
Por Tofi Mazú
En la madrugada de hoy la escuela 57 “Jorge Luis Borges” de la localidad de Moreno fue víctima de un incendio intencional. Aparentemente, tres chicos habrían violentado la puerta del establecimiento para robar un televisor y, tras no haber encontrado nada más para llevarse, se desquitaron prendiendo fuego el edificio. 500 alumnos no podrán seguir cursando, porque dos aulas terminaron completamente destruidas y gran parte del edificio está en peligro de derrumbe, como el techo de la biblioteca que se cayó mientras trabajaban los bomberos.
Un grupo de docentes se hizo presente en cuanto se enteraron y se preguntan qué pasará ahora, porque no confían en que el gobierno de Vidal les dé una solución. La docencia de Moreno, que viene golpeada por la muerte evitable de Sandra y Rubén, sabe que la educación no es una prioridad para el macrismo. El estado edilicio de las escuelas es lo que permite que las cerraduras puedan ser fácilmente falseadas; el presupuesto de miseria no garantiza que haya un sereno que cuide el establecimiento por las noches y, como menos que menos, que haya plata para reconstruir el colegio o garantizar un espacio en el cual se puedan dictar las clases provisoriamente. Cantidad de escuelas de esta localidad se encuentran de paro o con sus profesores dando clases en la calle, por las condiciones riesgosas en las que se trabaja y estudia. Todos los días se denuncia el recorte en las viandas, cuando hay muchos chicos y chicas que solo comen en la escuela, y el Estado les ofrece una bandeja de arroz blanco frío.
Dos docentes fueron entrevistados frente la 57, mientras los bomberos apagaban el incendio. Declararon que no quieren ser parte del paisaje, que exigen una respuesta y no quieren ver a los trabajadores de la educación en la calle y a los alumnos sin poder cursar. También agregaron, ante la posibilidad de que el ataque haya sido perpetrado por chicos con problemas de drogas, que es una tragedia y que tiene que resolverse con educación. La realidad es que el abandono que sufren las localidades del Conurbano y la crisis económica agudiza la falta de perspectiva de amplias capas de la sociedad, particularmente de la juventud. El solo hecho de que dos o tres pibes entren a robar un LED en un colegio y luego lo incendien da cuenta de lo necesario que es en la Provincia el acceso de las y los adolescentes a la educación y de lo destruida que está. La falta de posibilidades, de trabajo, de estudio y de desarrollo personal genera estas situaciones de barbarie, de guerra del pobre contra el pobre, de falta de solidaridad con otros pibes y con los maestros.
Ante esta triste situación, para que la “Jorge Luis Borges” resurja de las cenizas, hace falta que la docencia continúe su pelea contra las políticas de ajuste. Hace falta derrotar el plan de “déficit 0” de Macri, Vidal y el FMI. Hace falta combatir la barbarie y la miseria, el abandono y la falta de perspectiva que los chicos tienen cuando se ajusta, cuando hay desempleo, cuando no pueden estudiar y terminan sumidos en la alienación más triste; alienación que los conduce llevar adelante ataques como este por un mísero televisor. La pelea que maestros y maestras tienen por delante es conseguir que se reconstruya el edificio, aulas móviles para dictar clases mientras tanto y presupuesto para las condiciones edilicias, para seguridad nocturna y para que todas y todos los jóvenes puedan acceder a este derecho elemental.
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