Ahora que las familias, según ella, empiezan a mirar lo que pasa con la educación de sus hijes, la ministra les pide que se conviertan en policías y denuncien a les docentes que “tienen una bajada política en el aula”, que “tienen ideología”, mecanismo que recuerda los de la dictadura militar.

Entre otras cosas, dijo que la raíz de los problemas de la educación pública está en los institutos de formación docente y en las personas que eligen ser docentes: “(…) si uno mira en términos de capital cultural y de experiencias enriquecedoras al momento de aportar para el aula, la verdad es que son de los sectores cada vez más bajos socioeconómicos los que eligen estudiar la carrera docente”.

Ante todo, queremos decir que no existe persona sin ideología. Cuando Acuña habla de personas sin ideología, se refiere, en realidad, a personas que tienen la misma ideología que su gestión quiere que tengan. Convocar a las familias a denunciar docentes es, por supuesto, una manifestación de su ideología.

Por otro lado, les niñes y adolescentes no son idiotas ni tienen la cabeza hueca para que la docencia se la rellene con sus verdades.

Les niñes, les adolescentes y las familias viven en la sociedad, y la sociedad y sus ideologías entran a la escuela por todas partes, a través de todes sus actores. Los hechos y lecturas de la realidad se cuelan en las conversaciones cotidianas, en las clases, en todos los intercambios entre las personas adultas, adolescentes o infantes que transitan el espacio escolar. Les niñes y adolescentes reflexionan y preguntan, son curioses, traen lo que escuchan en la televisión, o en boca de algune youtuber o tiktoker y contrastan con las opiniones que circulan en la escuela.

Las, los y les jóvenes organizan centros de estudiantes, asambleas, se movilizan por sus derechos y reclamos… Ah, cierto, Acuña es parte del gobierno que intentó prohibir los centros de estudiantes…

Van por la formación docente

Acuña dice que la docencia hace política, pero todo lo que ella plantea en su video no está por fuera de la política. El documento del Banco Mundial Profesores Excelentes: cómo mejorar el aprendizaje en América Latina y el Caribe (2014) es la biblia con la cual Acuña y el gobierno de la Ciudad y todos los gobiernos nacionales vienen predicando desde hace años. En ese documento, se proclama (sin ningún rigor científico) que el problema de la educación es que lxs docentes son de “mala calidad”; que hay que rebajar la formación docente para convertir a lxs futuros educadores en expendedores de contenidos, en pastillas prefabricadas; que hace falta introducir el miedo al despido; que para lograr los resultados y la “eficiencia” que elles buscan hace falta separar al personal directivo del docente y formarlo como capataz de estancia, como están haciendo a través de la creación de la carrera de gestión directiva en la UNICABA.

El gran objetivo de la reforma educativa, inspirado en ese organismo tan altruista como el Banco Mundial, es el de “despolitizar” la escuela. Para ello, proponen dos caminos: destruir las condiciones de trabajo de la docencia, introducir la competencia a través de incentivos docentes, y reventar cualquier capacidad de organización y lucha colectiva de la docencia como trabajadores.

Por el otro lado, proponen cambios en los contenidos para garantizar una formación al servicio de un futuro de flexibilización, incertidumbre, épocas de desempleo combinadas con trabajos hiperflexibilizados y precarizados para las nuevas generaciones de trabajadorxs.

Aprovechando la virtualidad a la que obligó la cuarentena (virtualidad a la que, dicho sea de paso, no garantizaron el acceso de todes les niñes), el gobierno de la Ciudad metió cambios que atacan el estatuto docente, dejó a cientos de docentes sin cargo y cientos de cargos sin cubrir por meses. En este mismo momento, aprovecharon para meter la “Profundización de la Nueva Escuela Secundaria”, redoblando el plan de destruir la formación integral, crítica y reflexiva por una formación “acorde a los tiempos”, es decir las necesidades del mercado.

No resulta menor el hecho de que la reforma de la Profundización de la NES (la Secundaria del Futuro) no se aplica de manera obligatoria en colegios privados. Es decir, otra vez, es una reforma para les pobres que “caen en la escuela pública”, es una ventana para profundizar la desigualdad: una educación para ricos y otra para pobres.

Desde la Agrupación Carlos Fuentealba, nos sumamos al amplio repudio a los dichos de Acuña y redoblamos nuestro compromiso en la defensa del derecho a la educación pública.