Brasil | ¡No a la extradición del militante italiano Cesare Battisti!

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Luciano Mathias, SoB Brasil

 

«El año que viene voy a mandar un regalo para ustedes: el Cesare Battisti».

Jair Bolsonaro en abril de 2018

 

El jueves (13) Cesare Battisti, militante de izquierda italiano de 63 años, tuvo su arresto preventivo decretado por el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) Luiz Fux. El militante es perseguido por las autoridades italianas desde la década de 1970, movidas ahora por los intereses patronales dirigidos por figuras de la extrema derecha del nuevo gobierno italiano, entre ellos el viceprimer ministro Matteo Salvini.

Desde los inicios de su persecución por Italia, Francia y Brasil, las acusaciones dirigidas a él son polémicas e injustas. Su primera condena fue a finales de la década de 1970, en la que debía cumplir la pena de 13 años de prisión. Fue acusado de participación en grupo de extrema izquierda y delitos políticos como “subversión”. Sólo después de escapar de la prisión y haber aparecido en Francia, con derecho a asilo político, las autoridades italianas decidieron también acusarlo por homicidio de cuatro hombres, con la pena de cadena perpetua. Tres de esos hombres, además, estaban asociados a ideologías y prácticas autoritarias fascistas.

Battisti reside en Brasil desde 2004, está casado y tiene hijo brasileño. El caso de su permanencia en el país fue resuelto judicialmente en 2010 en el que, incluso, involucró la influencia directa del ex presidente Lula, que negó el pedido de extradición, y por seis jueces del STF, entre ellos el juez Luiz Fux, que hoy  siete años después es el mismo que manda arrestar a Battisti; decisión que puede facilitar la extradición del militante de izquierda.

El actual escenario en que pasa la persecución de Battisti es muy simbólico, en el sentido que involucra directamente la ascensión de la extrema derecha en Brasil, el gobierno Bolsonaro y uno de los mayores peligros que viene con ella: la persecución de activistas, militantes de izquierda y las libertades democráticas. Vale recordar que un método bien utilizado históricamente en países autoritarios es el de desaparecer liderazgos políticos, figuras que logran movilizar, dirigir y politizar personas.

La decisión de extraditar al militante político viene del actual presidente Michel Temer, pero las vísperas del cambio de gobierno. Si no está clara la conexión del caso con el gobierno Bolsonaro, vale la pena mencionar una frase del propio Bolsonaro en abril de ese año: «El año que viene voy a mandar un regalo para ustedes: Cesare Battisti».

El futuro ministro de Justicia, Sergio Moro, nombrado por Bolsonaro, se posicionó diciendo «en mi evaluación, el asilo que se le concedió hace años, fue un asilo con motivaciones político-partidarias». Posicionamiento contradictorio del ex juez, que tiene por una carrera motivada por orientaciones político-partidarias.

Estamos absolutamente en contra de la persecución al activista Cesare Battisti, la decisión de extraditar no es un acto aislado y tiene total asociación con las iniciativas de criminalizar movimientos políticos legítimos, parten del proyecto autoritario de extrema derecha, materializada más concretamente con el gobierno de Bolsonaro.

Es de extrema importancia toda solidaridad internacional y que el PSOL, los partidos políticos de izquierda y todos los sectores de izquierda brasileña, que poseen la capacidad de movilizar, salgan en defensa de Cesare Battisti, así como de los movimientos políticos y de todas las figuras políticas importantes para la lucha de los trabajadores de las mujeres, de la juventud y del socialismo.

En ese momento en que se quiere establecer una correlación de fuerzas totalmente desfavorable para los de abajo, no podemos doblarnos ante ningún ataque. Así, es fundamental que la militancia socialista revierta todo ataque contra las libertades democráticas en resistencia y lucha.

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