La ministra de Seguridad Patricia Bullrich anunció la creación de la Unidad de Inteligencia Artificial Aplicada a la Seguridad (Uiaas), según trascendió en el Boletín Oficial. Esta unidad dependerá de la Dirección de Ciberdelito y tendrá como función «patrullar las redes sociales abiertas» con técnicas que van desde el reconocimiento facial hasta la revisión de cuentas personales en las redes sociales.
La medida, presentada como un intento de «modernizar» la estructura de seguridad, en realidad abre la puerta a operaciones represivas y persecutorias con motivaciones políticas. De hecho ya existen antecedentes. En marzo de este año, Bullrich ordenó un allanamiento contra un joven en el barrio porteño de Chacarita tras revisar comentarios hechos por dicho usuario en Instagram.
Según el bullrichismo, «mediante el relevamiento de sus redes sociales se determinó que el detenido demostraba tener un pensamiento ideológico muy apegado a la propaganda política de la ex Unión Soviética, contando con vínculos comunistas que podrían llegar a realizar acciones que atenten contra el orden público».
El nivel de delirio que demuestran los argumentos de Bullrich y sus funcionarios responde a la motivación represiva de su accionar. La idea es extender el radio de acción del aparato represivo al terreno digital para facilitar operaciones de persecución ideológica y política.
Se trata de inciativas ya conocidas en el manual represivo de Bullrich. Ya durante la gestión macrista, la entonces también ministra de seguridad había ordenado detenciones arbitrarios contra personas que habían emitido tuits contra el entonces presidente.