Día Internacional de la Mujer Trabajadora

8M: un balance necesario

Pasadas las 18 hs del 8M las pibas de la marea, del movimiento feminista, con sus carteles, pañuelos verdes y violetas comenzaron a llegar a la plaza de mayo. El 8M comenzó entonces a tomar color, y las banderas de los sindicados de la CGT, sostenidas por burócratas, que hasta ese momento intentaron bloquear el ingreso a la Plaza, ya no se veían.

Ese mismo día el gobierno de Javier Milei había publicado un video escandaloso, en el que mezclaba intencionalmente “homicidio” y “femicidio” y abiertamente mentía diciendo que las cifras de los femicidios bajaron durante su gobierno ¡mientras una mujer es asesinada cada 26hs!

Las provocaciones de este gobierno, que alientan a los femicidas y odiantes, los ataques a nuestras conquistas como el Aborto Legal, la ESI, la ley de Cupo o tratamientos de hormonización, el ataque a los salarios que cada vez alcanza para menos, las represiones a les jubilades, el desmantelamiento de la salud y de la educación, encontraron este 8M una respuesta multitudinaria en las calles. En todas las notas del domingo, nacionales e internacionales, sobre el 8M se titulaba lo mismo: una movilización contra el gobierno de Milei.

Hubo una sensación generalizada de “poco gusto a 8M” de quienes participaron, poco color, poca vida. Pero eso no se debe a que la Marea Verde se pinchó, o que el movimiento feminista está débil[1]. Es por pura responsabilidad del enorme esfuerzo del peronismo y de la burocracia sindical por vaciar y diluir la jornada de lucha (aunque no lo lograron hasta el final).  Como contamos en artículos anteriores, desde las brutales declaraciones en Davos del Presidente Javier Milei, y las masivas movilizaciones del 1F, un operativo del peronismo se puso en pie para licuar las acciones de lucha.

Nuevamente no hubo lectura de documento, ni acto ni pliego de reivindicaciones, una tradición del movimiento que hace de esta manera escuchar su voz para les miles de asistentes a la jornada, y para quienes después lo leen cuando el documento se difunde en medios y redes sociales. No hubo un acto o palco que ayudara a concentrar a la multitud que movilizó: la Plaza de Mayo fue un corredero de gente, por lo que nunca se la pudo llenar. Tampoco hubo una consigna de convocatoria donde se pusiera en el eje la denuncia al gobierno de Milei, y las reivindicaciones del movimiento.

Y este año a la maniobra se le sumó la imposición de la CGT y los sindicatos de encolumnar primeros, antes que las organizaciones del movimiento feminista, sirviendo de tapón a las pibas y pibis de la Marea, que de todas maneras llegaron a la plaza y se quedaron, como de costumbre, llenando la calle de color y carteles.

Cualquiera que llegaba a la marcha se sorprendía de ver cuadras de banderas de los sindicatos, no con las trabajadoras del gremio acompañadas por sus compañeros. No. Banderas de los sindicatos con los conocidos de siempre del aparato, esos grandotes que salen a pegarle a les laburantes cuando se organizan por sus condiciones de laburo. Ellos, sí ellos, encabezando la marcha del 8M.

La cabecera de arrastre (donde lamentablemente no se leía ninguna consigna de denuncia al gobierno de Milei) fue otro ámbito de disputa. Mientras un sector cantaba reivindicando la explotación sexual (digamos acá que Pan y Rosas – PTS se sumó sin ninguna contradicción a este cantito), otro sector peleábamos para que se escuchara la exigencia de “paro paro paro, paro general”.

Una vez más las conducciones sindicales, y la burocracia de la CGT y los sindicatos que agrupa mostraron para qué están hechas: aplastar todo movimiento que surja desde abajo, contener cualquier tipo de desborde que pueda generarle alguna crisis al gobierno de Milei.

Así lo vimos con el tapón el 8M, y lo vemos todos los días cuando dejan pasar todo tipo de ataque a les trabajadores, jubilades y les de abajo. Después de la brutal represión que generó el repudio de grandes sectores de la sociedad y por la que exigimos la renuncia inmediata de la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich contra la marcha de les jubilades, represión que dejó en estado gravísimo al periodista Pablo Grillo, ¡la CGT apenas si insinúa que llamaría a alguna acción en algún momento!

Pero el aparato no puede contra la fuerza que es el movimiento feminista, la Marea Verde, y las pibas y pibis que este 8M salieron en grupos, con sus organizaciones, compañeres de cursada o trabajo, a plantarle cara los fachos y reaccionarios. El movimiento feminista viene de años de organización por abajo, de grandes conquistas y de lucha independiente en las calles, y eso es algo que, el gobierno, la burocracia y el peronismo no pueden desactivar tan fácilmente. Los cantitos, los carteles, el glitter y pañuelos fueron la demostración de una fuerza que sigue viva y atenta a cada provocación de este gobierno reaccionario, lista para responderle.

La pelea por la independencia política y la lucha contra el gobierno de Milei

Desde la asunción del gobierno de Milei las conducciones peronistas (políticas, sindicales, estudiantiles, etc.) han jugado un rol muy importante en sostenerlo en el poder. Tienen pánico de otra rebelión popular que ponga en cuestión las instituciones del régimen.

Ese mismo temor les genera el movimiento feminista que, en Argentina, y en todo el mundo, sigue siendo uno de los movimientos más dinámicos que enfrenta a la extrema derecha.

La fuerza y la unidad que el movimiento logró construir al calor del Ni Una Menos, y luego reforzado bajo el gobierno de Macri, intentaron desarmarla cuando el peronismo, de la mano de Alberto y Cristina volvió al gobierno. Como no pudieron cooptarlo, intentaron vaciar, neutralizar al movimiento.

Lo que ocurrió el 1F y como continuidad el 8M fue parte de ese operativo de quitarle poder de fuego a un movimiento que puede hacerle daño a este gobierno reaccionario. Por eso se explica tanto esfuerzo en no denunciar al gobierno en las consignas de convocatoria, en negarle la voz al movimiento con un documento, y poner a todos los burócratas al inicio de la marcha impidiendo que las pibas y pibis de la Marea y del movimiento recién puedan llegar pasada las 18 a la Plaza de Mayo.

El rol del peronismo es profundo, sostienen al gobierno más reaccionario de los últimos 40 años. Y Pan y Rosas – PTS ha sido una gran ayuda para esta maniobra. Desde las primeras asambleas no le han dado ninguna batalla política, allanándoles el camino para las bravuconadas. Su única disputa era tener un lugar en la coordinación de la asamblea de Lezama (que sólo sirvió para acallar a la izquierda cuando cantó por el Paro general), y un lugarcito en la columna sindical.

Y a último momento, como el peronismo no les dio ningún lugar, quisieron maniobrar al interior de la izquierda, llamando a una columna independiente (una absoluta ridiculez cuando el peronismo ya había impuesto que la izquierda marchaba toda al final de la movilización), tratando así de conseguir algún lugarcito donde acomodar sus banderas. Ponen siempre por delante la foto antes que la organización independiente del movimiento.

La instrumentalización que Pan y Rosas – PTS hacen del movimiento, que ya conocemos de hace tiempo con sus eternas declaraciones de muerte del movimiento cada vez que éste no está en alza y no pueden sacar un rédito propio, se ve ahora profundizado por la construcción de un frente único con las conducciones peronistas para no luchar.

Y no sólo en el movimiento feminista: lo vimos en la lucha del hospital Bonaparte donde intervinieron todo en acuerdo con las conducciones peronistas a costa de enfriar el conflicto. Y se ve también en los preparativos del 24M donde están dispuestos a cederle el documento al peronismo, aunque eso signifique lavar de todo contenido político silenciando las responsabilidades de los gobiernos peronistas y radicales de los asesinatos y desapariciones durante la democracia… todo por un lugar en el palco.

Las rojas y el Nuevo MAS peleamos para que la Marea Verde y el movimiento feminista sea un actor principal en esta acción, con su voz propia. Por eso, frente al aparateo del peronismo pusimos a disposición nuestro camión en Plaza de Mayo – decorado con carteles y pancartas de denuncia a Milei y Trump – único palco en el lugar donde, en voz de nuestra compañera Manuela Castañeira se denunció claramente al gobierno de Milei, se defendió el derecho al aborto, la esi y todas nuestras conquistas y se exigió a la CGT y CTAs el paro general. La hermosa batucada, los cantitos e intervenciones convocaban a la gente que iba llegando a Plaza de Mayo a escuhcar y sumarse a cantar con nostres.

El gobierno de Milei lanza ataques y provocaciones todos los días contra todes les de abajo. Hoy más que nunca hay que organizarse para dar la pelea para derrotarlo. “Nadie se salva solo” y agregamos que nadie se salva sin un movimiento que defienda a brazo partido la independencia política de nuestro movimiento. Las Rojas y el Nuevo MAS estamos en la primera línea en defensa de esta perspectiva, poniendo el cuerpo, la voz y dispuestes a dar la batalla hasta el final. Te invitamos para que seas parte de esta lucha, para que sigamos haciendo historia contra los fachos y los reaccionarios del gobierno y de todo el mundo.


[1] No sólo que la Marea no se pinchó, sino que viene de un triunfo enorme que es haber conquistado el Aborto Legal, y frente a cada provocación le ha hecho saber al gobierno de Milei que con nuestro derecho no se puede meter.

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