A pesar de la carrera de obstáculos, empezando por la dificultad de juntar el dinero para viajar, en el medio de la crisis, más de 50 mil mujeres viajamos a Chubut para el Encuentro. Es evidente que la fuerza de la cuarta ola feminista, de las pibas que vienen de protagonizar dos monumentales vigilias enfrentando al gobierno de Macri, al Vaticano y a todos los reaccionarios juntos, esa marea verde logró derrotar el intento de las burocracias, que al mandarlo a Chubut intentaban vaciarlo.

Esa fuerza fue tan grande, que Trelew sirvió para constatar que la lucha por el aborto legal ha llegado a lo más profundo de la sociedad. Fue emocionante ver a abuelitas en las puertas de sus casas ante el recorrido de la marcha de cierre, con sus pañuelos verdes. Hubo ataques, sí, por parte de algunos sectores reaccionarios envalentonados por los dinosaurios del Senado y por los derechistas de los evangélicos. Pero fueron absolutamente minoritarios y no marcaron la tónica. Lo que se expresó fue la emocionante solidaridad de la población de Trelew y alrededores, que a pesar de la campaña de miedo que quiso instalar la prensa contra las mujeres, abrían sus puertas y ofrecían agua caliente para los termos, o sacaban el auto para transportar compañeras desde los talleres más alejados a la Plaza Centenario, donde estaba la feria feminista, que en lugar de atrincherarse como les proponían las autoridades, salieron a las calles y abrazaron la marcha de cierre.

El último intento por parte del PCR de mantener su hegemonía al enviar el Encuentro a Chubut quedó finalmente sepultado. A pesar del intento de romantizar la elección de Chubut, en palabras de Luciana Peker por el “feminismo nómade”, la marea verde logró imponerse, no porque hubiera muchas a la hora del famoso y trucho aplausómetro, sino porque ya no hay manera de sostener que el Encuentro no se realice en el centro del país. Que el Encuentro se haga en La Plata el año que viene, en las narices de una de las mayores opositoras al aborto y representante de la Iglesia como es Vidal, a pocos kilómetros de la Plaza de Mayo, es un logro del movimiento.

A pesar de la masividad, queda claro que si este año hubiera sido en Capital, como se había planteado con fuerza en los talleres de Chaco, el Encuentro hubiera sido muchísimo más grande y hubiera reflejado mejor al corazón de la marea verde: las pibas que sostuvieron las vigilias del 13J y el 8A.

El hecho de que fuera tan lejos de todo, hizo multiplicar el peso de aparatos provinciales, sobre todo del peronismo y el kirchnerismo (estas últimas más interesadas en la “plaza de Cristina volvé” que en ninguna otra cosa). Sumado esto al abandono por parte de fuerzas importantes de la izquierda como el PTS y el PO (ver nota aparte), produjo que la fuerza de la marea verde se viera esmerilada. Así y todo, la marea verde le ha dado tal impulso al Encuentro, que no hay cabida para intentos de eclesiásticos, y el conjunto del Encuentro se expresó en los talleres, en el documento, en la marcha de cierre y en las cientos de actividades políticas y culturales como un gran opositor al gobierno reaccionario de Macri y en total solidaridad con el movimiento de mujeres de Brasil #EleNao contra el facho de Bolsonaro.

 

“Yo no camino para atrás como el Congreso”

Las Rojas sin duda jugamos un rol protagónico, con una delegación de más de 500 compañeras, llevando a todos los talleres el debate sobre la importancia de que la marea verde no se siente a esperar al 2019, como le propone el kirchnerismo y otras fuerzas patronales, sino que tiene que movilizarse el próximo 24 de octubre al Congreso, aportando la fuerza de las pibas, junto a los trabajadores y los estudiantes, para tirar abajo el presupuesto genocida de Macri y el FMI.

La impresionante batucada de Las Rojas recorrió Trelew, expresando con sus bombos, sus redos y sus cantitos la fuerza de las pibas que se organizan todos los días por el aborto legal y contra un gobierno tan patronal y clerical como el de Macri, recogiendo la simpatía de todas y todos los que se sumaban a los cantitos “contra los fachos del Senado, contra el gobierno de empresarios, represor y clerical”.

Quedaron claras dos estrategias en el Encuentro: la de esperar al 2019 que alguna “salvadora” nos prometa resolvernos los problemas, o tomar las cuestiones en nuestras manos y pelear para que no se terminen de reventar los pocos y débiles programas de salud, que se dejen de cerrar refugios, que se dejen de recortar los programas de HIV y otras enfermedades, que se deje de recortar la provisión de hormonas para tratamientos de personas trans, que terminen de despedir y reincorporen en Télam, en las líneas 144 y 137, en el Ministerio de Salud, que se implemente la educación sexual laica, científica y feminista en todo el país, que se respeten los protocolos de abortos no punibles en todo el territorio nacional, que se destine el presupuesto a resolver los problemas de la población trabajadora, la juventud y las mujeres, no para pagarle al FMI. En definitiva, la estrategia de “Hay 2019”, que no es otra cosa que garantizar la gobernabilidad o sea, que pasen todos los planes de Macri. O la estrategia de la movilización en las calles para derrotar al gobierno y sus planes de hambre, desocupación, precarización y ajuste para las mujeres, la juventud y los trabajadores.

Si derrotamos el presupuesto de Macri, estaremos en mejores condiciones para conquistar nuestros reclamos, debilitando al conjunto de los reaccionarios, y con mejores fuerzas para conquistar el aborto legal en el hospital. Con la energía del Encuentro, vamos a la vigilia en el Congreso.

¡Vení con Las Rojas el 24/10 a la vigilia en el Congreso para tirar abajo junto a los trabajadores y los estudiantes el presupuesto de hambre de Macri y el FMI!

 

 

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