Brasil: reacción popular contra los cortes de ruta bolsonaristas

Sectores populares organizados en hinchadas de fútbol y obreros sindicalizados y barriadas populares desalojaron los cortes de extrema derecha. Siguen las provocaciones golpistas: sectores del bolsonarismo se moviliza para exigir golpe de estado.

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Hinchada organizada del Corinthians luego de desalojar un piquete neofascista.

Los hechos se dieron apenas horas después de que Bolsonaro haya calificado las manifestaciones de expresar una «legítima indignación» por el resultado electoral, el cual, sin embargo, no tuvo margen para desconocer abiertamente. Deja abierto así el margen para que su base se movilice para exigir golpe de estado. El PT, mientras tanto, sigue intentando regalarle la calle a Bolsonaro y la extrema derecha, algo criminal en un momento como este. 

En la mañana del lunes se registraron en total 52 protestas en los estados de Bahía, Goiás, Minas Gerais, Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Pará, Paraná, Río de Janeiro, Rondônia, Rio Grande do Sul, Santa Catarina y São Paulo, según informó el portal G1, del Grupo Globo.

Pero la noche anterior, la euforia popular por la derrotad e Bolsonaro se convirtió en una inmensa movilización callejera. La Avenida Paulista fue el escenario de la puesta en la calle de los sectores populares que rechazan al presidente de extrema derecha y su movimiento golpista. Ese fue el acontecimiento determinante de que Bolsoanro no pudo desconocer abiertamente los resultados de las elecciones: perdió la calle el día mismo de las elecciones. Esto, a pesar de la política del lulismo de evitar toda movilización callejera. 

Así, las hinchadas como la del Corinthians, Atl. Mineiro, y otras se organizaron para desalojar los cortes de ruta golpistas. También obreros metalúrgicos.

Las instituciones del país, los jueces y el lulismo, quisieron resolver por vía más «normal» el problema de los cortes. El STF había comandado a los gobernadores a que desalojen con la Policía Militar. Pero es bien sabido que la extrema derecha suele tener la complicidad y la simpatía de la policía. Fue la movilización popular la que rechazó de manera concreta a los neofascistas en la calle.

 

Se trata de sectores transportistas que en su mayoría manejan sus propios camiones, y no trabajadores en relación de dependencia. De hecho, la Confederación Nacional de Trabajadores del Transporte y la Logística, el sindicato que agrupa a los trabajadores del sector, rechazó públicamente los cortes, a los que calificó de «antidemocráticos».

Sus intenciones eran montar alguna provocación antidemocrática pero no tuvo margen para hacerlo, sus propios aliados reconocen su derrota y el propio establishment político capitalista reconoce la victoria de Lula, incluyendo los presidentes de otros países, desde Joe Biden hasta Xi Jinping.

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