La huelga de los trabajadores de reparto por aplicación de Brasil comenzó hoy 31 de marzo y se extenderá al menos hasta mañana. Miles de repartidores tomaron las calles en decenas de estados del vecino país, en reclamo contra las precarias condiciones de trabajo a que están sometidos por las grandes compañías que controlan el mercado.
São Paulo, Maceió, Manaus, Belém, Salvador, Fortaleza, Goiânia, Distrito Federal, Belo Horizonte, João Pessoa, Natal, Porto Alegre, Recife, Rio de Janeiro, Floripa, Curitiba, Porto Velho, Cuiabá e São Luís son las ciudades en las que se puso en pie la movilización y huelga de trabajadores de reparto.
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Las principales exigencias de la huelga son: el aumento a 10 reales del valor mínimo de cada entrega, así como el pago adicional de 2,5 reales por cada kilómetro extra; la limitación a 3km del radio de entrega en bicicleta; el pago integral de cada uno de los pedidos cuando son integrados en un mismo envío.
Los trabajadores, antes de que comenzara la huelga, denunciaron el comienzo de prácticas antisindicales. Las empresas, notoriamente la inmensa IFood, ofrecieron bonos a quienes no participaran de la paralización de dos días. Sin embargo, ya es la principal huelga de trabajadores de reparto de la historia de Brasil.
En São Paulo, miles de motociclistas se concentraron en las afueras del estadio municipal de Pacaembu, desde donde iniciaron una caravana que realizó una escala frente al MASP en la Avenida Paulista (espacio referente de las protestas en la ciudad), para luego dirigirse hacia las instalaciones centrales de Ifood, principal empresa del ramo en Brasil.
También se reportan movilizaciones masivas de motociclistas y ciclistas en Porto Alegre y Río de Janeiro.
En noviembre del año pasado se realizaron protestas en más de 20 ciudades del país contra la escala de trabajo 6×1 (seis días de trabajo, uno libre), la cual afecta a los sectores de la nueva clase trabajadora. Lo anterior deja en claro que crece el malestar de los sectores más precarizado, mayormente jóvenes, cuyas condiciones de vida y laburo no dejaron de empeorar en los últimos años, incluso bajo el gobierno liberal social de Lula.
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Las manifestaciones y protestas se dan en el marco en el que los intentos de regulación del sectores han fracasado. Cómplices de las empresas precarizadoras, el gobierno de Lula intentó en mayo del 2023 redactar una ley de «consenso» que consagraba la precarización y la anulación de todo derecho laboral para los trabajadores de reparto por aplicación. El intento fracasó.
La principal empresa de reparto en Brasil, y objeto de las protestas, es IFood, además de otras aliadas (como Uber Eats). IFood declaró ganancias por 7 mil millones de reales a lo largo del año fiscal 2023. Se trata de una empresa mil millonaria que se llena los bolsillos con la precarización y explotación más brutales de los que generan todos sus ingresos con su sudor y su sangre.
La huelga es un episodio extraordinario en la situación política brasilera, poniendo en las calles el protagonismo de un nuevo actor, uno que puede cortar con el ahogo de la extrema derecha y el gobierno social liberal de Lula.
