Solidaridad

Cientos exigieron Justicia por Pablo Grillo en un gran Festival Solidario

Trabajadores, estudiantes, jubilados, vecinos, fotógrafos, periodistas, músicos, artistas, hinchas de fútbol, militantes y activistas de la lucha por los Derechos Humanos inundaron la Plaza Mariano Moreno en Remedios de Escalada, zona sur del Gran Buenos Aires.

¿Quién es Pablo Grillo? 

«Una persona humilde, compañera, que siempre busca la justicia, en todo sentido. Desde que alguien tenga para comer, hasta que alguien gane lo digno, siempre ayudando al barrio y a la gente». Así define a Pablo uno de sus allegados, presente el sábado en el Festival organizado por amigos y familiares del fotoperiodista. La jornada, que comenzó a las 14 horas y se extendió hasta las 22, estuvo marcada por un flujo constante de cientos de personas que llegaron a extender su solidaridad.

El brutal ataque de las fuerzas represivas de Patricia Bullrich el pasado 12 de marzo despertó la enorme sensibilidad democrática acumulada durante décadas por el movimiento de masas argentino.

Ya se ha dicho que las balas y los palos nunca caen aleatoriamente. Hace ya 18 años, el maestro y militante socialista Carlos Fuentealba cayó herido de muerte por una granada de gas similar a la que golpeó a Pablo. Fuentealba se había quedado en la retaguardia de una movilización docente reprimida duramente por el gobierno de Sobisch, ayudando y cuidando a sus compañeros mientras retrocedían. Pocos años antes, la policía de Duhalde fusiló a Darío Santillán mientras intentaba ayudar al caído Maximiliano Kosteki, en Avellaneda.

Tampoco el caso de Pablo fue casual. La represión de Bullrich tenía un objetivo claro: ganarse el control de la calle mediante la mano dura, demonizando a los manifestantes con acusaciones delirantes. Para eso necesitaban acallar a quienes, como Pablo Grillo, pusieron el cuerpo para bancar a los jubilados y el lente de su cámara para mostrarle la realidad a los millones que miraban con atención hacia la Plaza de los dos Congresos.

«Es una persona muy solidaria […] el que siempre tira para adelante, me parece que es eso, muy comprometido» dice Tamara, una amiga de su infancia. Y cuenta que su compromiso es contagioso: «cuando pasó todo esto yo decía ‘no sé si puedo ir a la plaza’ pero no, tengo que ir porque si le hubiese pasado a cualquier otra persona del barrio, cualquier otro conocido, él hubiera estado«.

Una enorme jornada solidaria

Esa solidaridad que Pablo practicó durante muchos años es una tradición fuerte entre los trabajadores argentinos, que se remonta a las experiencias barriales del Argentinazo, a la lucha democrática contra la última dictadura y los genocidas y muchas otras luchas históricas. Quienes van pasando por el Festival así lo atestiguan.

Ya desde el mediodía, la plaza central de Remedios de Escalada se va colmando. Mientras la familia y amigos de Pablo arman el escenario y el buffet solidario, organizaciones sociales y estudiantiles ponen en pie sus stands. Entre ellos, los pibes del Centro de Estudiantes de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Lanús. En dicho departamento Pablo cursó la carrera de Diseño Industrial hace varios años. Docentes de la Universidad recuerdan el paso de Pablo por las aulas y los pasillos. Ya entonces lo caracterizaba su solidaridad y su voluntad para la organización.

Ahora, las pancartas, carteles y stickers de los estudiantes rezan «Justicia por Pablo Grillo» y «Fuera Bullrich». Cientos de personas reptirán esa última consigna a lo largo de la tarde, en cien pequeñas charlas y en el cántico que asoma durante los silencios que se abren entre una y otra banda.

Teresa Laborde, activista de DDHH y docente universitaria, en el Festival por Pablo Grillo.

Pablo está presente donde se posen los ojos. Firme en la cabecera del escenario. Impresa sobre las remeras que llevan los organizadores y en las que se van estampando en la plaza misma. En las banderas que traen los hinchas de Independiente y Talleres de Escalada. En los stencils que los estudiantes de la UNLa graban sobre pisos, paredes, bancos y pancartas. Junto a ellos van apareciendo estudiantes de otras casas: de la UNDAV, de la UNQui, de terciarios y secundarios de la zona sur.

Entre los primeros en llegar hay también fotógrafos y fotoperiodistas, unidos a Grillo por su profesión y su vocación de realidad. Se ven pecheras de la agencia Télam, que Milei buscó desmantelar desde el día 1 de su gobierno.

«Yo estuve en la Plaza el día que hirieron a Pablo» relata Paula, una fotoperiodista de la zona. «Pude capturar fotos de los gendarmes y del que hirió a Pablo». Como ella, otros fotógrafos y periodistas independientes proporcionaron el material que permitió identificar a Héctor Guerrero como el autor material del disparo antirreglamentario.

Pasado el mediodía la plaza está llena. El Festival abre con el ensamble de percusión La Chilinga. Los tambores sacuden la Avenida Yrigoyen y congregan a unas 500 personas. Durante toda la tarde del sábado pasan bandas que encadenan rock, reggae, ska, rap. Todas ellas repiten, en su turno, el reclamo de Justicia por Pablo.

La chilinga abrió el Festival.

Mientras baja el sol, la gente nunca deja de llegar. Desde distintos rincones del AMBA vienen personas sueltas, parejas, familias, grupos de amigos con remeras con la cara de Pablo. Decenas de organizaciones sociales, políticas, estudiantiles, sindicales y de DDHH firman la lista de adhesiones.

En un emotivo video se suceden artistas y personalidades públicas que suman su apoyo al reclamo de Justicia. Entre ellos están Ricardo Mollo, Victor Heredia, el Indio Solari, Sergio Maldonado y hasta Ricardo Bochini y otros futbolistas históricos. Cuando leen un mensaje de agradecimiento del propio Pablo, la plaza se llena de aplausos. Ya caída la noche, es Fabián Grillo quien sube al escenario. El padre de Pablo le agradece a los asistentes con esa calidez que surge en los momentos de adversidad y de lucha.

Fabián Grillo, padre de Pablo, junto a estudiantes de Humanidades y Artes de la UNLa.

¡Fuera Bullrich!

Como señala una de las amigas y organizadoras, el Festival fue «un éxito desde el punto de vista de que salió todo muy bien, vino muchísima gente y toda al gente que vino, que se comunicó con nosotros, lo hizo con total solidaridad y respeto». Como muchos, dice que se queda «con una doble sensación, porque me gustaría que Pablo no esté pasando por esto. Las noticias del caso judicial durante la última semana me generaron mucha bronca.»

Uno de los semaforazos realizados por Pablo Grillo en Remedios de Escalada, Lanús.

Hace pocos días trascendió que la defensa del gendarme Héctor Guerrero será institucional. Esto significa que será la propia Gendarmería Nacional quien dirija la defensa judicial del imputado. Un procedimiento ya clásico para encubrir los casos de represión y gatillo fácil, utilizado por primera vez en 1991 para el Caso Bulacio. Organizaciones de DDHH vienen exigiendo desde hace años la prohibición de este mecanismo para casos de represión.

La táctica de Bullrich sigue siendo, como el primer día, el encubrimiento y la impunidad. Pero el reclamo por Pablo no se detiene. Una de las organizadoras menciona que «esto sigue así, juntos, organizados. Todos los viernes organizamos un semaforazo, que sale de la gente del barrio. Y lo vamos a seguir haciendo, todos los viernes».

«Estamos acompañando el Festival de Justicia por Pablo Grillo, como lo venimos haciendo todos los viernes en los semaforazos» comenta Lautaro, presidente del Centro de Estudiantes de Humanidad y Artes de la UNLa, conducido por la agrupación estudiantil ¡Ya Basta! «Sumate que esta lucha continúa. ¡Fuera Bullrich! ¡Basta de Milei y basta de represión!».

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