Después del neumático: Camioneros discute paritaria y Moyano pide el 130% de aumento

Se reabrió la paritaria de Camioneros mientras el gobierno teme una "escalada" de los conflictos sindicales. A pesar del ajuste del gobierno y la miseria de las patronales, los trabajadores del neumático demostraron que el camino es luchar en las calles.

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«Espero que vengan con una propuesta seria. Si no el paro de los trabajadores del neumático va a ser un poroto al lado de lo que vamos a hacer», decía el sábado Pablo Moyano, Secretario Adjunto de Camioneros.

La semana pasada fue un dolor de cabeza constante para el gobierno panperonista. La lucha de los trabajadores del neumático paró una industria estratégica y, con un intenso conflicto, cuestionó la miseria salarial de las patronales, un mandato de ajuste que las conducciones sindicales peronistas (entre ellas el clan Moyano) venían dejando pasar sin chistar.

No resultó sorprendente que las cúpulas sindicales replicaran los temores del peronismo gobernante. Pablo Moyano tuvo una semana de intenso cabildeo sindical. Pasó de las amenazas de dejar la CGT a reunirse con Alberto Fernández y ofrecerse como «mediador» para destrabar el conflicto del neumático.

El conflicto del neumático se cerró con un triunfo político de los trabajadores. Las patronales del sector, que parecían envalentonadas y dispuestas a quebrar la organización del SUTNA (un sindicato independiente de la burocracia sindical peronista), se llamaron a silencio. Pero la victoria del neumático abrió una caja de Pandora que el gobierno, las patronales y la dirigencia sindical oficialista hubieran preferido mantener cerrada.

Millones de trabajadores se vieron a sí mismos en el espejo del neumático y, con salarios pulverizados a niveles históricos, el gobierno teme un posible «efecto contagio» sobre otros gremios. Mientras el SUTNA discutía su acuerdo con Moroni, la Bancaria de Palazzo cerró una paritaria del 94%. Ese mismo día, el Sindicato del Seguro cerró un acuerdo del 110%, la mayor cifra del año.

En la reunión celebrado hoy martes en Callao al 100, el moyanismo pidió un aumento anual del 130% y las patronales se negaron sin presentar ninguna contrapropuesta. En lo que va del año, Camioneros recibió un aumento del 31% frente a una inflación del 54% en los primeros 8 meses del año.

Moyano entre el oficialismo y la presión de las bases

Como es su costumbre, el moyanismo viene jugando a dos puntas. La semana pasada, tras amenazar con el portazo y luego amigarse con Alberto, Pablo Moyano dijo que Camioneros no replicaría «el modelo de reclamo» del SUTNA. Es decir que el gobierno no debería preocuparse por posibles irrupciones sindicales.

Pero sólo días después, el último sábado, el Secretario Adjunto de Camioneros dijo que pediría una paritaria «de más del 100%» (la inflación proyectada para el 2022). Y avisó: si no hay respuesta de las patronales, «llevaremos el reclamo a las calles».

¿Cuál es la explicación del ida y vuelta del dirigente camionero? Moyano está en medio de una tensión doble: por un lado, su defensa del gobierno peronista (del que, como ya dejó en claro, es parte) y, por otro, su necesidad de mantener el control sobre las bases del gremio.

Es cierto que el clan Moyano tiene décadas de experiencia controlando e instrumentalizando los reclamos de su base sindical. Pero la situación salarial en la Argentina es acuciante. Con una inflación imparable, prácticamente no existe gremio que no esté perdiendo poder adquisitivo.

A septiembre del 2022, el salario básico de un conductor de camiones de primera categoría es de $80.000. Casi $50.000 por debajo de lo que vale la Canasta Básica según el INDEC ($119.000).

Una oportunidad para que se escuche la voz de los trabajadores

Tras la reunión celebrada en la sede de Trabajo de Callao, los Moyano quedaron a la espera de una próxima audiencia la semana entrante. La cámara patronal del sector llevaría una contraoferta a dicha reunión.

Hasta el momento, las amenazas de movilización de Pablo Moyano no se hicieron realidad. No existe ninguna convocatoria que haga parecer «un poroto» al conflicto del neumático. Tal parece que la profesión de fé del moyanismo para el gobierno fernandista es más fuerte que su responsabilidad sobre los salarios del gremio.

Pero es innegable que la lucha de los trabajadores del neumático trajo a la escena pública un problema que se discutía subterráneamente en todo el país. Las quejas por el salario pasaron de ser un murmullo omnipresente a un reclamo a viva voz. Y muchos trabajadores empiezan a sacar la misma conclusión: para ganar hay que estar en la calle. Eso fue lo que hicieron los obreros del neumático, y esa es la única forma en que los camioneros y los trabajadores de todos los gremios pueden quebrar las paritarias de miseria de las patronales y el gobierno.

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