
Por Luca Antonin
La situación en Brasil es de una polarización inédita e histórica. La ultraderecha, de la mano de un ex militar, puede llegar al gobierno por elecciones. Se trata de un personaje monstruoso que no tiene ningún problema en hacer declaraciones racistas, homofóbicas, xenófobas, de un odio de clase y una violencia desbordados, que nos hace recordar a viejos personajes de los 30 en Europa o de las dictaduras militares en Latinoamérica.
Claro, este es el lado feo de la situación. Pero como siempre, están la lucha y organización de los de abajo, de los explotados y oprimidos que salieron a dar demostraciones en las calles contra Bolsonaro. La más importante, fue la movilización convocada por el movimiento de mujeres, en varias ciudades del país el último 29 de septiembre.
Frente a este clima de polarización y complejidad, el futbol, deporte más popular en Brasil, no podría quedar afuera, aun a pesar de ciertos sectores de la burguesía que intentan con todas sus fuerzas proteger esa burbuja que lo rodea. Siempre va a haber hechos o personas, que como un alfiler van a romperla.
Hinchadas de futbol, sus organizaciones antifascistas, se han pronunciado contra el monstruo. La primera hinchada fue la del Corinthians, club con gran historia de lucha política y social, como la experiencia de la “Democracia Corinthiana” de los años 80, con Sócrates a la cabeza. Rodrigo González Tapia, presidente de Gaviões da Fiel (torcida del Corinthians), publicó en sus redes sociales:
“Hermanos, la cosa es así… no quisiera iniciar un debate sobre política, sin embargo lo que he visto en nuestras redes sociales, con muchos gaviões apoyando a Bolsonaro, me hace sentir la responsabilidad de decirles algo. Acepten o no mi manifestación política como presidente de Gaviões da Fiel, debo recordarles la ideología que llevamos con nosotros en esos casi 50 años de historia. Usted que es asociado a Gaviões ¿conoce la historia de nuestra barra? ¿Sabía que en nuestra fundación, en 1969, el país vivía en plena dictadura militar? ¿Sabía usted que en el periodo de nuestra fundación teníamos entre nuestros objetivos principales el de derrocar a un dictador que se mantenía dentro de nuestro club? ¿Sabía usted que nuestros fundadores sufrieron mucho por el simple hecho de llevar la bandera en favor de la democracia y los derechos del pueblo? Sé que hay entre los Gaviões da Fiel, una institución con más de 112 mil socios, gente de distintas clases sociales, lo que es muy bueno, y todos tienen el mismo derecho y el mismo valor, pero hay que decirles a algunos de ustedes que están apoyando a un sujeto que va en contra de todas las ideas que defendemos y podría tirar a la basura nuestro pasado de luchas, por lo que les pido que si van a seguir apoyándolo deberían repensar sobre su camino dentro de nuestra institución. Es decir, si estás en Gaviões por intereses personales, status, para solamente exhibir una camiseta o beneficiarse de las entradas, o para poder presumir en las redes sociales que sos parte de la barra más grande de Brasil, si es solo por eso y no porque entienden y respetan lo que somos desde los primeros días de nuestra historia, les pido por favor que tomen otro camino. Pueden pasar por la sala de la directiva y firmar sus salidas. Somos una barra que defiende los derechos de nuestro pueblo y no podemos dejar que nuestro mayor representante, el que gobierna el país, esté contra nosotros y contra todo aquello por lo que luchamos”
En este sentido, torcedores del Flamengo, agrupados en “Flamengo Antifascista” se expresaron de la siguiente manera:
“La hinchada del flamenco es la más popular del país. Abarca todos los segmentos sociales, desde hombres y mujeres, blancos y negros, jóvenes y ancianos, pobres y ricos. Representamos al pueblo brasileño en su esencia. En este sentido, es inaceptable cualquier declaración prejuicios manifestada por Bolsonaro y su vicepresidente, Mourão, sobre todo las que tienen que ver con la población pobre, negra y a las mujeres, madres y abuelos. Al referirse a esa parte considerable de las familias brasileñas de manera chistosa e irrespetuosa, consideramos tal actitud una afrenta a la hinchada del flamenco, mayoría absoluta en río de Janeiro y Brasil. Además de estas cuestiones, creemos que las propuestas económicas de esta candidatura fascista a la presidencia de la República significa empujar aún más a la población más pobre a la miseria, destruyendo la frágil estructura de asistencia social existente en el país. Las privatizaciones y el corte presupuestarios, propuestos por Pablo Guedes, significa profundización de las políticas neoliberales que se han aplicado por Temer, en Brasil, y por Macri, en Argentina, promoviendo una crisis social sin precedentes. Es decir, Bolsonaro es una continuación más profunda de la política nefasta que hoy se aplica contra la clase trabajadora. Llamamos a las torcidas organizadas del Flamengo a rescatar sus orígenes de resistencia a los ataques al pueblo, sobre todo durante la dictadura militar, a defender la democracia y los derechos de la clase trabajadora.”
En Porto Alegre, la agrupación “Inter Antifascista”, declaro a la cadena Bloomberg: “Bolsonaro representa absolutamente todo lo que estamos luchando por prohibir en el fútbol y la sociedad: represión, machismo, homofobia, racismo e ideas fascistas”
Santos tampoco se quedó callado en medio de los gritos de gran parte de Brasil. La Torcida jovem, agrupación con casi cincuenta años de vida, publicó un comunicado: “La Torcida jovem construyó una historia de lucha por la democracia y en contra de la opresión que siempre intentó callar la voz de las tribunas. Una lucha que comenzó a fines de los sesenta contra la dictadura militar y que se extiende hasta hoy contra aquellos que intentan destruir al fútbol popular y a nuestra libertad. Nuestra hinchada está compuesta por la clase trabajadora, por personas de diferentes etnias y creencias que se unen como pueblo. En función de eso, nos posicionamos en contra de una plataforma política que defiende a la dictadura como salida de los problemas del país. Esa plataforma es nociva para la evolución de nuestra sociedad y va contra los ideales de la Torcida jovem“.
A esta altura, todo esfuerzo de separar al fútbol de la política es inútil. Tal fue el rechazo de hinchas contra Bolsonaro que de la movilización “Ele Ñao” que convocó el movimiento de mujeres fueron participes estas agrupaciones de los clubes, en apoyo a las compañeras, y también como parte de un sector de trabajadores e hinchas de futbol, que también rechazan y se organizan contra el neofascista.
En Río de Janeiro, se hicieron presentes grupo como la “Esquerda Vascaina” (Vasco Da Gama), “Fluminense Antifascista” o “Esquerda Rubro-Negra” (Flamengo).
Cléber, docente e integrante de Esquerda Vascaina, dijo al respecto de la influencia que Bolsonaro pueda tener en el futbol: «La hinchada ya es un espacio muy machista, homofóbico, misógino. Las mujeres se sienten incomodas, los gays se sienten incomodos y la victoria de él creo que va a reforzar el espacio de la tribuna como un espacio en el que ‘algunas personas no pueden ir’. La truculencia de él, en ese espacio, es más fácil de ser capturada, ¿entiende?»
Pero, así como hay expresiones muy progresivas y de lucha contra Bolsonaro, también están las que son a favor. Esta claro que el giro a la derecha, da a lugar a expresiones de personas que van en ese sentido. Como por ejemplo, las de un grupo de hinchas de Atlético Mineiro, en el clásico contra Cruzeiro: “Cruzeirenses, tomen cuidados. Bolsonaro va a matar venados”. Venados, es una expresión despectiva de referirse a los homosexuales. Frente a este hecho, el club saco un comunicado en repudio junto a un video: “Lamentamos profundamente las manifestaciones homófobas de parte nuestros hinchas en el partido del domingo en el estadio Mineirao. Reiteramos nuestro repudio a cualquier gesto de prejuicio o de incitación a la violencia”. En el video dicen que el Gallo (apodo del Atlético) “es una pasión del pueblo” y bajan un manifiesto contra la discriminación: “Nuestra esencia siempre fue la mezcla: mezcla de colores, mezcla de clases, mezcla de géneros. Aquí no hay un día específico para homenajear una causa o enfrentar a la discriminación. Aquí todos los días son días para combatir la intolerancia, el respeto o la violencia. Aquí no hay lugar para el preconcepto. Aquí hay lugar para todo el mundo. Aquí es el Gallo. Una pasión de todos”.
https://twitter.com/atletico/status/1041500633117990913
También, se dio que varios jugadores activos y ex, famosos y de selección, se pronunciaron sobre las elecciones y su favorito.
Ronaldinho, subió a sus redes lo siguiente: «Por un Brasil mejor, deseo paz, seguridad y alguien que nos devuelva la alegría. ¡Yo elegí vivir en Brasil, y quiero un Brasil mejor para todos!”, tuiteó Ronaldinho, acompañando el mensaje con una camiseta amarilla y el dorsal 17, el número que identifica a Bolsonaro en las papeletas de votación. El candidato ultraderechista contestó al ex jugador agradeciéndole el apoyo.
Rivaldo, otro campeón del mundo con la verdeamarelha, expreso su inclinación hacia Bolsonaro, marcando que los verdaderos problemas de Brasil son «la crisis económica, el desempleo, la violencia, la salud, la educación y la corrupción» y que actualmente en las elecciones se discute «la ideología de género, el machismo, el racismo y el feminismo. Su voto va a elegir a un presidente, y no un padre. Necesitamos que él resuelva los problemas de nuestro país y no que nos enseñe valores, eso tenemos que aprender en casa y en la escuela», expuso el ex jugador del Barça.
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El que más ruido hizo, sin duda, fue Felipe Melo, hoy jugador del Palmeiras (club del que es hincha Bolsonaro). Después de un partido contra Bahía, en un empate 1-1, declaro: “Quiero agradecer a Dios por el gol, a la familia. Este gol va para nuestro futuro presidente, Bolsonaro”
Rápidamente, el club se diferencio de sus declaraciones, alegando que es una posición personal del jugador, y que no tenía que ver con la de la institución. Los hinchas del “verdao” también mostraron su repudio al jugador en las redes sociales.
Frente a las declaraciones de varios deportistas pro Bolsonaro, Juninho Pernambucano, ex volante de Brasil, salio al cruce, discutiendo con los jugadores que vinieron desde abajo y ahora apoyan a un neofascista, como así también con el pedido de mas seguridad y mano dura: “Muchos brasileños ignoran que muchos otros fueron torturados y asesinados en la dictadura. Es desesperante ver a gente apoyando una intervención militar. El Ejército existe para defender el país, proteger las fronteras, no para matar a brasileños en la favela. Ellos no fueron entrenados para eso. Dicen que defiendo la delincuencia. Pero la gente tiene que parar con esa historia de creer que todo crimen es igual. Una cosa es asesinar, otra es robar. No puedo poner a un joven de 18 años que ha robado en una cárcel. Cuando el chico sale, él quiere vengarse de la sociedad. Me revuelco cuando veo jugadores y ex jugadores de derecha. Nosotros venimos de abajo, somos pueblo. ¿Cómo vamos a ponernos del otro lado? ¿Vas a apoyar al fascista Bolsonaro, hermano mío?”
La tarea del pueblo trabajador brasilero, hoy más que nunca, es derrotar a Bolsonaro en las urnas pero principalmente en las calles. Y en ese sentido, el futbol dice presente. Las hinchadas, antifascistas o progresistas, entran en escena contra el neofascismo, dan pelea en un ambiente donde por momentos es un reducto bastante conservador. También los jugadores, la mayoría millonarios, dan su opinión, producto de la polarización y la sacudida que genera un engendro como Bolsonaro. Incluso algunas instituciones también se han manifestado, ya sea neutrales o en contra.
El futbol, como deporte mas popular del país carioca, también tiene que entrar en escena, y para eso, debemos organizarnos para recuperar los espacios que son del y para el pueblo trabajador. Hay que sacar a todos los empresarios que quieran lucrar y vaciar a los clubes de todo su contenido social, político y cultural. Hay que recuperarlo para nosotros. Y convertirlo en el espacio de lucha que debe ser, para combatir hasta el final, y en todos lados, al fascismo.