Una elección conservadora marcada por la polarización nacional

Un balance de las elecciones en la Universidad de Buenos Aires

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Durante la última semana se realizaron las elecciones a Centros de Estudiantes y Consejos de manera simultánea en las 13 facultades de la UBA. Sin dudas se trata de elecciones que tuvieron un fuerte impacto, con cambios de conducción en la mitad (6) de los centros de estudiantes. El Kirchnerismo ganó Filosofía y Letras y Exactas pero perdió Sociales con la UES, mientras que la Franja Morada/Nuevo Espacio logró recuperar Medicina y ganar Psico y FADU por primera vez en muchos años. Indudablemente se trató de una elección conservadora, muy marcada por la votación a nivel nacional: los dos polos que se reparten la gran mayoría de los votos presidenciales se quedaron con la mayor parte del espacio. En ese marco, la izquierda de conjunto sufrió un retroceso, especialmente marcado en la profunda debacle del PO y el FIT con su caso más saliente en Medicina (donde pasó del primer lugar con 37% en 2018 al tercero con tan solo el 7% este año).

 

Elección conservadora

El primer dato sobre esta elección es que estuvo marcada por una polarización de fuerzas conservadoras. Así se instaló un clima de debate que giraba en torno a lo que cada centro de estudiantes pudiera “conseguir” (como becas, cursos o precios de fotocopias). Pero el problema es que un centro de estudiantes no puede resolver por sí mismo las cosas que debería garantizar la propia gestión. Esta discusión era impulsada por las agrupaciones que responden a las distintas gestiones de las facultades y busca desligarlas de responsabilidad frente a la situación de crisis que se vive en la universidad y en el país. Por el contrario, desde el Nuevo MAS – ¡Ya Basta! defendemos que los centros de estudiantes son herramientas de organización del movimiento estudiantil para conquistar sus reivindicaciones y así fue como peleamos de manera inclaudicable en toda la UBA por la independencia política frente a las gestiones y los gobiernos.

Además, la votación nacional se expresó de manera contundente en las facultades. Por parte del kirchnerismo, parado sobre el 49% de Alberto Fernández logró un importante crecimiento en Filo y Exactas donde consiguió hacerse con los centros y la mayoría en los consejos así como también en Derecho donde escaló a ser segunda fuerza desplazando a Franja Morada. Por su parte, la pata estudiantil macrista en la UBA, Franja Morada/Nuevo Espacio, logró un crecimiento muy importante en Medicina donde recuperó el CECIM de manera aplastante tras haberlo perdido el año pasado, y conquistó los centros de Psicología y FADU. Por su parte, la poca actividad del movimiento estudiantil durante este año y la polarización nacional impactaron sobre los resultados de la izquierda, que sufrió un retroceso en la mayoría de las facultades, que se expresó especialmente con la debacle del PO que fue la fuerza que sufrió el retroceso más grande.

De esta manera, el estudiantado quedó en cierta forma dividido en dos: un sector más conservador que se alinea con el 30% de Macri a nivel nacional y votó a las listas del macrismo y el rectorado y otra que ve con expectativas a Fernández y se inclinó por centros de estudiantes alineados con esta fuerza con la perspectiva de tener mejores condiciones de cursada el año que viene. Sin embargo, con Fernández el año que viene va a seguir el ajuste, y estos estudiantes van a enfrentarse con una realidad muy distinta: las opciones que eligieron para centros de estudiantes van a justificar estas políticas de ajuste y tratar de mantener centros de estudiantes atados de pies y manos para enfrentarlas.

Con respecto a la FUBA, con los cambios de conducciones y la nueva distribución de delegados, la Franja Morada y sus aliados tienen los votos para desplazar a la actual conducción, el frente entre el PO y el Kirchnerismo (que supuso una entrega de la independencia política de la Federación como se evidenció en el último Congreso). Ahora, de los 9 centros que se alineaban con la actual FUBA solo quedan 5, quedando el “reformismo” con 6 más 2 en manos de quienes vienen siendo sus aliados del peronismo (UES-Sociales y MLI-Ingeniería). Tras años de vaciamiento de toda participación de estudiantes independientes, y luego del último año con la entrega de la independencia política, la FUBA finalmente vuelve a manos de la Franja Morada.

La debacle del PO – FIT

Otro de los datos significativos de la elección fue el resultado obtenido por la izquierda y en particular la inmensa caída que ha sufrido el PO y el FIT de conjunto. Es evidente que el PO, que hace años era la principal fuerza de la izquierda y una de las de mayor peso en la UBA ha tenido un retroceso tremendo. Sin dudas, el caso más saliente es el de Medicina: tras ganar el CECIM en 2018 en un frente junto a La Mella, este año se dedicaron a hacer campaña todo el año por la falta de papel higiénico en la facultad, y girando toda su actividad en torno a cuestiones de gestión del centro de estudiantes. Esta política los llevó a un derrumbe tremendo, perdiendo 30% en tan sólo un año, cayendo al tercer lugar. En las facultades donde el PO conduce en soledad (Veterinaria y Farmacia), si bien logró retener los centros, tuvo un importante retroceso en porcentaje de votos. A pesar de perder también la conducción frente al kirchnerismo, el único centro donde las listas de la izquierda mantuvieron su porcentaje fue Filosofía y Letras, en donde desde el Nuevo MAS – ¡Ya Basta! venimos teniendo un crecimiento muy importante, llegando a posicionarnos como la principal fuerza de la izquierda e integrando la candidatura a la presidencia este año. Además, las listas encabezadas por el FIT también retrocedieron en las demás facultades, especialmente en Sociales y Psicología. La política de aparato, de pretender resolver todo con tener “una conducción de izquierda” en lugar de impulsar la participación estudiantil desde las bases, sumado a la entrega de la independencia política de la FUBA que supuso un retroceso político importante y la crisis que está transitando esa organización, fueron factores que influyeron en el muy profundo retroceso que sufrió esta fuerza.

Párrafo aparte merece el PTS, que este año quiso ocupar el lugar del PO encabezando las listas de la izquierda, pero no logró detener el retroceso por su política equivocada. Es que el PTS parte de dos concepciones erradas. En primer lugar, pensar que la instalación es todo, dejando de lado el contenido político. Así fue que consideraron que con el conocimiento de sus figuras nacionales alcanzaba para conseguir votos (ignorando la polarización nacional que transitamos)[1] y en la mayoría de las facultades basaron toda su campaña únicamente en pasar por parlantes el trap de Del Caño, completamente vaciado de contenido, que simplemente nombra rimas con el nombre del candidato, sin plantear nada sobre los centros de estudiantes. El segundo problema es la ideología que formaron contra la militancia en el terreno, planteando que la actividad sistemática en las “mesitas” de las facultades ya no sirve e incluso llegando al colmo como hicieron en Filo antes del paro general, planteando que “las asambleas ya no sirven porque los estudiantes no van”. En definitiva se trata de un abandono total de la lucha política y la militancia de base, pensando que todo se puede reemplazar con “instalación” por redes sociales. A la luz de los resultados, queda claro que esta política tampoco ha colaborado para defender el espacio político de la izquierda

 

Enormes campañas del Nuevo MAS – ¡Ya Basta! por centros independientes y de oposición al próximo gobierno

Por nuestra parte, desde el Nuevo MAS – ¡Ya Basta! impulsamos grandes campañas que tuvieron dos ejes muy claros: la pelea por centros de estudiantes independientes de las gestiones y los gobiernos y preparar las enormes peleas que se vienen en 2020, alertando sobre el carácter del gobierno de Fernández y por lo tanto planteando la necesidad de centros que sean opositores por izquierda frente al próximo gobierno. Con esa firme convicción impulsamos campañas muy exitosas donde planteamos con firmeza estos debates, centrales para la elección. En Filo fuimos la corriente política que se jugó hasta el final en el debate con el Colectivo (K), peleando hasta el último minuto por la defensa de un CEFyL independiente y proponiendo renovarlo por izquierda con el ¡Ya Basta! – Nuevo MAS y Las Rojas en la presidencia: fue por nuestra fuerza en la facultad, la campaña que desplegamos y la presencia todo el año que la Izquierda al Frente mantuvo el porcentaje de votos del año pasado frente al embate del “albertazo” y desde hoy nos posicionamos como la principal oposición frente a la nueva conducción alineada con Fernández y la gestión de la facultad. En Sociales, con una gran campaña del Nuevo MAS – ¡Ya Basta! llevando a Miguel Ángel Forte como candidato a director de la carrera de sociología conquistamos un gran resultado en una elección muy polarizada entre La UES y La 15 (K), obteniendo 400 votos (el 5%) y una secretaría para nuestra lista, mientras que el FIT cayó por debajo del 15%. Además, fuimos parte muy activa de las campañas de Psico y FADU de las listas de la izquierda, planteando la necesidad de construir una fuerte referencia anticapitalista en esas facultades. Y por último, en Derecho y Medicina, facultades dominadas por el voto de Franja Morada y sus aliados, (y también el Kircherismo en derecho), logramos importantes pisos de votación para la Lista 13, consolidando nuestro trabajo político en esas facultades como una referencia cada vez más instalada.

Terminadas las elecciones, el ¡Ya Basta! – Nuevo MAS quedó consolidado como una de las principales fuerzas de la izquierda en toda la UBA. Planteamos claramente la necesidad de construir centros independientes y de lucha frente al próximo gobierno. Fuimos la única organización que puso el eje en alertar al conjunto del movimiento estudiantil de los enormes ataques que se vienen y la necesidad de centros independientes como herramientas de organización desde las bases para poder enfrentarlos. Somos una organización en claro crecimiento, con cada vez mayor peso en cada facultad como se vio con los cientos de candidatos que tuvimos en las elecciones. Salimos de esta campaña con nuevas compañeras y compañeros que se sumaron a colaborar con esta perspectiva y hoy se organizan para construir una enorme referencia en el movimiento estudiantil por una salida anticapitalista frente a la crisis, como plantea nuestra compañera Manuela Castañeira. Invitamos a todas las compañeras y compañeros a sumarse al Nuevo MAS y el ¡Ya Basta! para darle fuerza a esta organización socialista y feminista en toda la UBA para enfrentar los ataques del gobierno y las gestiones!

[1] en reuniones previas al armado de las listas llegaron a decirnos que “el FIT tiene un piso de votos del 7% en todas las facultades” (lo que se puede desmentir fácilmente mirando los resultados)

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