Por Pablo Perez
Aunque todavía no asumió, ya el Partido Social Liberal (PSL) dio largada a una campaña de persecución política a los profesores de escuela que no adhieran al presidente electo. La diputada del PSL, Caroline Campagnolo, por el Estado de Santa Catarina anunció vía redes sociales la apertura de un canal de denuncias para que los alumnos de escuelas secundarias filmen y suban a profesores que hablen contra Jair Bolsonaro en una clara campaña de persecución política.
La diputada anunció que “mañana (por el lunes) es el día en que muchos profesores y adoctrinadores estarán inconformes y revueltos” haciendo referencia a los resultados del ballotage. Y continuó: “Muchos de ellos no contendrán su ira y harán del aula un auditorio cautivo para sus quejas políticas partidistas en virtud de la victoria de Bolsonaro” para luego hacer el llamado a grabar todas las manifestaciones políticas o ideológicas, llamándolas “adoctrinamiento”.
No está de más decir que una campaña como la que anunció la diputada del PSL busca que no haya ningún atisbo de crítica o pensamiento, busca sembrar el temor entre los docentes de que si hablan de los asesinados por criticar a Bolsonaro, de su campaña de odio hacia las mujeres y la comunidad LGBTI puedan tener represalias laborales o incluso a su integridad física.
Este grave ataque a las libertades democráticas del pueblo trabajador brasilero en general y de los docentes en particular, se enmarca en el proyecto y bandera del PSL “Escuela sin Partido”. Una campaña contra el “abuso de la libertad de enseñanza” que en este caso pretende tomar medidas contra docentes que estén en contra del fascismo, de fusilar militantes políticos o que piensen que los homosexuales no son enfermos que merecen ser molidos a golpes.
El rechazo a estas prácticas debe ser internacional. Son parte de los asquerosos dichos de Bolsonaro que alientan crímenes de odio como el fusilamiento al joven obrero el sábado a la noche o al mestre de Capoeira en un bar hace unas semanas. El pueblo brasilero y latinoamericano debe salir a las calles a rechazar este gobierno neofascista que sólo augura oscuridad para el gigante Brasilero y toda la región.