Todes al Congreso

¡Abajo la Ley Bases, basta de Milei!

Tiempo de descuento para las definiciones implicadas en la votación de la Ley Bases, en una coyuntura plagada de contradicciones. Entre ellas la falta de fecha definitiva del día en que se tratará el mamotreto legal que, en principio, sería el próximo miércoles 12. Cada semana que pasa desde el espaldarazo que recibió Milei en Diputados se acumulan más y más elementos de crisis política, mientras cobra volumen la alicaída situación económica y su contrapartida social.

La votación en el Senado aparece como un momento de síntesis en el que, de primar la oposición meramente parlamentaria del peronismo/kirchnerismo/CGT facilitando la aprobación con la pasividad o mediocridad en el terreno de la movilización, el gobierno se alzaría con un triunfo aplacando el clima de inestabilidad que lo rodea, con herramientas políticas, legales y económicas para avanzar sobre terreno firme en su ofensiva reaccionaria. Por el contrario, un nuevo rechazo a la ley, escenario indeseado para los garantes de la gobernabilidad (el FMI, la burguesía de conjunto, todo el arco opositor patronal, sindical, judicial y los medios masivos de comunicación que mantiene la validez del DNU sin tomar definiciones), produciría un realce cualitativo de los variados elementos de crisis, hiriendo de gravedad al gobierno de Milei.

Estamos así ante una definición que hará síntesis de un primer momento del gobierno que se ha caracterizado por los ataques bonapartistas, la respuesta defensiva de sectores de vanguardia -y en su pico el 23/4 con movilizaciones de masas que hicieron temblar al gobierno y a todos los que lo sostienen-, la contención institucional para evitar que algunos de esos ataques más graves del gobierno se concreten, así como que el desarrollo de la lucha escale hasta cuestionar frontalmente la continuidad del gobierno. Junto a esto, se han acumulado pesadamente más elementos de crisis económica que tiene, por abajo, la consecuencia combinada de despidos y de miseria salarial. Y por arriba, el alerta del FMI y los sectores industriales sobre que la recesión, la caída del consumo, y la capacidad instalada funcionando al 60% es insostenible, sin perspectivas claras. Como escribió agudamente Jacquelin, editorialista de La Nación, el gobierno que antes usufructuaba la pesada herencia, argumento de todos los gobiernos, ya empieza a tener su propio pasado y debe rendir cuentas de sus actos.

Las giras internacionales de Milei pueden tener impacto mediático, pero a la hora de contar las conquistas en materia de inversión capitalista extranjera, el fracaso ha sido rotundo. Nadie quiere invertir un centavo de dólar, no por lo menos hasta que haya leyes que les garanticen que podrán expoliar al país sin riesgos. No alcanza ni a los capitalistas internacionales ni a los locales, la virulencia del gobierno. “El extranjero quiere ver que la Argentina cambió. Argentina no quiere cambiar (…) Están hartos de la Argentina, dicen: ‘otra vez lo mismo’. Creen que el Poder Ejecutivo quiere hacer, pero no creen en Argentina”, sintetiza un economista desde el escenario del foro económico Latam, del cual participaron Caputo y Milei (Infobae). Argentina es Argentina por las relaciones de fuerza conquistadas. Si la aprobación de la Ley sería una plataforma para cuestionar esas relaciones de fuerza, avanzar en la liberalización del país y el cuestionamiento al derecho a la protesta y a la organización, su rechazo reafirmaría la crisis estratégica de una burguesía que no ha logrado reventar a la clase trabajadora ni sus conquistas democráticas, poniendo al Ejecutivo al borde del desgobierno.

Esta acumulación de elementos críticos convive con la agresividad del gobierno, con el que escenifica una ofensiva permanente. Esta escenificación no debe diluir las enormes dificultades acumuladas para lograr alguna conquista política, alguna ley, algún punto de apoyo logrado por motu propio. ¿Y si hay tantos elementos de crisis, porqué es tan agresivo, o porqué sigue gobernando? Porque la única forma de imponer el ¡Basta de Milei! es derrotando al gobierno, cuestionar su continuidad por la vía de derrotar la Ley Bases mediante la movilización, como apostamos desde el Nuevo MAS. Por el contrario, la escenificación del peronismo y el kirchnerismo (al estilo Grabois) que “hacen que hacen” para las redes, pero los días de definiciones se esconden detrás de la voluntad de los diputados y senadores y no movilizan -o lo hacen con ínfimas delegaciones para figurar, con las miras puestas en el 2025 y el 2027-, generan que cada minuto de gobernabilidad de Milei cueste sangre a las amplias mayorías sociales. Mientras tanto, el bloque de 33 senadores peronistas que votará en contra de la Ley espera de brazos cruzados que Francos, nuevo Jefe de Gabinete e infinitamente más político (burgués) que el eyectado Posse, compre los votos que le faltan con algún tipo de concesión para llegar a los 37 necesarios para la aprobación.

Por su parte, la cúpula de la CGT ha actuado con claridad meridiana. Lejos de anunciar un paro y preparar a las bases para derrotar la Ley, se fueron de viaje a Suiza al congreso de la OIT y dejan correr que no van a mover un dedo ese día. Por su parte, Pablo Moyano ha anunciado que movilizará junto a UOM, SMATA, UOCRA, Bancarios, entre otros, mientras Hugo Moyano reflota su partido político para competir al interior de Unión por la Patria. Nuevamente la escenificación de la oposición y la movilización con miras electorales. No dan puntada sin hilo. El SUTNA también parará y convoca a movilizar. Dicho esto, un escenario probable de movilización intermedia en cuanto a convocatoria, deja planteada al conjunto de la izquierda la tarea y la posibilidad real de desborde de la burocracia, para pasar del control y la pasividad que intentarán imponer (en la medida que realmente movilicen) al desafío al Protocolo anti-protesta social y el cuestionamiento concreto a la ley desde la calle. El final hoy, está abierto.

El gobierno paga con crisis su política hambreadora

Esta semana se conocieron los índices de pobreza elaborados por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, que dan cuenta del salto en un 10% de la pobreza -del 44,8% el último trimestre del 2023 al 55,5% en el primer trimestre del gobierno de extrema derecha-, un aumento claramente vinculado a la devaluación y la liberación de precios. Junto con esto, el dato de mayor crueldad es la casi duplicación de la indigencia del 9,6% en 2023 al 17,5% en la actualidad.

Mientras la inseguridad alimentaria total para áreas urbanas alcanza al 24,7% de las personas, al 20,8% de los hogares y al 32,2% de los niños, niñas y adolescentes, este gobierno retiene alimentos con la excusa que serían destinados a “situaciones de catástrofe”. Mientras 8 millones de personas sufren insuficiencia alimentaria, en un país rico en tierra fértil, ganadería, y con desarrollo relativo de industria alimenticia, el gobierno aplica a través del súper ministerio a cargo de Sandra Pettovello una política de “genocidio social”, reteniendo leche y comida hasta el límite del vencimiento. La reacción ante este hecho que refleja el contenido anti-social e inhumano de la extrema derecha, ha sido de alerta y hasta repudio en sectores incluso de los medios oficialistas. Es otro elemento de conquista de las relaciones de fuerza, la legitimidad para jugar con el hambre en el país es nula.

Junto con este desastre que llevó a la expulsión del secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, Pablo de la Torre, se destaparon contratos truchos y otros chanchullos que salpican a todo el gobierno, y en particular a Pettovello, aún si para lavarse las manos, es la misma ministra la que denunció a su secretario. Este elemento de crisis política se suma con un costado perverso al de la crisis social que crece.

Junto con esto y como reafirmación del carácter de guerra contra los trabajadores que caracteriza al gobierno, Milei ha anunciado que vetará el intento de aumentar las jubilaciones. Refiere a la votación impulsada por un amplio sector de diputados (UCR, K y FITU), una acción parlamentaria que responde a una necesidad, aunque de manera más que insuficiente, ya que de concretarse el aumento del 8% impulsado en el recinto, la mínima quedaría por debajo de los $300 mil. Más allá de los mecanismos institucionales para evitar el veto presidencial, toda la lógica parlamentaria da cuenta de la impotencia ante un gobierno que se autofesteja el déficit logrado justamente con el ajustazo a la inversión social y fundamentalmente a las jubilaciones.

Movilicemos al Congreso para derrotar la Ley

La izquierda viene de un Encuentro en Plaza Congreso cuyos principales éxitos han sido aglutinar a la vanguardia y los distintos espacios que se reúnen en el espacio de Coordinación y poner como centro la convocatoria al Senado cuando se trate la Ley. Y haber sentado mojones unitarios, como el propio Encuentro y el acto del 1° de Mayo, en medio de batallas durísimas contra la extrema derecha que intenta consolidarse en el poder.

Estos hechos políticos de la izquierda unificada cobran más importancia cuando el país se encuentra ante definiciones inminentes, en el marco de una etapa reaccionaria con fuertes elementos de inestabilidad que, en caso del fracaso de la Ley Bases, podría abrir curso a una reacción radicalizada por izquierda; es decir, a la radicalización de la lucha de clases y el ingreso de las y los trabajadores a la arena política. Con esa perspectiva, y con todo tipo de matices entre los distintos partidos de la izquierda, desde el Nuevo MAS planteamos, además de la exigencia de paro y movilización a la CGT, la necesidad de preparar el desborde al peronismo y los sectores sindicales que movilicen el día de la votación, con el norte puesto en la derrota de la Ley.

El Nuevo MAS y el FITU tenemos responsabilidad, a nuestra talla y sin perder de vista los límites, pero tampoco las potencialidades -que dependerán en uno y otro caso del desarrollo y radicalización o no de la lucha de clases-, para derrotar a Milei y construir una alternativa y una salida política y de lucha para la clase obrera, las y los trabajadores, la juventud y todos los sectores oprimidos. Y rechazamos cualquier intento por romper esos pequeños pero estratégicos avances, por interponer intereses electoralistas y/o de mini aparatos, que nada tienen que ver con la lícita competencia entre organizaciones.

También consideramos inexcusable la defensa incondicional de todas las organizaciones políticas y/o sociales ante el ataque por parte del Estado o de cualquier gobierno capitalista, como ha ocurrido estas semanas con el allanamiento del local central del Partido Obrero, y con la persecución y allanamiento a militantes y comedores del Polo Obrero. Punto que debería ser también un elemento unitario entre nuestras organizaciones. Esto aún si, desde nuestro criterio, es un error mezclar la construcción de partidos socialistas y revolucionarios con la construcción de organizaciones sociales, criterio que hemos hecho público en infinidad de oportunidades de cara al conjunto de la vanguardia.

Tenemos por delante momentos de definiciones. Organicemos una gran convocatoria independiente y una enorme movilización a la Plaza Congreso para derrotar la Ley Bases, el DNU, el Protocolo antirepresivo, y por ¡Basta de Milei!

Por último, queremos homenajear a Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo con quien nuestro partido y nuestra juventud compartió tantas movilizaciones, luchas, charlas y actividades. Además de haber peleado bajo la dictadura militar, y de haberse mantenido independiente de todo gobierno y del Estado, un valor político y un legado de un valor inmenso -sobre todo cuando la cooptación de amplios sectores de derechos humanos fueron tendencia durante el kirchnerismo-, fue una compañera de enorme sensibilidad ante las más diversas injusticias que sufren las y los trabajadores y las y los oprimidos. Y a pesar que todos los gobiernos hasta la fecha negaron y niegan la apertura de los archivos, nunca perdió su sonrisa y su calidez. Tu legado y tu lucha son ahora parte de nuestras banderas. ¡Hasta el socialismo siempre Norita! ¡Venceremos! ¡Venceremos! ¡Venceremos! Y será hermoso.

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