
El gobierno prepara un 2023 de fuerte ajuste a los salarios. Así lo han sugerido tanto el ministro de Economía, Sergio Massa como la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, quienes han expresado la intención de que las paritarias para este año se redondeen en un 60%.
Bien lejos del 94,8% con el que cerró el 2022 -que implicó que prácticamente todos los sectores cerraran el año con sus salarios perdiendo por mucho contra la inflación- ahora el gobierno pretende apretar aún más el cinturón contra los trabajadores, para favorecer a los empresarios y al FMI.
Según trascendió de las negociaciones que lleva adelante Massa con la CGT, así como declaraciones de Olmos acerca de hacer «empalmar» salarios e inflación, el gobierno pretende ponerle un techo del 60% a las paritarias de este año.
No sólo es un chiste por todo lo que ya se perdió el año pasado, sino también porque parte de tomar en serio la expectativa de inflación del 60% que establece el presupuesto 2023, que ya de por sí es extremadamente optimista.
Pero, incluso si se cumple el escenario previsto por el gobierno de 60% de inflación anual, aun así las paritarias deberían superar por mucho ese porcentaje, debido a todo lo perdido el último tiempo. El 2022 estuvo al borde del 100% anual, rompiendo récords de aumentos de precios que no se veían desde la salida de la hiperinflación en el gobierno de Menem.
Las declaraciones de Olmos de hacer empalmar salarios e inflación son directamente cínicas. Ya que con eso no se está refiriendo a hacer que los salarios aumenten como mínimo a la par de la inflación real, sino, tragicómicamente, ponerle un techo en base a una fantasmagórica inflación «esperada», que además desconoce el atraso del que se parte.
Olmos ya venía de dejar claro el rumbo pro-patronal del gobierno cuando hace pocas semanas señaló que hacía falta «rediscutir» los Convenios Colectivos de Trabajo, intentando preparar el terreno para discutir una reforma laboral antiobrera. Pocos días de esos dichos después sería nombrado el empresario Antonio Aracre como asesor presidencial, cuya primera expresión pública fue también en favor de una contrarreforma contra los derechos de los trabajadores.