Lunacharski estuvo a cargo del Narkomprós (institución análoga a un ministerio de educación) y desde allí impulso el proyecto pedagógico soviético que implicaba una transformación radical de la escuela.
En los próximos párrafos y con motivo del aniversario de su muerte la idea es presentar algunos de los ejes de su pensamiento pedagógico y su política educativa que tuvieron no solo un impacto en la Rusia revolucionaria sino también internacional influenciando en muchos de los pedagogos y pedagogas más progresivos del siglo XX.
Una escuela nueva para un mundo nuevo
En octubre de 1917 se da la revolución rusa, la primera revolución socialista triunfante en la historia de la humanidad. Uno de los ámbitos en que debieron actuar los bolcheviques, luego de tomar el poder, fue el de la educación. Así, al día siguiente de la toma del poder fue creado el Narkomprós o comisariado de instrucción pública, a cargo de Lunacharski. Quien, si bien no tenía el mejor historial con el partido, ya que lo había abandonado durante 12 años, fue designado en el cargo debido a que era considerado uno de los mejores especialistas que tenían para ocupar el cargo.
Desde el Narkomprós fue ideado un plan de reforma radical de la escuela. Se partía de la concepción de que la vieja escuela poseía un carácter de clase, que solo servía para perpetuar las desigualdades existentes, en palabras de Lenin, “la escuela había sido convertida por entero en instrumento de la dominación de clase de la burguesía, estaba toda ella impregnada del espíritu burgués de casta, perseguía el fin de proporcionar lacayos serviciales y obreros mañosos a los capitalistas”. El viejo sistema educativo, “reservaba al pueblo las escuelas inferiores, mientras los liceos quedaban prácticamente reservados a la burguesía”.
En palabras de Krupskaia, quien tuvo una importante labor en la conformación de la nueva escuela: “La división de la sociedad en estamentos fue sustituida por la división en clases que entorpecía la libre elección de la profesión. (…) Todo el sistema de instrucción pública estaba profundamente pensado con el fin de fortalecer el régimen capitalista. (…) El poder soviético heredo del zarismo ese mismo sistema capitalista de enseñanza, solo que sazonado con la herencia del régimen de servidumbre y con la herencia de la ignorancia y falta de derechos”
Así, los bolcheviques se plantearon la tarea de la destrucción de la vieja escuela y la construcción de una nueva. La cual partiría de una serie de premisas compartidas por la mayoría de los miembros del Narkomprós.
En primer lugar, se partía de reconocer el carácter situado de la educación y la necesidad de garantizar la participación de las masas populares en los procesos educativos. El Narkomprós no era pensado como los modernos ministerios de educación capitalista que imponen sus directivas (muchas veces irracionales e impracticables) sin consultar jamás a la comunidad educativa, sino como una comisión de enlace y apoyo de las escuelas locales. Así lo plantaron en el primer decreto sobre la educación popular:
“La comisión del Estado para la instrucción pública no es en modo alguno un órgano central de dirección de los establecimientos de enseñanza y educación. Al contrario, toda la actividad escolar debe confiarse a los organismos de administración local. El trabajo propio de las organizaciones de trabajadores soldados y campesinos, de las organizaciones creadas para la educación cultural, deberá gozar de plena y total autonomía tanto en relación al poder central como a las municipalidades.
La misión de la Comisión de Estado es de enlace y apoyo”
Así, los bolcheviques debieron buscar la forma de encauzar y organizar la iniciativa popular. Para eso se decidió la creación de soviets de la enseñanza, que serían elegidos por la población y estarían encargados de la administración de la educación en sus respectivas zonas. Así, serían las masas populares quienes decidirían sobre su educación, y solo serían controlados en sus aspectos políticos por el soviet local de diputados obreros. Como tales, solo serían responsables ante sus propios órganos jerárquicos, ya que los soviets de enseñanza se organizarían a nivel de volost, uezd, guberniia y oblast (división administrativa similar a la nuestra de municipio, departamento/partido, provincia). Sin embargo, también se vieron obligados a conformar diversos departamentos de educación de carácter más centralizado en las distintas divisiones administrativas.
De la mano con el objetivo de lograr una mayor participación popular se estableció la gratuidad y la obligatoriedad de la enseñanza entre los 8 y 17 años, logrando el ingreso de una mayor cantidad de niños, niñas y jóvenes al sistema educativo. Además, se acabó con la separación por género y las escuelas pasaron a ser mixtas.
Se consideraba que la nueva escuela debería ser laica y, por ende, debían eliminarse todas las influencias que la Iglesia Ortodoxa, durante siglos religión de Estado, había tenido en la educación. Así se plasmó en el decreto de separación de la iglesia y el Estado, que en su artículo 9 afirma, “la escuela queda separada de la iglesia. La educación religiosa en escuelas estatales y públicas, así como en las escuelas privadas en donde en general dicha materia se enseña, queda prohibida.”
Junto con la influencia de la Iglesia también se buscaba eliminar la influencia del nacionalismo ruso de la escuela. Se abolió la obligación de que la enseñanza solo fuese en ruso y se permitió la enseñanza en las diversas lenguas de las diversas naciones que formaban parte del viejo Imperio Ruso.
También se buscaba eliminar el autoritarismo de la vieja escuela, la libertad debía ser parte constitutiva de la nueva escuela. Se eliminaron los castigos, la tarea, los exámenes y se buscó establecer una relación más laxa entre docentes y estudiantes:
“Con miras a acabar con la disciplina y el espíritu del cuartel en el
escuelas, las siguientes regulaciones escolares son abolidas: (…) (2) asignar tarea a domicilio; (3) memorizar; (4) hacer cortesías a los maestros. Los alumnos también tienen derecho a hablarle a los maestros”
La nueva escuela tenía como principal objetivo garantizar el desarrollo pleno de la individualidad de sus alumnos y alumnas. Debido a esto, la educación técnica seria dejada de lado, ya que ésta les impondría a los estudiantes una profesión cuando estos no estaban en posición de elegir. Así, la nueva educación seria politécnica y tendría como eje central al trabajo. La educación politécnica tenía la función de brindar conocimiento del sistema productivo en su conjunto y posibilitar la superación de la división entre trabajo intelectual y manual, “Siendo el pueblo el factor principal en la producción, es necesario que la nueva escuela prepare al estudiante para el trabajo (…) tomamos al trabajo como punto de inicio de nuestro sistema pedagógico”
Además, se incluyó en la escuela la educación artística y la educación física. A su vez, se buscaba que las asignaturas en lo posible se desarrollaran en base a métodos activos de enseñanza.
Sin embargo, a pesar de estos puntos de acuerdo se dieron importantes debates en torno a la nueva escuela. Partiendo de dicha base común, dentro del Narkomprós se dio una discusión entre el grupo de Moscú, que defendía la idea de la escuela-comuna que debería funcionar los 7 días a la semana los 12 meses del año y donde la enseñanza politécnica no sería el resultado del aprendizaje en talleres, sino que sería el resultado del trabajo de los niños para mantener y organizar la escuela y el desarrollo individual era visto como algo secundario. Por otro lado, estaba el grupo de Petrogrado, que defendía que la educación politécnica consistía en familiarizar al niño con una serie de habilidades técnicas aprendidas en talleres bien equipados dentro de la escuela sin iniciar una especialización hasta el final de la adolescencia. Ambos proponían que las escuelas fuesen auto administradas por docentes y estudiantes con un mínimo de injerencia externa.
Las dificultades para la puesta en práctica de este proyecto pedagógico y la presión por la educación técnica
Una de las principales dificultades que este proyecto tuvo que enfrentar fue el contexto sumamente adverso en el cual tuvo que intentar ponerse en práctica. Desde la toma del poder hasta la implementación de la NEP (Nueva Política Económica), cientos de miles de personas murieron debido a la guerra, al hambre, la peste, etc. La producción tanto agrícola como industrial se redujo drásticamente, la situación del transporte y la comunicación eran críticas, las ciudades sufrían el desabastecimiento y su población disminuyó drásticamente, la economía se había visto afectada críticamente por el bloqueo aliado y las destrucciones causadas por la guerra civil, la intervención de ejércitos extranjeros, etc.
Fue en este contexto que la propuesta de la escuela única del trabajo, basada en la enseñanza politécnica y en el desarrollo pleno de la individualidad del niño comenzó a ser criticada por grupos que presionaban por la imposición de una educación técnica. Este grupo planteaba que la educación debía tener como función brindar los especialistas que requería el Estado para garantizar la recuperación económica.
Esto significó un ataque a uno de los pilares de la propuesta educativa del Narkomprós porque lo que estaría en juego era el rol que la educación debería cumplir en bajo el régimen soviético. Esto generó un importante debate en la que personalidades como Krupskaia, Lenin y Lunacharski se posicionaron a favor de la educación politécnica mientras que gran parte del partido, incluyendo aquí a Trotski, se posicionó a favor de la educación técnica.
La presión de este último grupo llevó en un primer momento a la creación en 1919 de una sección de educación técnica en el Narkomprós. Posteriormente obtendrán otra victoria en 1920, logrando implantar una formación técnica en los dos últimos años de la escuela.
Las universidades populares
Dentro su propuesta educativa, otro ámbito donde intervino el Narkomprós fue en el de la educación universitaria. Aquí se encontró con un ámbito sumamente hostil. Había pocos bolcheviques tanto entre los docentes como entre los estudiantes y era un ámbito donde había tenido mucha influencia el partido kadete (liberal). Al respecto, Víctor Serge escribió: “Se necesitarán años de lucha obstinada para romper la resistencia pasiva del cuerpo docente de las universidades.”
Sin embargo, a pesar de dicha hostilidad, los bolcheviques llevaron a cabo una importante reforma en la universidad. Por un lado, se declaró el ingreso irrestricto, gratuito, sin exámenes y sin requisitos previos a la universidad. Así, aumentó notablemente el número de inscriptos.
Por otro lado, se llevaron adelante una serie de medidas para garantizar el ingreso de los trabajadores en la universidad porque las medidas anteriormente nombradas eliminaban los obstáculos formales para el ingreso de los trabajadores, pero no eliminaba la desigualdad frente a quienes habían recibido una mejor educación. Así, se procedió a la creación de las rabfak o facultades de los trabajadores, en las que los alumnos trabajadores eran preparados en diversas materias y donde podían pasar de entre tres y cuatro años para luego entrar en la universidad.
La educación experimental y la protección de la infancia
Otro de los planos en los cuales se desenvolvió el proyecto educativo soviético fue en el de la educación experimental. Este ámbito que estuvo estrechamente relacionado con la labor del Narkomprós en torno a la protección de la infancia.
El Narkomprós creó su propia red de colonias infantiles y escuelas experimentales en los que se ponían a prueba los nuevos métodos pedagógicos. Poseían diferentes especialidades y se les daba gran libertad. Fue en una de estas escuelas experimentales en las que llevó adelante su trabajo Antón Makarenko, quién luego renegará de esta experiencia y será uno de los principales exponentes pedagógicos del estalinismo.
Sin embargo, como ya se ha mencionado, el Narkomprós debió llevar a cabo su labor en un contexto signado por la guerra, el hambre, las enfermedades, etc. Todo lo cual llevó a que surgiera una gran cantidad de niños huérfanos, y el Narkomprós decidió que debía hacerse cargo de ellos. Pero era tal su cantidad que el Estado no tenía la capacidad de mantenerlos a todos y, además, en muchos casos acababan formando bandas delictivas.
Así, frente al problema de la gran cantidad de huérfanos y de la delincuencia juvenil, el Narkomprós llevó adelante una serie de respuestas políticas. Las mismas consistieron en la creación de múltiples colonias infantiles para alojar a los huérfanos, en donde se organizaría la vida sobre bases comunistas y se formaría a los nuevos ciudadanos por fuera de la influencia burguesa de la familia tradicional.
Por otro lado, se negó la noción de delincuencia juvenil: se consideraba que si un menor se veía obligado a recurrir a la delincuencia la culpable era la sociedad por generar las condiciones para que eso pasara. Además, se decretó la prohibición del procesamiento y encarcelamiento de menores de 18 años, que en caso de cometer un delito serían enviados a reformatorios o colonias infantiles dependientes del Narkomprós.
La liquidación estalinista del proyecto pedagógico de Lunacharski
Ya desde sus comienzos este proyecto pedagógico debió enfrentar serias dificultades para implementarlo. Esto se entiende en los marcos de la guerra civil y sus estragos, que empujaron al gobierno bolchevique a tomar, obligado por la necesidad, diversas medidas con las que no acordaban. Estas dificultades continuaron con la aplicación de la NEP (Nueva Política Económica) que, entre otras cosas, implicó un fuerte desfinanciamiento del Narkomprós. Sin embargo, la fecha de muerte de este proyecto vino de la mano del proceso de burocratización y la contrarrevolución estalinista.
Así, de forma paralela al proceso de burocratización de la Unión Soviética y a medida que iba concretándose la contrarrevolución estalinista, el proyecto de la escuela única del trabajo fue cada más atacado. Así, a finales de la década de 1920 Lunacharski fue desplazado de su cargo y comenzaron a realizarse importantes cambios en las escuelas. Stalin y la burocracia no necesitaban una escuela que enseñara a los trabajadores a formarse integralmente como individuos para luego aprender a dirigir la sociedad, a debatir, a criticar, a discutir los rumbos del Estado Soviético y la revolución internacional. Al contrario, necesitaban formar mano de obra especializada pero obediente y disciplinada.
Así, se fueron reintroduciendo los castigos, se fue eliminando la posibilidad de discutir con los docentes, se introdujo el timbre en las escuelas, etc. Todos estos cambios que implicaban un claro retroceso fueron romantizados posteriormente en la obra de Anton Makarenko uno de los principales pedagogos del estalinismo, aún hoy en boga en la academia incluso entre pedagogos/as «progresistas».