El pasado miércoles (23), los repartidores y repartidoras participaron de una importante audiencia en el Congreso Nacional de Brasil, en la cual expusieron las brutales condiciones de explotación a que son sometidos por parte de las empresas de aplicaciones.
Producto de la huelga histórica de los repartidores, el diputado Guilhermo Boulos (PSOL), llamó a una audiencia en el Congreso Nacional de Brasil, de la cual participaron representantes del gobierno de Lula, diputados oficialistas y de oposición, representantes de la empresa iFood (de forma virtual) y de los comandos de huelga que encabezaron la movilizacion del pasado 31 de marzo y 1 de abril.
Representantes de la “categoría” (así denominan en Brasil a los sectores sindicales) se desplazaron desde diferentes regiones del país hasta Brasilia, capital del gigante sudamericano.
Con sus indumentarias cotidianas de trabajo, los “motoboys” irrumpieron en la sala de reuniones del parlamento y, con vehemencia, expusieron sus denuncias y reivindicaciones ante el gobierno federal, diputados oficialistas y de oposición, y representantes de las empresas del sector.
Para no dejar duda de su espíritu combativo, los repartidores desplegaron una enorme bandera con los logos de las principales compañías de aplicaciones en Brasil (iFood, Uber, Rapid y 99), debajo de los cuales se podía leer la palabra “Parasitas!” (¡Parásitos!).
Esta audiencia es el resultado directo de la histórica huelga que los repartidores llevaron a cabo el 31 de marzo y 1 de abril pasados, la cual se extendió por setenta ciudades en más de 20 estados del vecino país (ver Una huelga histórica).
Fue tal el impacto del “breque” (palabra coloquial para referirse a un paro), que el gobierno de Lula y la izquierda reformista del PSOL (que es base del gobierno en el Congreso), tuvieron que reaccionar para tratar de cooptar por arriba el proceso de organización de los repartidores.
Lo anterior explica la iniciativa del diputado Guilherme Boulos (PSOL) para convocar la audiencia en Brasilia. Es importante recordar que, en 2024, al postularse para Prefecto de la ciudad de São Paulo, Boulos contrató a Lula Guimarães como “marqueteiro” (jefe de campaña), quien previamente había colaborado con iFood (la mayor empresa de aplicaciones en Brasil) para monitorear las huelgas de los repartidores y desarrollar estrategias para desmovilizarlas.
Con esta movida, Boulos trata de lavarse la cara y presentarse como “aliado” de las asociaciones de base que construyeron y lideraron la reciente huelga, prometiendo que va mediar con la empresa iFood y gestionar la aprobación de un proyecto de ley en el Congreso Nacional para reglamentar el trabajo de los repartidores.
En cuanto al gobierno federal, estuvo representado en la audiencia por Gilberto Carvalho, quien actualmente se desempeña como Secretario Nacional de Economía Popular y Solidaria. En su intervención propuso convocar a una mesa tripartida entre el gobierno, los representantes de los repartidores y de las empresas del sector, para elaborar una propuesta de “consenso” que contemple la “autonomía con derechos”.
En otras palabras, el gobierno federal quiere repetir la experiencia fallida del año pasado, cuando llamaron a una mesa tripartita que concibió un proyecto de ley abiertamente pro-patronal.
Junto con esto, el gobierno ofreció créditos para financiar la renovación de la flota de motos y, además, dijo que le gustaría llevar representantes de los repartidores a una futura reunión en Ginebra, Suiza, donde se va discutir la regulación internacional del sector.
Créditos, viajes y promesas de proyectos de ley. Así es como funciona la conciliación de clases del PT y el PSOL, cuyo objetivo es cooptar desde arriba a los representantes de los movimientos sociales y gestionar “consensos” con las patronales explotadoras, es decir, traicionar las reivindicaciones de los trabajadores y trabajadoras.
En un sentido contrario fue la intervención Renato Assad, militante de Socialismo o Barbarie-Brasil y fundador del grupo “Entregadores Unidos por la base”.
Assad denunció el carácter parasitario de las compañías de aplicaciones, las cuales obtenía enormes ganancias a partir de la explotación brutal de los repartidores. Además, denunció que tenían sangre en sus manos, en referencia a la enorme cantidad de trabajadores heridos o muertos debido a los accidentes de tránsito.
A continuación, presentamos una transcripción de la intervención de Renato Assad en la audiencia realizada en Brasilia, donde llama a los repartidores a no confiar en las instituciones del régimen y, por el contrario, apostar a la movilización en las calles para conquistar sus reivindicaciones.
Intervención de Renato Assad en la audiencia realizada en el Congreso Nacional de Brasil
Transcripción: María Cordeiro.
Buenas tardes a todos y todas. Quiero agradecer por este espacio, pero quisiera dirigirme sobre todo a los trabajadores presentes en esta audiencia y, especialmente, a los repartidores y repartidoras que hoy no están aquí porque están encima de una moto, porque están encima de una bicicleta, y, porque no tienen el derecho ni las condiciones materiales, para estar presentes hoy en esta audiencia, debido a la violencia que las empresas de plataformas, como iFood, Rappi, 99 y Uber, les imponen en el día a día a estos trabajadores.
Me gustaría rescatar la etimología de la palabra parásito. Es una palabra que proviene del griego y que significa «aquel que come en la mesa de otro», o en biología, “un organismo que vive a costa de otro”.
Veamos: para este año 2025, iFood estima un salto del 50% en sus ingresos, es decir, proyectan una ganancia de mil millones de reales (alrededor de 176 millones de dólares), mientras que sus más de trescientos mil repartidores, si es que ese dato es real, no consiguen llegar al final del mes.
Lo único que les queda a los repartidores es el derecho a trabajar, trabajar y trabajar. Por lo tanto, está muy claro aquí quién es el parásito y quién vive de otros organismos; es decir, de la riqueza que es socialmente producida por los repartidores, pero que es apropiada de manera privada por un puñado de sanguijuelas y parásitos.
Ahora quiero dirigirme también a estas empresas que son más que simples parásitos. Si tenemos las condiciones laborales actuales, violentas, que expresan una nueva morfología del trabajo, parafraseando a Ricardo Antunes, un sociólogo fundamental que apoya nuestra lucha, debemos decir también que estas empresas son responsables de miles de muertes de trabajadores, padres y madres de familia, por causa de las tarifas bajas, por los bloqueos indebidos.
No es una exageración decir que estas empresas tienen sus manos llenas de sangre de trabajadores. Y si no son detenidas, eso seguirá ocurriendo.
Por lo tanto, me dirijo ahora al gobierno federal para concluir: el PLP 12, que salió del grupo de trabajo anunciado el primero de mayo de 2023, es un proyecto de ley que podría haber sido escrito de principio a fin por empresas como iFood y Uber.
Los repartidores no pueden aceptar un PLP escandaloso, como ese que dice que somos “autónomos con derechos”. Somos trabajadores, no somos autónomos, y todos aquí han repetido esa misma frase. Por lo tanto, Gilberto, con todo respeto, ese PLP necesita ser enterrado, y los repartidores necesitamos construir nuestro propio proyecto de regulación.
Para terminar, todos los repartidores aquí presentes tenemos una responsabilidad histórica: no depositar ninguna confianza en los gobiernos, ninguna confianza en este parlamento y ninguna confianza que no sea en nuestras propias fuerzas. Porque si esta audiencia se está llevando a cabo hoy, fue por el “breque”, fue por nuestra movilización.
Si hay una promesa de aumento de la tarifa, si hay una promesa de que va a salir un proyecto de ley, tenemos que empujar: al parlamento, a las empresas y al gobierno hasta donde nosotros queramos. Y eso vendrá desde las calles. Si iFood, Rappi y Uber nos explotan en las calles, es en las calles donde damos nuestra respuesta.
Por lo tanto, volvamos a nuestras bases. Digamos a los repartidores que es necesario mantenerse organizados, que solo venceremos si apostamos en nuestra lucha. Más aún, por una lucha que se unifique con los demás trabajadores —con los trabajadores del régimen 6×1, con los trabajadores de todas las categorías.
Por último, es necesario que el gobierno tenga un poco de vergüenza y empiece a derogar las contrarreformas de Michel Temer y Bolsonaro, comenzando por la reforma laboral y la reforma previsional. Si estamos aquí defendiendo a los trabajadores, si no, ¡es puro bla bla bla!