a número y trayectoria de lucha es y ha sido durante años el eje histórico de la lucha nacional a pesar de su dirección. A diferencia del estudiantado este sector si está más relacionado con el engranaje de la vida económica del país y su compromiso y continuidad en el proceso es fundamental.

– Quinto, el sector obrero y de los trabajadores, relacionado directamente con la producción de riqueza del país, representaría el valor social-estratégico de la lucha por una salida de clase (o sea, más allá del pliego actual), opuesta a la burguesía y posible referente de capas de la pequeña burguesía. Está en su gran mayoría borrada de la escena nacional y necesitamos una política urgente para reposicionarla. Es una paradoja que hablemos de paro nacional sin el sector obrero en gran medida garantizándolo.

– Sexto, sectores de “izquierda progresivos” de peso local, regional y nacional, que vienen ganando espacio y que sus réditos los miden electoralmente. Juegan un papel triste en este proceso, no pueden ocultar que su estrategia en el fondo es mantener el régimen y el estado “democrático”, sus miras están puestas en las elecciones 2022 y mantener su contubernio con la burguesía “progre”.

– Séptimo, la dirección, el comando nacional del paro CNP ha mostrado muchas falencias, históricas y coyunturales. No tiene un solo triunfo de cobertura nacional para mostrar y su protagonismo antes del paro ha sido en hacerle el juego al gobierno con su política de concertación y conciliación.

– Está presente el desafío de construir un partido obrero para darle una salida de clase, socialista, a la crisis que se ha abierto en el capitalismo colombiano

 

2- Mínimos para la acción

Estos elementos muy generales tienen como objetivo ayudar a ajustar una política que beneficie a las mayorías explotadas, y que se desarrolle una actividad en los nuevos organismos de base, como elemento nuevo en una opción estratégica de lucha por disputarle el poder a las instituciones del régimen cuanto antes.

Hasta el momento este proceso, no ha logrado un solo punto concreto pero no debemos obviar que una vanguardia se ha puesto en pie y nuevos organismos de base comienzan a hacer política. Es de suma importancia, además, el reclamo y las vías de hecho asumen preponderancia en la vida nacional y gana legitimidad en ciertas instancias. Pero se deben precisar unos mínimos para concretar en este terreno, para que a partir de hoy la relación de fueras favorezcan a los nuevos protagonistas de la vida nacional.

El primer mínimo a tener en cuenta es el respaldo al pliego de trece puntos presentado al gobierno.

El segundo mínimo es respaldar cualquier actividad, propuesta y medida que ayude a potenciar los medios para concretar la tarea de derrotar al gobierno mediante el pliego de los 13 puntos.

Tercer mínimo: de la lucha que vivimos a nivel nacional han surgido todo tipo de expresiones por la base. En esta nueva realidad de la democracia directa cada sector tiene el derecho a acercar para sus fines ideológicos al mayor número de adeptos, pero debe darse a los nuevos entes organizativos cierto margen de existencia propios, esto solo se logra, si se mantienen y se respetan ciertas pautas, como el carácter deliberativo, la participación asamblearia, el balancear tareas y programar nuevas, la interrelación con otros organismos tanto lineal como jerárquicamente, (privilegiando el direccionamiento de la base hacia arriba), la rotación de cargos de dirección o coordinación entre otros.

Cuarto mínimo: Por otro lado es fundamental ir dándole a estas organizaciones un talante de clase en su composición y propuestas política en general de diferenciación programática con la burguesía y los defensores del orden reaccionario establecido.

Quinto mínimo: El movimiento actual no es el escenario para desarrollar campañas electorales de ningún tipo a la ligera, es del propio movimiento y organismos donde deben salir propuestas en este sentido, mirar su conveniencia para el conjunto del proceso además que este ejercicio tan peligroso para los sectores explotado jugando en el terreno de los poderosos, si se llegase a determinar actuar en ellos, debe reflejar la dinámica de los organismos y sus miembros más destacados en la lucha directa y diaria. No hay que caer en la trampa de levantar candidaturas barriales o locales sino de tipo nacional.

 

3- Somos vanguardia pero ligados a las necesidades y nivel organizativo de las mayorías

En la situación actual es importante diferenciar claramente vanguardia con vanguardismo, este ultimo expresa una especie de competencia entre sectores políticos por destacarse y acrecentar sus filas (que no es rechazable de por sí), olvidando el peso de las organizaciones de base y las orientaciones discutidas en ellas,  además de afectar su propia dinámica y existencia.

El acercamiento de un número cada vez mayor de población a nuestros organismos requiere de irlas vinculando mediante, actividades, consignas y programa político de lucha.

Como política para enriquecer los organismos de base debemos referenciarnos en “un tipo de denuncia global, mas de conocimiento del entorno social, del terrateniente, el cura, el dignatario, el campesino, el estudiante  y el desclasado, conocer sus lados fuertes y sus puntos flacos, las leyes e instituciones, mas estas no las encontrara en un libro, solo la proporciona las escenas de la vida diaria, estas denuncias son fundamentales para influir la actividad revolucionaria de las mayorías.”

 

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