¡Todos a la Plaza!
Contra el ajuste k, la criminalización de la protesta social y por la independencia de clase de los trabajadores.
Luego de una ardua discusión tenemos la alegría de anunciar que se ha confirmado el acto unitario y de lucha con el que vamos a reventar la Plaza de Mayo este 1º de mayo. Convocado por el Encuentro Sindical Combativo, el Plenario del Sutna, el FIT, el Nuevo MAS y otras fuerzas de izquierda, se trata de un triunfazo de nuestro partido que hace meses viene planteando que la izquierda debía llevar adelante, en el Día internacional de los Trabajadores, un acto de lucha contra el ajuste y no sólo electoral como venía ocurriendo los últimos años.
Crecen las luchas contra el ajuste
El contexto más general en el cual se llega al acto, es el de un crecimiento de las luchas contra el ajuste del gobierno. Los jalones más importantes de esta pelea han sido la histórica huelga docente por tiempo indeterminado en la Provincia de Buenos Aires que logró arrancarle a Scioli un aumento mayor al que pretendía dar abriendo la experiencia de una nueva generación de maestras y profesores. En segundo lugar, el paro general del 10 de abril dónde no solamente se paralizó todo el país en una magnitud que nunca había ocurrida bajo el kirchnerismo, sino además que desde la izquierda revolucionaria (entre ella, nuestro partido) cumplimos un papel de primer orden en los piquetes que tuvieron alto impacto y sirvieron para garantizar la medida.
Convocar a un acto electoralista este primero hubiera sido un desastre oportunista; renguear detrás de la realidad del país. Porque lo que está en juego, y en lo que se ha avanzado pero no es un hecho, es en derrotar el ajuste antiobrero impuesto por el gobierno de Cristina.
El hecho es que este ajuste sigue en marcha, pero se ha encontrado con escollos que vienen de las luchas desde abajo. Si inicialmente el oficialismo pretendía imponer una pauta de aumento salarial de algo en torno al 22%, después de la huelga docente y el paro general, el techo se ha corrido hasta el 30% en promedio. También se habla que el gobierno subiría el piso del mínimo no imponible (aunque no eliminaría este aberrante impuesto), aumentaría el salario familiar y otras concesiones menores.
Sin embargo, con esto no alcanza para derrotar a un gobierno que tiene el apoyo (en lo que respecta a las medidas económicas), de lo más granado de la patronal y la oposición política. Es un hecho que Cristina se mostró débil frente al paro y los piquetes. Los dirigente sindicales que le responden (las CGT y CTA oficialistas) fueron pasadas por arriba por sus bases. El gobierno no se animó a polarizar; sólo ensayó una breve represión en el corte de la Panamericana, pero entre nuestro partido (que intentó la primera ocupación de la pana) y otras organizaciones de la izquierda (pelea en la cual el PO se ausentó), se logró finalmente realizar el corte.
Incluso más: en otra muestra de las dificultades que arrastra el gobierno, el oficialismo presentó una reaccionaria y peligrosa “ley antipiquete” en el Congreso, pero rápidamente la dejó en suspenso (pero atención, sin retirarla) en cuanto sintió que sus filas se le dividían. Una muestra más que pisa un terreno todavía poco asentado; que está tanteando cómo redoblar los ataques a los trabajadores (y la misma izquierda).
Como digresión señalemos que esta iniciativa “antipiquete” requiere del seguimiento más serio de parte de la izquierda, y de tomar una iniciativa de conjunto en el caso que el gobierno vuelva a la carga con la pretendida ley reaccionaria. En caso de ser así, desde nuestro partido creemos que se debería poner en pie una multisectorial de todas las fuerzas democráticas que estén dispuestas a largar una campaña en contra esta limitación al derecho a la protesta.
El rol de los dirigentes sindicales
Volviendo a lo que estábamos señalando cabe la pregunta: ¿Por qué no se ha logrado derrotar el ajuste del gobierno, al menos no aun; siquiera se ha logrado abrir una crisis política en regla? La respuesta es simple: por el rol de los dirigentes sindicales tradicionales (no solamente de los oficialistas Caló y Yasky; sino también de Moyano, Micheli y Barrionuevo). Es que todos ellos responden a distintas fuerzas patronales. Ninguno está a favor ni de la independencia política de los trabajadores, ni por cuestionar las bases de la explotación capitalista de nuestro país. Pueden posar de “opositores” e, incluso, convocar aisladamente alguna medida para mostrarse “combativos”; pero hay que ser conscientes que la burocracia sindical es una de las instituciones principales de la estabilidad burguesa del país.
Este es el rol de la burocracia sindical en todo el mundo: hacen como si “lucharan”, convocando medidas aisladas de manera tal de no golpear al sistema y ni verse desbordados por las bases. Es que si la burocracia “abre la llave de la lucha” en condiciones donde (como en la Argentina) existe una creciente bronca contra el gobierno, y donde la izquierda gana posiciones por la base en comisiones internas de diversas fábricas y lugares de trabajo, esta lucha amenazaría con iniciar un proceso de radicalización donde podría ser desbordada por las bases. De ahí que ahora le de largas al asunto y haya archivado -por el momento, al menos- la posibilidad de convocar a una nueva medida.
Esto no quita que, al momento de cerrar esta edición, se esté hablando “extraoficialmente” de que Moyano podría convocar a una “movilización” a Plaza de Mayo para mediados del mes que viene. Eso habría que verlo. Quizás no es más que un “globo de presión” para que el gobierno le “tire” algo: por ejemplo, acelerar el anuncio del aumento del mínimo no imponible.
En cualquier caso, una marcha es una cosa y un paro de 36 horas es una cosa muy distinta. Sin embargo, en todo caso, si la marcha es convocada, habrá que definir la táctica en relación a la misma.
Transformar a la izquierda en una fuerza histórica
Ya es un hecho que el primero realizaremos un acto unitario y de lucha en Plaza de Mayo entre las fuerzas de la izquierda que se mueven bajo parámetros clasistas. Para nuestro partido, muy especialmente, este acto es un triunfo político de proporciones que logra quebrar tres años de actos sólo electoralistas del FIT.
Como hemos señalado ya arriba, hacer este año un acto sólo electoral habría sido un desastre. Esto por razones de fondo. La primera, es que no todo está dicho respecto de las perspectivas políticas del país. Es evidente que no será lo mismo si Cristina impone el ajuste, y se respeta el calendario electoral hacia las presidenciales; que si las luchas desbordan al gobierno, le abren una crisis política, el ajuste hace agua y se plantea una salida anticipada. Ese escenario condicionaría muchísimo más al gobierno patronal que viniera después de los K, abriendo un campo de acción incomparablemente mayor para la izquierda que si el ajuste pasa y toda va por carriles normales.
Hay una cuestión más. El millón de votos del FIT y los cien mil del nuevo MAS han sido un resultado electoral extraordinariamente importante que muestra que una franja del activismo, una amplia franja de la vanguardia e, incluso, una minoría de sectores de masas comienzan a ver a la izquierda como una alternativa. El impacto de los piquetes del 10A también refleja esto. Pero nunca habría que perder de vista que lo que decide las cosas incluso en materia de “identidades políticas” burguesas, es la lucha de clases directa. Quizás el PO se olvide que no hubiera habido siquiera un tal Juan Domingo Perón sin el “Día de la lealtad”: es decir, el 17 de octubre. Jornada que fue una movilización organizada desde arriba y no independiente, pero sin embargo no dejó de ser un “hecho de la lucha de clases” que fue el que lo catapultó de manera definitiva. Y podríamos dar multitud de ejemplos de movimientos realmente históricos –insistimos, en primer lugar burgueses- que se configuraron alrededor de grandes hechos de la lucha de clases. Creer que esto ocurrirá sólo en la liza electoral y sin grandes pruebas directas, es acomodarse a estos tiempos posmodernos dónde se cree que esto ocurre en el mundo de los medios y el terreno electoral.
El 1° vení a la Plaza con el Encuentro Sindical Combativo, el FIT y el Nuevo MAS
La pelea ahora es levantar el 1° de mayo en la Plaza una tribuna multitudinaria que sirva para prepararnos para las peleas que vienen multiplicando las fuerzas en la lucha por el clasismo y la independencia de clase.
Las propuestas de nuestro partido serán muy sencillas. Una, que para el mes de junio organicemos un multitudinario encuentro obrero unitario a ser llevando adelante entre el Encuentro Sindical Combativo, el Plenario del SUTNA y las fuerzas de la izquierda. Dos, plantearemos la necesidad de rediscutir el “frentismo de izquierda” en nuestro país. Es decir: abrir una discusión entre el FIT y nuestro partido (que está a un paso de obtener su legalidad nacional) no para “romper” el FIT como se nos endilga, sino para ver la posibilidad de “refundarlo” o relanzar un acuerdo más amplio sobre bases de lucha de clases, no oportunistas.
El Nuevo MAS llama a toda su militancia, simpatizantes y amigos en todo el país a encarar con todo esta semana de actividad: a invitar a todo el mundo, a realizar actividades de agitación para instalar el acto en los días que quedan y a organizar una enorme columna partidaria para ingresar al acto en la Plaza.