Bolivia: la detención del golpista Luis Camacho y la crisis política

Fue detenido uno de los principales responsables del movimiento golpista del 2019, líder de los grupos de choque fascistoides. La detención y la crisis política en Santa Cruz.

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”Luis Fernando Camacho fue aprehendido en horas de la tarde del día 28 de diciembre en cumplimiento de la orden de aprehensión emitida por la Fiscalía Departamental de La Paz en el caso denominado ‘Golpe de Estado 1′” dijo en un comunicado de prensa la Fiscalía General de Bolivia. Se trata de la misma causa que puso tras las rejas a Jeanine Añez, la gobernante de facto del país bajo el régimen golpista.

Camacho es el gobernador de extrema derecha de Santa Cruz. Su detención sucedió mientras se trasladaba de la sede de gobierno a su domicilio particular. El gobierno santacruceño denuncia un supuesto «secuestro» de su principal autoridad, pese a que la orden de detención data de octubre.

El detenido no solamente fue uno de los principales responsables del golpe de Estado del 2019. También lideraba el «paro cívico» de Santa Cruz, una violenta asonada que intentaba recuperar el poder de la extrema derecha después de su derrota. 

En Octubre de 2019, un movimiento callejero fascistoide comenzó a exigir la renuncia de Evo Morales acusándolo de fraude electoral. La vieja derecha aprovechó la situación para mover su poder institucional y tratar de arrasar con el poder del MAS. El resultado fue el gobierno de Añez, barnizado con institucionalidad, traído al mundo por las movilizaciones fascistoides de Santa Cruz, con el apoyo militar y policial como partero. Camacho fue uno de los impulsores de esa asonada golpista en uno de sus puntos más fuertes, Santa Cruz. 

La movilización de masas intentó derribar al nuevo régimen golpista, pero las masacres de Senkata y Sacaba pusieron un freno a la manifestación de la ira popular. Sin embargo, el gobierno nació ya profundamente odiado, deslegitimado y relativamente débil. Si ese gobierno se sostuvo durante casi todo 2020 fue porque derramó sangre popular y originaria desde el primer día.

Luego de no lograr estabilizarse durante un largo año e intentar arrasar con la influencia electoral del MAS por la vía de la fuerza, perdieron las elecciones del 2020 de manera arrasadora.

El «Paro cívico» de Santa Cruz

Con años de impunidad a sus espaldas, Camacho lideró este año el movimiento de la oligarquía cruceña en su intento de recuperarse de la derrota del golpismo. Durante más de un mes, el «paro» se trató de un movimiento oligárquico apoyado por grupos de choque fascistoide. Grupos como la Unión Juvenil Cruceñista fueron el brazo paramilitar del «paro». Sembraron por un largo mes el terror en los barrios populares y entre los campesinos para imponer la adhesión a un «paro» sin apoyo popular.

Estos grupos son los mismos que impusieron por la violencia el terror en las calles durante el golpe del 2019 y son la base de apoyo de personajes como Camacho. El «paro cívico» duró aproximadamente un mes, entre octubre y noviembre. El detonante había sido la convocatoria a un censo nacional y las condiciones para hacerlo.

Los Comités Cívicos dirigidos por la derecha local se oponían a la convocatoria del Censo Nacional de Población y Vivienda para marzo del 2024 y convocaron a uno propio. La disputa se debe a que el resultado de esa encuesta nacional determina las bancas y el presupuesto que le corresponde a cada departamento. Evidentemente, la oligarquía cruceña quería imponer condiciones más favorables para ella misma y el departamento que conduce a través del gobierno de Camacho.

Llegaron incluso a convocar a un «Cabildo», una concentración de las autoridades de los Comités Cívicos y sus militantes de extrema derecha que se auto entregó la autoridad de darle un ultimátum al gobierno nacional y a las demás provincias del país. Si no reconocían sin más sus condiciones iban a poner en discusión su pertenencia a Bolivia. La derecha cruceñista exigía poner fecha ella misma a su propio censo y decidir por su cuenta sin la participación del país cuál debía ser la distribución de bancas y presupuesto. 

Claro que la mayoría trabajadora y popular era mero rehén del movimiento «cívico», que volvía a moverse después del golpe del 2019 y su derrota. Los grupos como la UJC impusieron la violencia y el terror para que nadie pueda oponerse a Camacho y los suyos. Atacaron un movilización de rechazo al «paro» empresarial agroindustrial y hasta prendieron fuego las sedes de la Central Obrera Departamental y la Federación Campesina de Santa Cruz. Pusieron así a la luz del día el contenido de clase de su movimiento: la oligarquía y la extrema derecha son enemigas mortales de obreros y campesinos. Es en el marco de ese incendio todavía caliente que se da la detención del golpista y derechista Camacho.

Bloqueo de Aeropuertos y crisis política

Las pandillas de la UJC tomaron por la fuerza los dos principales aeropuertos del departamento para evitar el traslado de Camacho a La Paz. Sus cientos de militantes, incluidos asambleístas y funcionarios, se dirigieron el aeropuerto internacional de Viru Viru para evitar cualquier despegue. La misma escena se dio en El Tropillo, que se usa para operaciones militares e instrucciones.

Los grupos de choque advierten que no permitirán la salida de ningún avión de la zona y volvieron a tomar las calles violentamente como en el mes del «paro cívico». Incluso prendieron fuego la sede de la Fiscalía General de Santa Cruz, como se pudo ver en un video subido por medios locales.

Camacho había sido también candidato a presidente en las elecciones del 2020, cuando la candidatura del MAS arrasó en las urnas contra todas las fuerzas del golpismo. Demasiado impune venía siendo. El gobierno de Arce y las organizaciones de masas dirigidas por el MAS incluso habían dejado pasar sin respuesta las acciones violentas de la UJC y el «paro cívico», dándoles rienda suelta una vez más, como lo hicieron en 2019.

 

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