Un plan de migajas que ni siquiera hace temblar al patriarcado

La primera señal de alarma que deja este anuncio es ¿por qué no hicieron nada en estos más de cuatro meses de cuarentena, medidas sencillas y que hubieran redundado en resolver problemas concretos para las mujeres concretas?

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A continuación los fragmentos más importantes de la declaración de la Mesa Nacional de Las Rojas. Texto completo en www.lasrojas.com.ar

 

El viernes 3 de julio el Ministerio de Mujeres y Géneros presentó con bombos y platillos el Plan Nacional de Acción contra las Violencias por motivos de Género (2020-2022). Este plan se desprende de la Ley Nacional de Violencia 26485. Todos los gobiernos (desde la creación de la Ley en 2009) han publicado uno o más planes. Pero esto nunca ha resultado en una mejora en relación a la política del Estado para combatir y erradicar la violencia. En la conferencia de prensa la ministra Elizabeth Gómez Alcorta, junto a Dora Barrancos, estaban tan entusiasmadas presentando el “cambio de paradigma” y el “cambio de época”,  que Alberto Fernández dijo muy alegremente que con este plan su gobierno estaba anunciando “el fin del patriarcado”.

Globalmente, se trata de un “plan” que lejos de implicar el fin del patriarcado, y escondido detrás del anuncio de creación de “más de 150 acciones”, trae consigo el intento de desarmar definitivamente al movimiento feminista en tanto movimiento de lucha y convertir a una parte del activismo en aplaudidoras de este gobierno, a través de puestitos en el Estado, subsidios y programas. Es lo  mismo de siempre, reparto de cargos para la facción gobernante.

La primera señal de alarma que deja este anuncio es ¿por qué no hicieron nada en estos más de cuatro meses de cuarentena, medidas sencillas y que hubieran redundado en resolver problemas concretos para las mujeres concretas? Como por ejemplo, habilitación de hoteles y viviendas ociosas para albergar a mujeres, niñes y diversidades que tuvieran que salir del hogar violento.

En segundo lugar, es un plan que deja por fuera dos cuestiones centrales: no hay aborto legal y no hay ESI obligatoria con perspectiva feminista, científica y laica.(…)

¿Este plan es una conquista?

La “jerarquización” del Instituto Nacional de las Mujeres a Ministerio, fueron gratamente aplaudidos por un sector importante del movimiento feminista. La mismísima Ministra habla y se jacta de ser parte de una lucha, que lleva años. Es una respuesta evidente al clamor de las luchas en nuestro país, que anda gritando por todas partes que la agenda del movimiento de mujeres debe ser considerada principal. Sin embargo, el plan de acción contra la violencia muestra un conjunto de micro propuestas de carácter paupérrimo, que concede pequeñas reivindicaciones pero no cambia ningún paradigma. Sin trabajo genuino, plan de viviendas, hogares de tránsito, ESI obligatoria, y aborto legal, las campañas de difusión, o reforzamiento de líneas y programas, se constituyen solamente en un un poco más de la misma medicina de siempre: relegar las necesidades de lxsoprimidxs, para no tocar los intereses de los acreedores de la deuda, los patrones, y las iglesias.

Muchas de las activistas con quienes hemos compartido asambleas, o incluso movilizaciones, hoy ocupan cargos en el Estado, en el Estado capitalista y patriarcal. “Cambiarlo desde adentro” dicen muchas, aunque lo que termina cambiando son sus discursos de denuncia, para transformarse en discursos de justificación. Esas mismas activistas y sus organizaciones son las que abandonaron la idea de la asamblea del 8 M y vaciaron las posteriores. Para ellas ya no hay que marchar, reclamar, exigir; ahora el lugar del movimiento es el de acompañar el proyecto. Y son las mismas que en medio de la cuarentena salieron con un documento de apoyo al gobierno y al pago de la deuda externa… dándole la espalda a un movimiento que ha sabido movilizarse tantas veces expresando su repudio al FMI y al pago de la deuda.

Lo que estamos viviendo hoy no es nada distinto. Incluyen en sus discursos conceptos progres de atención a violencia, hablan de estrategias estructurales, de un enfoque colectivo y preventivo, hablan de la lucha y del feminismo. Le hablan a todes, y nos prometen el fin del patriarcado. Pero al día de hoy seguimos con un Ministerio sin presupuesto aprobado, con el aborto ilegal, niñas obligadas a ser madres, un femicidio o transtravesticidio cada 27 hs, y sin ESI feminista obligatoria. Y si hoy contamos con la publicación (aún falta la implementación) de un Plan de trabajo a 2 años, es porque la fuerza del NiUnaMenos impone en la agenda de un gobierno burgués amigo de la Iglesia que dé respuestas a esta barbarie.

Por eso decimos que institucionalizan el discurso del movimiento de mujeres, pero borrando  el rol protagónico del movimiento de lucha, en la obtención de cada una de nuestras conquistas.(…)

Es todo parte del mismo operativo de cooptación, barrer debajo de la alfombra que ningún gobierno regala nada, todo hay que pelearlo. Alberto comenzó su gestión hablando de “despenalización del aborto”, y la presión lo tensó hasta tener que presentar un proyecto de legalización. Si no hay lucha, no hay conquistas.

Un plan a medida del neoliberalismo

Pero el intento por parte del gobierno de desmontar al potente movimiento de feminista y de lucha, no es sólo con palabras. También hay plata. Con esto no queremos decir que se les pague abiertamente a las organizaciones o activistas para que se guarden, no. Es más que eso. Como ya dijimos más arriba, muchas fueron seducidas con cargos estatales, y no con algún trabajo en alguna planta ministerial. Hablamos de cargos.

A lo largo de todo el Plan se puede leer una tendencia a profundizar esa cooptación. Planteado como la necesidad de articular con las organizaciones territoriales se preparan es para financiar sus actividades. A través de la creación del Proyecto Articular, se le transferirán fondos a las organizaciones que soliciten “financiamiento para proyectos vinculados a las líneas estratégicas del Ministerio”.

Este es el viejo plan del neoliberalismo. En los años ’90 fue bien extendida a nivel mundial la política de “financiar” ONGs para “empoderar” a las mujeres a través de proyectos de microemprendimiento y microcréditos. “Los fondos de la fundación [Ford] y la ayuda estatal remodelaron la cultura interna de las organizaciones del movimiento [en los años ’90 en Estados Unidos]. Las discusiones estratégicas más amplias, las campañas más radicales y los programas de educación tuvieron que dejarse de lado en favor de los trámites burocráticos que requieren mucho tiempo para solicitar un estatus no lucrativo, escribiendo descripciones de empleo, contratando seguros y adoptando estructuras pseudo empresariales: director ejecutivo, concejo de administración, contables profesionales, relaciones públicas, recaudadores de fondos, etcétera. Una vez que las militantes se transformaron en funcionarias asalariadas, el miedo a perder su puesto las llevó a un creciente conservadurismo y el aumento de la autocensura. (Una feminista latina, por ejemplo, fue disuadida por los funcionarios de inmigración de denunciar agresiones sexuales o de hacer campaña contra el uso del español en el momento de las elecciones, por temor a perder su estatus de organización sin fines de lucro.)” (en Watkins, Susan. Sobre el feminismo. New leftreview, n°109, marzo-abril 2018). (…)

Este tipo de planes persiguen la desmovilización del movimiento. Darle plata a una organización es atarla de pies y manos; es coartar su posibilidad de acción, de denuncia, en definitiva, de lucha. No somos ingenuas y sabemos que ningún gobierno va a financiar a aquellas organizaciones que denuncien, por ejemplo, que se sigue pagando plata al FMI en lugar de triplicar el presupuesto contra la violencia. Así lo vimos después del Argentinazo con los movimientos de desocupados, a los que el gobierno de Néstor Kirchner les dio plata en forma de planes sociales, y los sacó de la calle enseguida.

Lo que verdaderamente hace falta, los pasos para un plan serio que implique avanzar en el camino de resolver las bases de la violencia patriarcal, requieren medidas del tamaño de los problemas: Personal de planta nombrado por concurso y controlados por las organizaciones de mujeres. Trabajadorxs con estabilidad y no ONGS. Las organizaciones sociales trasformadas en tercerizadoras del Estado son un mecanismo que por un lado estatiza el activismo y por otro lado dificulta la construcción de un colectivo diverso de trabajadoras que desarrollen una experiencia a mediano plazo.

Por eso desde Las Rojas defendemos a ultranza la independencia política del movimiento, de las organizaciones y activistas. El estado burgués y patriarcal tiene una y mil maniobras para desmovilizarnos. Y la historia del peronismo tiene mucha experiencia en cooptar y cercenar la lucha desde abajo.

Un Programa para combatir la violencia

Las Rojas sostenemos que un verdadero plan para combatir las violencias tiene que partir de algunos puntos mínimos, que implican destinar real presupuesto. Y sin control de las organizaciones del movimiento, sin integrar el gobierno, no hay verdadero control del plan.

-Trabajo Genuino

-Anulación del financiamiento estatal a la iglesia y a las escuelas religiosas y utilización de esos fondos para otorgar a las mujeres desocupadas o precarizadas, tengan o no hijos, un subsidio que además de vivir les permita educarse para conseguir un trabajo seguro. Separación de la Iglesia del Estado.

-Cupo laboral: plan paulatino de inclusión de mujeres en todas las empresas, en condiciones igualitarias, bajo pena de multas reales y crecientes para los patrones que no lo cumplan.

-Lavaderos, comedores y guarderías públicos, gratuitos y de calidad en todos los barrios

-Vivienda: Vamos por el “Plan Emancipar” un plan de viviendas destinado a mujeres, para que ninguna tenga que aguantar violencia para no quedar en la calle.

-El Estado deberá otorgar vivienda inmediata a las víctimas de violencia.

-Educación y Acción inmediata contra la violencia

-Educación sexual obligatoria en todo el ámbito educativo, laica, científica y feminista en la escuela pública, orienta-da a condenar la desigualdad de género, desde el jardín de infantes. Formación de lxs docentes en general en esta materia. Cierre de las instituciones que enseñen como buena la sumisión de la mujer al varón.

-Expulsión de su cargo de los gobernadores que no acepten la educación sexual pública en sus provincias o mantengan la educación religiosa en la escuela pública.

-Destitución  de jueces y funcionarios que amparen las redes de trata, a golpeadores, violadores y abusadores de niñes, o nieguen el derecho al aborto no punible.

-Cárcel efectiva a los que amenacen o golpeen a mujeres. Refugios estatales en todas las localidades para mujeres en situación de violencia.

-Aborto legal, libre y gratuito en los hospitales públicos y obras sociales. Sin objeción de conciencia ni intromisión de los antiderechos. Aprobación del proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. Protocolo Nacional de para ILE, de aplicación obligatoria en todo el país. Designación de autoridades hospitalarias y personal ministerial comprometido con el respeto del derecho a decidir de las mujeres.

-Fuera la Iglesia de los hospitales públicos.

-Anticonceptivos gratuitos y de calidad en los hospitales. Programas de capacitación en anticoncepción.

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