Cifelli y Milei: provocación ultracapitalista contra el arte y la cultura

Leonardo Cifelli y Javier Milei, enemigos de la cultura y el arte. El DNU y la Ley Ómnibus como parte del paquete, contienen medidas que apuestan al ajuste, al vaciamiento y a la virtual desaparición de instituciones públicas y otras herramientas legales que promueven y sostienen la cultura. Escribe César Rojas Esquivel.

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Cifelli Milei Cultura

La brutal ofensiva ultra-capitalista de Milei contra lxs trabajadorxs y los sectores populares tiene su correlato también en el plano del arte y la cultura en general. En este caso, el ajuste se encuentra personalizada en Leonardo Cifelli, empresario del espectáculo ligado a la gestión macrista y hoy titular de la Secretaría de Cultura.

La del gobierno se trata de una ofensiva global. El proyecto de Milei pretende ir contra las conquistas de toda una etapa histórica, tanto en el plano de las conquistas de la clase trabajadora y los derechos democráticos, como el de los derechos al acceso al arte y la cultura de las más amplias masas populares.

El DNU y la Ley Ómnibus como parte del paquete, contienen medidas que apuestan al ajuste, al vaciamiento y a la virtual desaparición de instituciones públicas y otras herramientas legales que promueven y sostienen la cultura como el FNA (Fondo Nacional de las Artes), el INCAA (Inst. Nac. de Artes Audiovisuales), el INT (Instituto Nacional del Teatro), el INAMU (Inst. Nacional de la Música), y la Ley del Libro y de protección de las Bibliotecas Populares.

Entre otras medidas que van ese sentido, el gobierno mileista busca derogar la Ley Nacional de Teatro 24.800, que creó el Instituto Nacional del Teatro y que realiza una labor fundamental para el teatro independiente y las miles de salas autogestivas en cada rincón del país, además de becas, subsidios y otras importantes tareas. También derogaría la Ley 25.542 “Ley de Protección de la actividad librera”, que desde su promulgación en 2001 logró fijar precio único de los libros y favoreció la aparición de editoriales independientes y librerías en los barrios como alternativa a las grandes cadenas y a las plataformas de venta como Amazon, etc.

Al mismo tiempo deroga el Fondo Especial para las bibliotecas populares sacándole el financiamiento a CONABIP (Comisión Nac. De Bibliotecas Populares). El mismo destino correrían tanto el INCAA y como el Fondo de las Artes, pese a ser entes autárquicos, es decir que se sostienen económicamente con recursos propios de manera independiente del aporte del Estado.

La cultura se pone de pie contra el vaciamiento

Pero la respuesta desde abajo a todos estos ataques no se ha hecho esperar, y distintas iniciativas de lucha se han puesto en pie a lo largo y lo ancho del país desde diciembre: se establecieron espontáneamente acciones como marchas, cortes de calles, asambleas y actos artísticos de protesta en plazas públicas y cacerolazos, como el reciente “Cacerolazo Cultural” que logró coordinar acciones en todas las provincias el pasado 10 de enero.

Por su parte, se siguen multiplicando los repudios a las políticas del Gobierno y a sus funcionarios en los espectáculos y festivales por de parte músicos, teatristas (tal el caso del músico Peteco Carabajal que repudió a la negacionista Villarroel presente en la platea del Festival), así como los comunicados de colectivos culturales y sindicatos artísticos que repudian el “apagón cultural” bajo el lema “encendamos la lucha para que no apaguen la cultura”.

Parte de estos contundentes hechos políticos que motorizan lxs trajadorxs del arte y la cultura tuvo ya su primera repercusión al día siguiente del “Cacerolazo Cultural”, en ocasión de la intervención del Secretario Cifelli en el Plenario de Comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación. Aunque esgrimió todos los lugares comunes del credo mileista: “no hay plata” y “el Estado gasta en cultura más de lo que tiene y lo hace de forma ineficiente”, Cifelli debió dar marcha atrás hasta cierto punto con el cierre del FNA y el INCAA, declarando que dichos organismos pasarían a ser “Programas” que dependerían centralizadamente de su Secretaría.

Por supuesto que la alternativa es completamente tramposa y repudiable porque desvirtúa por completo el carácter, los objetivos y la autonomía tanto del INCAA como del FNA, pero es indicativo de que están obligados a dar cuenta de la movilización y de la presión popular que surge por abajo por más ultraliberares desatados que sean.

En su brevísima y penosa intervención, que fue leída y no dio espacio para la repregunta, Cifelli volvió sobre las sospechas de los “ñoquis” en los organismos culturales y otras falacias sin comprobación, ni informes, ni cifras a la vista y mucho menos, esbozo alguno de lineamiento para su programa alternativo para la cultura del país. Lo que si quedó claro es la intención del gobierno de la “Libertad Avanza” de profundizar el ajuste del Estado en favor de la cruda libertad de mercado de los grandes grupos concentrados de la industria cultural (editoriales, espectáculos, cine, etc), disponiendo a su vez discrecionalmente de los recursos genuinos de entes autárquicos del Estado para que la cultura termine siendo un bien de lujo para los pocos que puedan pagarlo.

Encender la lucha de cara al paro del 24/01

Decíamos al comienzo de estas líneas que la ofensiva era global, en lo político, lo socio-económico y en lo ideológico, el plano de las ideas, porque para imponer su plan este Gobierno debería barrer con conquistas históricas de varias décadas en el país e imponer una derrota al pueblo trabajador. Y ahí reside una contradicción ineludible para Milei y una enorme fortaleza para nosotrxs.

Es que Argentina pese a ser un país capitalista “atrasado”, tiene en su haber para las masas grandes conquistas como el de ser uno de los países de gran riqueza cultural y de una movilidad social ascendente, con altos índices de alfabetización y calificación profesional y masiva sindicalización de sus trabajadores. A esto hay que sumarle que existe una larga tradición de lucha y resistencia de sus movimientos sociales y colectivos culturales y de espacios para la batalla de ideas. Todos estos elementos están poniéndose a prueba hoy y más allá de los vaivenes de la lucha de clases no han sido derrotados y son parte a las enormes reservas de lucha del conjunto de lxs explotadoxs y oprimidxs. Por eso, es necesario desarrollar cada espacio de organización y movilización del arte y la cultura que surja, en la perspectiva de hacer del paro del 24 de enero una gran jornada de lucha con paro activo y movilización. Hay que pararle la mano y derrotar a Milei poniendo en pie un Plan de Lucha, plan donde los derechos del arte y la cultura para todxs y los derechos de sus hacedorxs sean considerados de primera necesidad.

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