Una oferta salarial a la medida del FMI

Rechazamos la oferta salarial de Kicillof y planteamos un salario igual a canasta familiar y cláusula gatillo mensual.

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En las últimas horas se realizaron las reuniones de la Paritaria Nacional Docente y de la paritaria de la Provincia de Buenos Aires. A pocos días de empezar las clases, y sin haber mediado una oferta antes, el gobierno y los sindicatos nacionales acordaron como piso para el salario nacional un aumento que va de 20.250 a 23.000 para el cargo inicial de maestra de grado, un 13,5%.  Además, 4 sumas fijas (no remunerativas) de $1.000 y $1.500 repartidas en marzo, abril, mayo y junio.

Por su parte en la Provincia de Buenos Aires, el gobernador Kicilliof realizó una propuesta similar de 8,9% marzo y otros 7,7% para junio. ¡Sólo 16,6% a cobrar recién en julio!  ¿Qué significa esta propuesta? En primer lugar, los docentes partimos de un salario que está muy lejos de los $40.400 que se necesita hoy en día para estar justo arriba de la línea de pobreza (medido por la Canasta Básica Total) y mucho más de los $63.000 de la canasta familiar.

El acuerdo salarial nacional y la oferta provincial no hacen más que ratificar que los docentes debemos superexplotarnos (con lo que supone trabajar 2 o 3 cargos y luego seguir planificando y corrigiendo en nuestras casas). Así, pasaríamos de ganar $26.600 por cargo a $29.000, más las 4 sumas en negro de $1.210. ¿No iba a ser una de las prioridades de este gobierno la cuestión educativa? ¿Se puede pensar en un mejoramiento educativo sin mejorar de forma sustancial los salarios docentes?

Por otro lado, las ofertas salariales están muy lejos de lo que los docentes perdimos durante el último año del macrismo. ¡Aumentarnos un 16% es una miseria por donde lo mire! Y para colmo proponen quitar la cláusula gatillo, que había sido una las cosas que habíamos conquistado y permite al menos no seguir perdiendo más con el proceso inflacionario. Lo que corresponde en lugar de quitarla es mensualizarla y así sostener de forma constante el valor de nuestro salario.

Sin embargo, los gobiernos nacional y provincial han tomado un rumbo distinto. En lugar de poner en las prioridades los problemas y necesidades de los trabajadores, se están encargando de dedicar todos los esfuerzas en pagar la deuda externa y arreglar un nuevo acuerdo para pagarle al FMI. Así quedo demostrado cuando Kicillof pagó el 100% a los bonistas, cuando es claro que se trata de buitres que buscan saquear las arcas del Estado y presionan para que ese dinero se recorte de salarios y jubilaciones. El hecho de priorizar el pago de la deuda es el que explica que a los docentes (como a los jubilados y otros trabajadores) nos pretenda aplicar una política salarial de ajuste, no de recuperación salarial sino plancha salarial a la baja. Sólo este sentido tienen los dichos de Yasky cuando afirmó que «la cláusula gatillo genera inercia inflacionaria». ¡Los salarios no generan inflación, sino los empresarios cuando aumentan los precios!

Esta oferta salarial de miseria es la contracara necesaria de poner los recursos del Estado en pagar la deuda. ¿No habían dicho que no iban a pagar la deuda con el hambre del pueblo?

Otro camino es necesario

El camino de pagar la deuda externa y seguir bajo la órbita del FMI ya lo conocemos: fue el que nos llevó a las grandes crisis sociales del 89` y el 2001: Millones de trabajadores desocupados, pobreza record, salarios por el piso, etc. Una catástrofe para las grandes mayorías sociales. ¡Es un verso que se puede pagar la deuda sin hacer un ajuste!

Por eso sostenemos que la única salida favorable para los trabajadores es no pagar más la deuda externa y romper todo acuerdo con el FMI. Un no pago soberano que requiere poner en pie un proceso de movilización popular, que coloque en las calles la fuerza que tenemos los de abajo y es la única que puede hacer jugar nuestros intereses en medio de esta crisis.

Además, hace falta tomar otras medidas de fondo para sacar al país adelante, como la nacionalización del sistema energético y del comercio exterior, de modo de poder hacernos de millones en recursos para invertir en educación, en salario, trabajo, vivienda, etc.

¿No debería tomar estas medidas un gobierno que esté con los trabajadores y el pueblo?

Los sindicatos tienen que dar un giro

Durante los últimos años de macrismo, cuando los trabajadores estábamos sufriendo ataque tras ataque, los sindicatos de la CGT y CTA nos dijeron que había que esperar y votar bien, que un próximo gobierno afín a ellos iba a solucionar nuestros problemas. Desde la izquierda sostuvimos que cualquier gobierno que venga, si pretendía seguir pagando la deuda, iba a seguir indefectiblemente el camino del ajuste. A dos meses de gobierno de Alberto Fernández, la realidad es palmaria en ese sentido. ¡Por eso los sindicatos no pueden hacer de cuenta que nada está pasando! ¡Tienen que cumplir el rol para el cual existen que es defender a los trabajadores y organizar su fuerza para reclamar por nuestros derechos!

Desde la Lista Gris Carlos Fuentealba impulsamos que desde CTERA y SUTEBA se abra un debate sobre el curso del gobierno y que todas las Asambleas a lo largo y ancho del país se pronuncien por una política a favor de los trabajadores que empiece planteando el no pago de la deuda externa, la ruptura con el FMI, un aumento salarial que iguale la canasta familiar, cláusula gatillo mensualizada y que se triplique el presupuesto educativo. Sobre esta base es necesario ir preparando las condiciones para un gran proceso de movilización social que coloque estas demandas en las calles.

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